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Estar vigilantes


En tiempos antiguos, sabemos que no existía la televisión, los celulares, Internet o Twitter.

¿Cómo enterarse de lo que sucedía más allá de la ciudad o el pueblo?

Las ciudades, protegidas por murallas, tenían un sistema de vigilancia que les permitía poder estar alerta ante cualquier posible ataque de enemigos.


Murallas de Cartagena, que todavía protegen a la ciudad

Así que la seguridad y defensa de toda una ciudad o nación dependían de los vigilantes. De aquellos hombres que día y noche observaban al horizonte, a las 9 de la mañana, o a las 3 de la tarde, o a las 4 de la madrugada.

Sabemos lo difícil que es mantenerse despierto a altas horas de la noche. En tiempos antiguos no había café para tomar y quedarse despierto. Además, el cuerpo produce altas cantidades de serotonina en la noche, que facilitan el dormir y descansar.

La serotonina también es necesaria para elaborar la melatonina, una proteína que es fabricada en el cerebro en la glándula pineal, y es la encargada de la regulación del sueño.

La serotonina aumenta al atardecer por lo que induce al sueño y permanece elevada hasta el amanecer cuando comienza a descender.Otra función importante de este neurotransmisor, es actuar como el reloj interno de nuestro cuerpo, lo que a su vez determina nuestros ciclos de sueño y vigilia.

Nuestro reloj interno es el encargado de coordinar varias funciones biológicas como la temperatura corporal, la hormona del estrés, cortisol, y los ciclos del sueño. La correcta coordinación de estos tres elementos hace que podamos dormir profundamente y despertar descansados. Los hombres producen hasta un 50% más de serotonina que las mujeres, por lo tanto, estas son más sensibles a los cambios en los niveles de serotonina.

Así que biológicamente estamos diseñados para dormir en la noche y estar despiertos en el día.

Espiritualmente, vivimos una época particular, que podríamos calificar como la noche de la Humanidad, o noche de este orden de cosas.

Tal vez sea esa la razón por la cual Jesucristo animó a mantenerse alerta y estar vigilantes.

Porque hace 2000 años se predijeron una serie de acontecimientos que estamos viendo cumplirse, tanto en las noticias como en la actitud y conducta de la gente en general.

Pero, más allá de esas realidades, asumamos que uno quiere realmente estar vigilante.

¿Cómo estarlo?

Estar vigilante es una actitud espiritual.

En tiempos bíblicos, un vigilante debía estar despierto, y atento, observando el panorama.

Pero no es lo mismo estar vigilante que mirar.

Por ejemplo, si nos visualizamos como si fuéramos un vigilante de tiempos bíblicos, estaríamos solos en una torre alta. ¿Qué veríamos? Veríamos árboles, ríos, montañas, tendríamos un horizonte.

Y lo veríamos hoy. Mañana. Pasado mañana. Pasa 1 semana, y es el mismo horizonte, sin cambios, sin novedad.

¿Qué pasa con el vigilante que tiene 1 año vigilando, o 5 años, o quizás 40 haciendo lo mismo sin ver NADA?

Podría creer que como nada ha pasado antes, en todo el tiempo que ha estado observando, pudiera dejar de mirar, de observar, de estar atento.

Entonces el problema no es lo que sucede o no en el horizonte que está vigilando, sino que el problema está en el vigilante mismo. En cómo él ve su misión, cómo la asume emocionalmente.

Si considera que estar vigilando es una pérdida de tiempo, porque no pasa nada, entonces está corriendo peligro la ciudad, por culpa de un vigilante frustrado.

Si no hay novedad, es bueno para la nación, porque significa que no hay ataques.

Pero si el vigilante está cansado, ya ni quiere ver el horizonte, le da igual verlo, entonces la ciudad corre peligro.

Hemos de admitir que estamos viendo últimamente noticias que parecen ser "señales" en el horizonte, señales que no se pueden ignorar.

Terremotos, las instituciones están siendo estremecidas, cambios sin precedentes en la historia.

Es lo que predijo la Biblia.

Ahora bien, todos vemos las noticias, porque nos gusta estar informados. Vemos a diversos líderes mundiales dando declaraciones, las imágenes son testimonio de una realidad que no es nueva para Jehová, porque Él la predijo hace siglos.

Pero el punto es cómo eslabonar las noticias, los sucesos que estamos viendo en las noticias, o lo que está sucediendo, con lo que está predicho en la Biblia. He aquí el punto de que estar vigilantes es una actitud espiritual.

Porque pudiera ser que en nuestro estudio de las Escrituras, usando discernimiento, hemos detectado ciertas verdades, estamos abriendo los ojos al entendimiento de ciertos asuntos que parecían ya 100% claros.

Probablemente ese entendimiento de cosas que para nosotros pueden ser "nuevas", o no "oficiales", esté haciendo que muchos se replanteen seriamente verdades que parecían ya establecidas.

Un vigilante de tiempos bíblicos fracasaría en su misión si veía sólo lo que quería ver, o lo que creía que debía ver, porque estaba convencido de que debía ser así como creía.

¿Y si no?

¿Y si la evidencia ante sus ojos era totalmente diferente, y debía prestarle atención, pero no lo hacía por estar aferrado a sus propias ideas preconcebidas?

Pudiera ser que eso esté sucediendo en este momento. Que algunos quieren ver que sus ideas o sus hipótesis resulten validadas por la realidad.

No podemos decirle a Jehová que confirme lo que yo crea. Más bien, la oración, conectada a estar vigilante, debe ser la de pedir a Jehová que dé el entendimiento de los asuntos. Que sea revelado lo que Jehová haya predicho y su conexión con los asuntos actuales y su verdadero significado.

¿Qué pasa si rompe al 110% el mundo de ideas que tenía en la mente?

¿Qué pasa si lo que creía que era la verdad no lo es?

¿Me aferro a lo que creía, a mis propias ideas, o me dirijo con humildad y paciencia a entender lo que Jehová quiera enseñar?


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