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La Autoridad del Creyente


¿Recordamos a Tomás?

Él fue el inventor de la frase

"Ver para Creer".

Recordando la resurrección de Jesús, sabemos que Tomás dudó de que Cristo hubiera resucitado. Hasta dijo que a menos de que metiera el dedo en su llaga (herida o costado, es la misma idea), él no creería.

Siendo 99,99% honestos, estamos de corazón de acuerdo con lo que dijo Tomás. Emocionalmente Tomás estaba cansado. Frustrado. Decepcionado.

¿Y quién sintiéndose así va a tener corazón para creer en el más grande milagro que registra la Biblia: la resurrección de Jesucristo, esencial para la fe cristiana?

Pero a los 8 días de Tomás haber dicho estas palabras, los apóstoles estaban reunidos en un lugar cerrado. Con puertas cerradas. Alguien se apareció y dijo "Tengan Paz". Y acto seguido habló a Tomás:

Pon tu dedo aquí, y ve mis manos, y toma tu mano y métela en mi costado, y deja de ser incrédulo, y hazte creyente.
Juan 20:27

Pon tu dedo... Y ve... Y toma tu mano.

¿No era eso lo que quería Tomás: tocar al Jesús resucitado, verlo con sus propios ojos?

Jesucristo le ordenó entonces a Tomás:

DEJA DE SER INCRÉDULO Y HAZTE CREYENTE

De cada uno de nosotros podría Jesús decir lo mismo: que dejemos de ser incrédulos y nos hagamos creyentes en Dios, en Jesús mismo y su poder.

Pero hay que reconocer que se nos hace difícil ser creyentes.

Somos un poco como el famoso caballero de la armadura oxidada.

Cuenta el relato que había un valiente caballero que luchaba valerosamente por salvar a las doncellas y mujeres en peligro, a los débiles y desprotegidos. Estaba siempre vestido con su armadura, pero con el tiempo, la armadura se empezó a oxidar.

Su esposa ya ni le veía, ni su hijo. Hasta que la esposa le encaró y le dijo: o la armadura o Yo.

Así que el caballero decidió quitarse la armadura, pero no pudo.
Intentaba e intentaba, y nada, no podía quitársela.

Decidió irse a una larga travesía para poder quitársela, hasta que por fin se vio a sí mismo, y pudo quitarse la armadura. Y regresó a casa con los que amaba, a vivir con ellos una vida nueva, sin ser ese héroe para otros, pero no para sí mismo y sus seres queridos.

Nos parecemos al caballero de la armadura oxidada.
Nos escondemos detrás de una armadura oxidada de temores, dudas, inseguridades, sentimientos negativos que nos quitan la vitalidad y frescura para vivir día a día.

Eso le pasó a Tomás. Su incredulidad escondía un corazón lleno de dudas y frustraciones, y se refugió en su temor, en su duda.

Así nos pasa a nosotros, que nos escondemos detrás de nosostr@s mism@s.

¿Haría diferencia ahora dejar de ser incrédulos, y hacerse creyentes en Cristo Jesús?
Sí.

Antes de ascender al Cielo dijo Jesús:

Toda autoridad me es dada...
Mateo 28:18

Jehová le dio a Jesucristo TODA AUTORIDAD, en los Cielos y en la Tierra.

Y cada creyente en Cristo Jesús también tiene autoridad, por medio de Jesucristo.

¿En qué consiste esta autoridad?
En idioma griego, la palabra autoridad significa:

  1. Poder de elección, la libertad de hacer lo que a uno le plazca
  2. Poder físico y mental
  3. La capacidad o la fuerza con la que uno está dotado
Evidentemente entendemos que la autoridad de Jesús está por encima de cualquier otra autoridad, a excepción de Jehová Dios.

Entonces, ¿tiene autoridad, o poder de elección, o libertad , o capacidad el creyente en virtud de lo que recibe de Cristo Jesús?

Sí.

Repasando las instrucciones que dio Jesús a sus apóstoles, leemos:

De manera que mandó llamar a sus doce discípulos y les dio autoridad sobre espíritus inmundos, para expulsarlos y para curar toda suerte de dolencia y toda suerte de mal.
Mateo 10:1

Jesús dio a sus apóstoles autoridad, o poder sobre espíritus malignos y toda suerte de mal.

Se entiende que la autoridad que Jesús delegó en los apóstoles era acorde al hecho de quiénes eran los apóstoles y qué función cumplen.

Pero el hecho es que cada creyente tiene autoridad, un poder o capacidad que se recibe de Jesucristo.

No es algo que uno tiene, ni que se merezca por mérito, es dado por Jesucristo.

Tal vez es la primera vez que nos encontramos ante este hecho.
Pero es cierto, Jesús lo dijo y está en la Biblia.

¿Cómo puede cumplirse lo que dijo Jesús sobre
La fe en Jesucristo da autoridad, da poder.

Jesús dijo:

Muy verdaderamente les digo: El que ejerce fe en mí, ese también hará las obras que yo hago; y hará obras mayores que estas, porque yo estoy siguiendo mi camino al Padre. 13 También, cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, esto lo haré, para que el Padre sea glorificado con respecto al Hijo. 14 Si ustedes piden algo en mi nombre, lo haré.
Juan 14:11-14

Así que podemos saber que ser creyentes de Jesucristo, y Jehová Dios, nos da autoridad. Sobre todo mal, sobre espíritus malignos.

