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Job: una mirada a su corazón



Job es la persona sufrida más famosa de todos los tiempos. La historia la conocemos: Job pierde todo: su familia, sus riquezas, su salud.

Es un poco contradictorio, ¿cierto? Job es, según palabras del mismo Dios, lo que llamaríamos un gran tipo. 

Veamos:

Jehová dijo a Satanás:


-¿No te has fijado en mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?


Claro que el Tentador se fijó en Job. Si en la Tierra él era el más sobresaliente en fe, probablemente uno diría que se justificaba que Job estuviera en el centro de la atención del Tentador.


Él diría lo que veía de Job. No era lo bueno, justo o recto de Job. Era otra cosa:


Respondió Satanás a Yavé: ¿Acaso teme Job a Dios por nada?


¿No has hecho tú una valla alrededor de él, de su casa y de todo lo que tiene, por todos lados? Has bendecido el trabajo de sus manos y sus posesiones han aumentado en la tierra.


Ahhhh. Era eso lo que veía en Job. Que Dios le había rodeado con Su favor, cual valla protectora, y le bendecía. 


¿Cómo era esa vida en favor y bendición de Job? Él mismo la describe (Job 29:2-7):


2 «¡Cómo añoro los meses que se han ido, 
      los días en que Dios me cuidaba!     

 
3 cuando hacía resplandecer su lámpara sobre mi cabeza
    y a su luz caminaba yo en la oscuridad!

 
 
4 ¡Así fue en los días de mi juventud,
    cuando el favor de Dios protegía mi morada;

 
 
5 cuando aún estaba conmigo el Omnipotente
    y mis hijos me rodeaban;

 
 
6 cuando yo lavaba mis pies con leche
    y la piedra me derramaba ríos de aceite!

 
 
7 Entonces yo salía a la puerta, a juicio,
    y en la plaza hacía preparar mi asiento.


Job añoraba los viejos muy buenos tiempos. Los tiempos en que Dios lo cuidaba, e iluminaba su vida, y sus hijos e hijas estaban con él.

Lavaba sus pies en leche, y las piedras le derramaban ríos de aceite. ¿Qué significa esto? Que la vida cotidiana de Job era fácil, cómoda, como caminar y lavarse los pies en leche. Y era tan próspero que es como si, figurativamente, manara aceite de una piedra. O sea, montaba un negocio de venta de helados en el Polo Norte y prosperaba. Algo así. Todo le salía bien...

Pero, sabemos lo que le sucede. Y quién lo causa.




Del relato bíblico entendemos que Job era un hombre recto. ¿Qué decir de su corazón? Era uno que amaba a Dios. Sin embargo, tendemos a creer que una persona buena, que no hace daño a nadie, que hasta hace la voluntad de Dios, debe estar 110% bien en su vida. Debe tener todo lo bueno.

Pero, ¿realmente qué hay adentro, en su corazón? ¿Qué pensamientos y emociones le dominan durante el día?

Es iluminador leer de Job unas palabras extraídas de su experiencia, tras perderlo todo. Vemos que ese Job, bendecido, rico, con una bella familia, era, antes de que le pasaran las desgracias que le fueron causadas por el Tentador, un hombre atormentado por el temor, lleno de miedos e inseguridades.


Job 3:25 dice:

porque me ha venido aquello que me espantaba,
    me ha acontecido lo que yo temía.


Job dice que le vino, o le pasó, lo que lo espantaba, le pasó lo que temía. 


Job era un buen hombre, bendecido, y por eso le iba bien. Pero en su corazón, abrigaba el temor y el miedo. Y apenado, declaró que le pasó lo que más temía.


