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Hay Un solo Dios


Existe un solo Dios.

Esta, es la Realidad más fundamental e importante que expone la Biblia. 


Y ese único Dios es un Espíritu. 


Es el Eterno. 


Fue, Es, y Será siempre, Dios. 


Por ser un Espíritu, no podemos verle. Pero sí podemos, por medio de nuestras capacidades espirituales y con el corazón, discernir y apreciar Sus cualidades invisibles, poder sempiterno y Divinidad, manifestados en Su Creación.

Este único Dios, estando absolutamente solo, sin que nada existiera, excepto Él, tuvo una idea:  que llegara a existir un Ser que fuera el Reflejo de Su Gloria, Imagen de Su Ser, en Quien morara corporalmente la plenitud de la Divinidad, el Espíritu de Dios, Su Poder y Sabiduría. Lo conocemos en la Biblia como: el Logos, Verbo o Palabra. En ese momento, al crear al Verbo, ese único Dios llegó a ser Padre, por dar origen a otro Ser. Dios llegó a ser el Padre del Verbo, y el único Dios para Su Hijo.

Posteriormente, en unidades de tiempo cuyo entendimiento escapa a nuestra mente humana limitada, este solo Dios quiso dar origen a otros seres espirituales, ser Su Padre. Fue entonces cuando por medio de Su Obrero Maestro, el Verbo o la Palabra, creó a seres espirituales de diversas cualidades y capacidades espirituales: querubines, serafines y ángeles. ¿Qué tipo de relación se establecería entre este único Dios, y estos seres espirituales? Él sería Su Dios, y Su Padre. A estos seres siempre se les llama en la Biblia “Hijos de Dios”, o “estrellas de la mañana”.

Pero la voluntad de este Dios era crear. Originar más Hijos suyos. Existía ya el mundo espiritual, o Cielos, en los que residían este único Dios, el Logos, y los seres espirituales en sus órdenes: querubines, serafines y ángeles.

¿Y lo que conocemos como el Universo?

¿Existía? No. Fue la voluntad de Dios que existiera, y entonces comenzaron a ser creados los Cielos y la Tierra. A ese punto de origen le llama el Génesis “el Principio”. El Principio de la Creación material, o de formas de energía de más baja vibración, ya que este Dios es abundante en energía dinámica, con la cual crea todas las cosas, desde las estrellas de los cielos, hasta las partículas subatómicas que en este mismo instante están vibrando en nuestro interior, para formar nuevas moléculas de ADN, de ARN, de enzimas, proteínas, y todas las que son necesarias para el sostén de nuestra vida. Es un hecho cierto y establecido que el Universo tuvo Principio, un origen. Y eso concuerda con lo que indica la Biblia. El Universo no estuvo, no está, ni estará jamás sin orden ni armonía. El Creador de este Universo le provee todo lo necesario para su permanencia y expansión, armónica y vibrante.

Y es en ese libro 1 de los 66 que conforman la Biblia, en el que se relata de manera sencilla que, de forma gradual y progresiva, Dios fue preparando la Tierra para que fuera habitada. Este hermoso planeta no fue creado sencillamente para nada, para estar de “relleno” en el espacio, sino para ser habitado. Habitado por hijos e hijas amados del Padre, que le adoraran en amor, en espíritu, y vivieran en plenitud, reflejando, que son la imagen y semejanza de Dios, el único Dios.

Existe un solo Dios, eso lo indica la Biblia consistentemente a lo largo de toda la Escritura. Pero, ¿qué significa realmente aquello que llamamos “Dios”?

Dios es un Espíritu, declaró Jesucristo, quien era antes de venir a la Tierra ese Verbo o Palabra de Dios. Es una Persona. Es interesante destacar lo que el Diccionario Enciclopédico Salvat (1967, vol. 4, pág. 635) dice en el artículo “Dios”:

Supremo Ser, creador del Universo, que lo conserva y rige por su providencia. [...] Es un ser real, viviente, personal, distinto del mundo, cuya existencia es absolutamente necesaria. [...] Una inteligencia sapientísima que todo lo ordena con miras a un fin. [...] Todos los pueblos, primitivos o modernos, [...] han creído en la divinidad. Testimonio tan universal y constante no puede menos de ser voz de la verdad”.

Que existe un Dios es verdad. Que es una Persona, es cierto.

¿Qué atributos posee Dios?

Omnisciencia (TODO lo sabe), Omnipotencia (TODO lo puede), Omnipresencia (está Presente en TODA Su Creación, por medio de su poder, acción y vigilancia continua), Eternidad.
Es el Ser Supremo.

Sólo Él es Bueno, la Fuente de la Vida, del Bien, de la Luz y la Verdad.

Dios es Trascendente, por estar más allá de cualquier limitación del tiempo, del espacio, de la voluntad o de la mente de otros. Es Inmutable, en contraste con el Universo continuamente cambiante.

De todo el conocimiento exacto que Jesús nos instó a tener, el que nos enseña más acerca de Dios, es el más  importante.
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