Lo + nuevo

La Falsa Religión de Paz en el Oriente Medio

El 18 de octubre de 1991, contra todos los pronósticos y frente a un grupo de periodistas incrédulos, el Secretario de Estado James A. Baker III de EE.UU. y Boris Pankin, Ministro de Asuntos Exteriores de la Unión Soviética, anunciaron que los árabes y los israelíes estaban invitados a asistir a una conferencia de paz en Madrid.

Muchos se maravillaron en Jerusalén ese día, por lo que Estados Unidos había logrado. 18 meses, fue el tiempo que tardó Henry Kissinger para negociar tres acuerdos árabe-israelíes para negociar una paz a través de la línea de meta diplomática.

Muchos creyeron por fin en la paz en el Oriente Medio.

Pero la realidad es que la paz no ha aparecido.

La búsqueda de paz en Israel es toda una cuestión religiosa. Los etimólogos dicen que la palabra "religión" puede provenir de la raíz latina religare, Es decir, a que se adhieran o se unan las personas. La religión es atractiva y seductora, precisamente porque es impulsada por las proposiciones que se unen o se adhieran al creyente a un conjunto convincente de ideas que satisfacen racionalmente o espiritualmente, pero siempre por obligación.

Y así ha sido y sigue siendo con el compromiso de Estados Unidos sobre el establecimiento de la paz árabe-israelí en los últimos 40 años, y ciertamente desde el Guerra de 1973, que dio a luz a un proceso de paz. Desde entonces, el enfoque de los EE.UU. ha sido el de buscar la paz en Oriente Medio.

Todos los presidentes de EE.UU. se han involucrado en serio en el tema árabe-israelí. Barack Obama también cree que puede lograr la paz en esa zona, prometiendo a los pocos días después de su toma de posesión "de manera activa buscar agresivamente una duradera paz entre Israel y los palestinos, así como la paz entre Israel y sus ciudadanos árabes vecinos ".

Al igual que todas las religiones, el proceso de paz ha desarrollado un credo dogmático, con los primeros principios inmutables. En primer lugar, la búsqueda de una paz global como un núcleo, si no el principal, interés de EE.UU. en la región, y lograr que se ofrezca como la única forma segura de proteger los intereses de EE.UU., y, en segundo lugar, la paz se puede lograr, pero sólo a través de un proceso serio de negociación, y tercero, sólo Estados Unidos podría ayudar a los árabes y los israelíes a traer la paz a buen término.

EE. UU. es el mejor amigo de Israel y debe seguir siéndolo. Pero, ¿le conviene eso a EE. UU.? Esa política ha hecho que EE. UU. no sea independiente de Israel, como para ser honesto con él cuando hace las cosas que no gustan a EE. UU. Cosa evidente con la crisis de los asentamientos, en los que el mismo Joe Biden presenció en vivo y directo la realidad del conflicto.

Y eso sigue siendo un desafío del presidente Premio Nobel de Paz después de la visita de Biden y su alboroto sobre las unidades de vivienda en Jerusalén oriental. En la primavera de 2010 se está lejos de un avance, y sin embargo si se observa, por vez primera, una ruptura importante con los israelíes.

Según la opinión de algunos, el presidente de EEUU, Barack Obama, "humilló" al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en una reunión que mantuvieron a finales del mes de marzo, en un encuentro lejos de los ojos de la prensa.

Nada más iniciarse la entrevista, el presidente estadounidense preguntó al jefe de Gobierno israelí qué gestos estaba dispuesto a hacer hacia los palestinos para convencerles de que reanuden el diálogo de paz, interrumpido desde hace más de un año. Obama no quedó satisfecho con las vagas respuestas e insistió en la necesidad de pasos concretos, mientras que Netanyahu seguía hablando en un marco teórico de posibles medidas.

También salió a colación el espinoso tema de la construcción en las colonias judías en territorio palestino ocupado, que enfrentó a ambos aliados cuando Israel anunció la edificación de 1.600 viviendas durante la estancia en Israel del vicepresidente de EEUU, Joe Biden.

Washington vio este anuncio como una humillación a su vicepresidente y, según algunos comentaristas locales, Obama quiso devolvérsela a Netanyahu, particularmente después de conocer que Israel había dado la luz verde definitiva unas horas antes a otras 20 viviendas en Jerusalén Este.

A las siete de la tarde, tras una hora y media de debate sin lograr acuerdos, Obama se levantó de la silla y dijo: "Me voy al ala residencial (de la Casa Blanca) a cenar con Michelle y las chicas". En vez de alargar el encuentro, el presidente sugirió a su anfitrión que se quedase en la Casa Blanca para consultar con sus asesores. "Estaré por aquí. Hazme saber si hay algo nuevo", dijo Obama a Netanyahu. Después, el primer ministro israelí solicitó una segunda reunión con Obama, que duró algo menos de media hora.

La Casa Blanca no permitió el acceso a los medios antes o después de la entrevista ni difundió fotos oficiales del mismo, como marca el protocolo, lo que se interpreta como otra forma de humillar a su invitado. También le ofreció una línea telefónica, como es costumbre, pero el jefe del Gobierno israelí temió que la línea estuviera pinchada y se fue a la embajada de su país para asesorarse y hacer sus llamadas.

En la entrevista Obama pidió trece gestos, sin contrapartida, hacia los palestinos y le dijo que espera una respuesta por escrito para hoy.

Entre las demandas figura la ampliación en septiembre próximo de la moratoria parcial de diez meses en la construcción en los asentamientos judíos en Cisjordania de forma que incluya también Jerusalén Este, el repliegue del Ejército israelí a la situación previa al estallido de la Segunda Intifada, en 2000, y la liberación de entre cien y mil presos palestinos.

Por supuesto, seguiremos viendo en las noticias más titulares de prensa sobre la interminable situación en el Oriente Medio y Jerusalén, como el epicentro de todas las miradas.

Porque sigue siendo Jerusalén el auténtico motor del Oriente Medio, como ciudad "sagrada" para las 3 principales religiones monoteístas del mundo.

Y esa es la razón por la cual la ciudad, destruida por órdenes de Dios 2 veces, siendo la última en el año 70 E. C., ocupa titulares de una gran prensa que sigue haciendo creer a la opinión pública que es importante dirigir las miradas hacia Jerusalén, Israel u Oriente Medio.

Pero el problema sigue siendo la paz. La que no existe.

Así que ahora Obama se enfrenta a un dilema. ¿Qué pasará con Israel, Siria e Irán? Quedará por verse. Pero lo cierto del caso es que la ansiada paz en Oriente Medio está muy lejos.


Fuentes:

http://www.foreignpolicy.com/articles/2010/04/19/the_false_religion_of_mideast_peace

http://www.foreignpolicy.com/articles/2010/04/19/the_false_religion_of_mideast_peace?page=0,7

http://primeran.com/es/internacional/4164-netanyahu-humillado.html

Con la tecnología de Blogger.