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Cumbre del G-20: en medio de tensiones y desacuerdos


Empezó otra Cumbre del G-20


Cumbre del G20 empieza con pesimismo y fuertes divisiones
Con una cena de bienvenida, los hombres y mujeres más poderosos del orbe se reunieron, este jueves por la noche en el Museo Nacional de Corea en Seúl, en la cena que marcó el inicio oficial de la cumbre.


Antes del inicio de la Cumbre, el presidente estadounidense Barack Obama, aseguró que la riqueza mundial y la fortaleza del dólar dependen de la recuperación económica de los Estados Unidos. Así lo dio a conocer, mediante una carta enviada a los otros miembros del G20 de la cumbre de Seúl.


“Una recuperación fuerte que crea puestos de trabajo, ingresos y consumo, es la contribución más importante que Estados Unidos puede hacer para la reactivación global”, explicó Obama.

“La fuerza del dólar sigue siendo una de las bases de la economía de Estados Unidos”, agregó.

Sin embargo, las cosas no son tan fáciles. Durante la cumbre del G20 se debaten temas sobre la “guerra de divisas”, con varios países del mundo, que acusan a EE.UU de intentar debilitar el dólar para mejorar su competitividad.


En pocas palabras: EE. UU. busca mejorar su economía, debilitando a las economías de otros países. Es muy difícil que a los demás países y miembros del G-20 y del mundo les pueda gustar eso, ¿cierto?

El tema central de la cumbre G20, la 'guerra de monedas', no es más que el intento de los países industrializados de salir de la crisis vía exportaciones, al ver que su consumo interno no despega.


En su carta, Obama pide a los líderes del G20 a retomar la declaración hecha en octubre por los ministros de Finanzas del grupo contra toda “devaluación competitiva” de las monedas. Hablando de devaluar la moneda para favorecer su propia economía, EE. UU. acaba de hacer eso que le pide a los otros países no hacer. Y quiere hacer que los otros miembros del G-20 les colaboren... 


La cumbre del G-20 ha sido considerada como una instancia para que los países ricos pudieran llegar a un gran acuerdo sobre cómo rejuvenecer el orden económico mundial junto a potencias emergentes como India y China.


Sin embargo, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, advirtió este jueves que la economía mundial entrará en bancarrota si los países más desarrollados no fomentan el consumo interno y sólo incrementan las exportaciones. Poco antes de iniciar la cumbre, Lula da Silva llamó a las naciones industrializadas y emergentes a adoptar acciones coordinadas para evitar que el mundo se encamine al proteccionismo comercial.

"Si ellos (países ricos) no consumen y quieren apostar sólo en las exportaciones para salir de la crisis, el mundo va a la quiebra (...) todo el mundo quiere ganar más con más exportaciones, y no es posible apostar sólo en eso", dijo en conferencia de prensa.

"Si todo el mundo vende, ¿quién va a comprar?", se preguntó el mandatario brasileño, quien recordó que el comercio mundial depende directamente del consumo en las naciones industrializadas. 


Es decir, Lula señala que países como EE. UU., sólo quieren vender sus mercancías, y no comprarle a nadie. Y desea que los otros países le compren todos sus productos. Es como tener un negocio de comida, y sólo querer que a uno le compren comida, pero uno no querer comprar a otro ni siquiera un plato de cartón...



Es la famosa guerra de monedas, en las que todos buscan su propio beneficio, sin llegara ningún acuerdo que favorezca a TODOS los países del mundo. 


Pero hay realidades inobjetables. El Grupo de los 20 está dividido, fragmentado. Dice que quiere buscar un acuerdo que ponga de nuevo en movimiento a la economía global, mientras que los temores de que haya países como Irlanda, por ejemplo, o Portugal o España, no puedan pagar sus deudas, en un reflejo de los persistentes coletazos de la crisis financiera mundial.

Obama y el presidente surcoreano, Lee Myung-bak. El Tratado de Libre Comercio entre EE. UU. y Corea del Sur, máxima aspiración de Obama, fue rechazado por su homólogo asiático 
Los líderes del Grupo de las 20 mayores economías desarrolladas y emergentes (G-20) guardan la esperanza de que la cumbre de estos dos días en Seúl recupere el sentido de unidad alcanzado en plena crisis económica global hace dos años. Pero, la cumbre no se trata solamente de sentarse en una misma mesa a negociar. Cada país juega su propio rol. 


Por ejemplo, China ha sido acusada de tener infravalorado al yuan para sostener sus exportaciones. Es decir, China mantiene deliberadamente barata su moneda, el yuan, para que sus productos sean más baratos para comprar. Cosa que crea desequilibrios en la economía mundial.


Falta todavía mucha Cumbre del G-20 por delante. Será cosa de seguir viendo qué deciden los poderosos y poderosas del mundo, un mundo cada día un poco más dividido y fracturado.


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