Notemos que en Job 1:4-5 se muestra qué hacía Job, después que sus hijos se reunieran a celebrar un banquete familiar:


4 Sus hijos acostumbraban turnarse para celebrar banquetes en sus respectivas casas, e invitaban a sus tres hermanas a comer y beber con ellos. 5 Una vez terminado el ciclo de los banquetes, Job se aseguraba de que sus hijos se purificaran. Muy de mañana ofrecía un holocausto por cada uno de ellos, pues pensaba: «Tal vez mis hijos hayan pecado y maldecido en su corazón a DiosPara Job ésta era una costumbre cotidiana. 


Note que Job pensaba... en que sus hijos habrían pecado y maldecido a Dios. Por cierto, ¿no fue eso lo que después le dijo su esposa que hiciera, que maldijera a Dios y muriera? 


En eso pensaba Job. Que, por ejemplo, sus hijos pecarían y maldecirían a Dios. ¿Habría evidencia de eso? La Biblia no lo dice.


Cierto es que muchas veces, los padres tienen pensamientos negativos sobre sus hijos e hijas. Y se los declaran a sus hijos, por ejemplo, andas con fulana o zutano, y tú terminarás siendo esto o aquello. ¿Qué está haciendo? No está ayudando un padre o una madre si vive diciéndole a su hijo o hija lo mal que le irá, diciéndole que nunca va a ir a la Universidad, que va a terminar con drogas o malas compañías. ¿Es eso criar en la disciplina y mentalidad de Dios? En absoluto. Debería poner ante sus hijos sólo la opción del bien, de lo positivo, y mostrándole con realismo que debe ser perspicaz en sus asuntos. Perspicaz, no crédulo o tonto. Requiere tiempo y paciencia, pero, si no lo hace el padre o la madre, ¿quién lo hará?

Está claro que Job vivía atormentado por sus hijos, creyendo siempre cosas negativas de ellos. Si realmente los hijos e hijas de Job hubiesen sido pecadores o hubieran maldecido a Dios, como él decía, su rol de padre era el de corregirles con amor e instruirles, no contentarse con sólo ir a hacer el sacrificio de una oveja, ¿no le parece? 

Job admite que vivía en temor. Temor de perder a sus hijos, al ganado, a sus siervos, y los perdió.

Lo que uno piense, eso es lo que uno vive, esas son las actitudes, y patrones de comportamiento que uno establece. Por eso es importante que uno se asegure de pensar bien, correctamente. Hay gente que termina con un montón de enfermedades malas y feas por la cantidad de pensamientos negativos que tuvieron, y peor si me da asma, y peor si  me da cáncer, etc, etc. Ellos mismos atrajeron su enfermedad.

Sí, uno atrae con sus pensamientos, los eventos y circunstancias que le ocurren.  

¿Qué piensa Dios de quienes le aman?


Dice JEREMÍAS 29:11 


Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes, es la expresión de Jehová, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.

VERSION MODERNA:   


Porque yo conozco los pensamientos que pienso respecto de vosotros, dice Jehová; pensamientos de paz, y no de mal, para daros una feliz postrimería, y una esperanza buena.


El corazón de Job estaba lleno de miedo a perderlo todo. Y lo perdió. 

Job era un hombre recto, amaba a Dios, pero tenía un corazón que a veces se centraba en cosas que temía. Eso nos enseña. ¿Aprendió la lección?

Sí. Lo sabemos porque Dios le bendijo dándole el doble de lo que había perdido, y volvió a tener 10 hijos: 7 hijos, y 3 hijas. ¿Volvió a hacer sacrificios Job por si sus hijos e hijas habían pecado contra Dios y le habían maldecido? No.

¿Volvió a temer lo malo? No. Vivió "viejo y satisfecho de días".

¿Moraleja?

A veces nuestra propia situación puede hacer que veamos las cosas negativamente. Dios puede darnos esas cosas que necesitamos y que no tenemos ahora. Dios proveerá, esa es la única verdad absoluta y universal. Dios es la solución y ayuda a nuestra necesidad. No hay qué temer. Cultivar la gratitud hacia Jehová, potenciar la fe, y mejorar las relaciones con otras personas, y pensando positivamente, una persona tiene seguramente una vida mejor.

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