Recordando la armadura oxidada del caballero, cierto es que podemos en este momento estar en prisiones de aflicción.

Lo indica la Biblia:

Hubo aquellos que estuvieron morando en oscuridad y sombra profunda, prisioneros en aflicción y en hierros. 13 Y empezaron a clamar a Jehová por ayuda en su angustia; de los apuros en que se hallaban él, como siempre, los salvó. 14 Se puso a sacarlos de la oscuridad y de la sombra profunda, y a romper hasta sus ataduras.
Salmo 107:10, 13-14

Resentimientos, odios, sentir siempre dolor en el corazón, vivir en el pasado, estar atados en conflictos. Esas son prisiones emocionales, sentimentales. Esa armadura oxidada son los ciclos de nuestra vida que hay que cerrar, las relaciones que hay que cortar, cortar con el resentimiento y el odio hacia otros o hacia un@ mism@ por errores cometidos.

Los años pasan, y la prisión psicológica se hace más cruda, más fuerte, a menos que se tome la autoridad del creyente, de que Jehová y Jesucristo pueden romper esas prisiones y aflicciones.

¿Quién no ha sufrido? ¿Quién no ha sido rechazado? ¿Quién no ha rechazado?

¿Quién no ha sido traicionado? ¿Quién no ha traicionado?

No vivir atad@ al pasado. Si esta relación, proyecto, o ciclo en la vida se acabó... se acabó. Dejarlo ir. Cosas mejores de parte de Jehová vendrán.

Como Elías, a veces estamos metidos en una cueva, resentidos, amargados, frustrados, decepcionados. Tal vez alguien o algo nos engañó, nos hizo daño, nos estafó, nos mintió, habló mal de nosostros, nos hizo daño. Esas prisiones de aflicción deben acabarse.

¿Cómo?

Jehová está cerca de los que están quebrantados de corazón;
y salva a los que están aplastados en espíritu.
Salmo 34:18

Está sanando a los quebrantados de corazón, y está vendando sus partes doloridas.
Salmo 147:3

Sentimos que se nos perturba el sueño, tenemos pensamientos de tormento, recuerdos de cosas negativas.

Del Mesías, Jesús, se predijo:

Me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los [que han sido] llevados cautivos y la apertura ancha [de los ojos] aun a los prisioneros; 2 para proclamar el año de la buena voluntad de parte de Jehová, y el día de la venganza de parte de nuestro Dios
Isaías 61:1-2

Jesucristo no quiere vernos quebrantados de corazón, sino con un corazón gozoso, alegre, en paz, en armonía, pase lo que pase. Nos quiere libres, libres de la ignorancia y del error, sin ser prisioneros de ninguna aflicción, dolor o espíritus malignos.

Jesús indicó:

Entonces los setenta volvieron con gozo, y dijeron: “Señor, hasta los demonios quedan sujetos a nosotros por el uso de tu nombre”. 18 Ante aquello, él les dijo: “Contemplaba yo a Satanás ya caído como un relámpago del cielo. 19 ¡Miren! Yo les he dado la autoridad para hollar bajo los pies serpientes y escorpiones, y sobre todo el poder del enemigo, y nada les hará ningún daño.
Lucas 10:17-19

Hasta demonios quedan sujetos ante seres humanos por medio de la autoridad del creyente. No se trata de usar el nombre de Jehová o Jesucristo como una especie de afirmación positiva. Es una expresión de fe, es ejercer la autoridad del creyente. El creyente que cree en el poder del Todopoderoso, y en Cristo, el Poder de Dios.

Si hace 2000 años Satanás estaba ya caído, degradado, humillado, aplastado por haber sido vencido, ¿qué decir del momento actual, en el que Satanás y sus demonios ya han sido vencidos?

El creyente vence a estos entes malignos usando su autoridad de creyente, en fe y confianza en Jehová.

Tenemos autoridad sobre serpientes y escorpiones. Calumnias, chismes, maledicencias contra uno, espíritus que tengan personas de hacernos daño, los vencemos, no en nuestras fuerzas, sino en las de Cristo Jesús. Los enemigos tienen poder, pero tenemos autoridad para vencer contra ese poder enemigo.

Ese sentimiento de desánimo, esos pensamientos de duda, de resentimiento, de hacernos creer que estamos equivocados, esos son los poderes malignos de serpientes y escorpiones.

Hasta personas bienintencionadas son usadas por los poderes malignos para hacernos dudar, hacernos creer que estamos equivocados, perdidos, o estamos mal. Recordemos que hasta Jesús tuvo un "bienintencionado" consejo de Pedro, pero Jesús, dándole la espalda a Pedro le dijo que estaba expresando pensamientos que no eran de Dios.

¿Me conviene tener en la mente y el corazón pensamientos que no son de Dios? Esos pensamientos hay que rechazarlos, cortarlos de raíz.

Si confiamos y creemos que NADA nos dañará, así es, y así será.

No hacer de la depresión, del ser negativo, del temor un hábito. El gozo es una fortaleza, o plaza fuerte, regocíjense en la esperanza, ese es el consejo bíblico. Esos son lo pensamientos de Dios.


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