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Buscando el "Conocimiento de Dios"



El hombre de la imagen es Sir Ronald Ross (1857 - 1932), y fue un científico escocés, ganador del Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1902, por un descubrimiento
¿Qué descubrió?
Ross hizo una serie de experimentos que demostraron que la malaria es transmitida por mosquitos. Descubrió el ciclo vital del parásito causante de la malaria (del género Plasmodium) en el mosquito Anopheles
Descubrir que la malaria es transmitida por la picadura del mosquito Anopheles, portador de los parásitos del género Plasmodium, cambió totalmente la historia de la lucha contra una enfermedad que se cobró la vida de millones de personas: la malaria.
Para este hombre, Ronald Ross, su descubrimiento fue algo que, según él reconoció, logró gracias a la misericordia de Dios. Así lo expresó mediante este poema, en el que al final cita del libro del profeta Oseas, capítulo 13 versículo 14: 





Hoy, Dios misericordioso
ha puesto en mi mano una maravilla; bendito sea Dios.
A una orden suya, buscando sus designios secretos,
con lágrimas y exhausto, 
encontré el germen taimado.

¡Oh muerte!, que matas a millones.
algo
que salvará a miríadas de hombres.
¡Oh muerte!, ¿dónde está tu aguijón?
¿Y tu victoria, oh tumba?



Por supuesto, hoy día, debido a los avances de la ciencia y la tecnología, nos es posible conocer mucho más sobre los agentes causales de las enfermedades y cómo prevenirlas. Y dicho conocimiento da como resultado que millones de vidas se salven, y  que la calidad de vida sea mejor.


Por cierto, vale la pena destacar que según datos de la Organización Mundial de la Salud, durante el año 2009, se confirmó que la malaria sigue siendo uno de los principales problemas de salud pública a nivel global. Está presente en 108 países del mundo, donde cerca de 3.000 millones de persones viven expuestas a infectarse, causa cerca de 250 millones de episodios clínicos y 863.000 muertes anuales. Por estas razones, la búsqueda del conocimiento sobre todo lo relacionado con esta enfermedad, sigue siendo importante y necesario.


¿Qué podemos decir sobre la importancia de la búsqueda del conocimiento de Dios? No cabe duda de que es el conocimiento más importante y vital que podemos buscar. Dependiendo de nuestra personalidad, gustos e intereses, nos inclinamos a ciertas áreas del conocimiento en general. Por eso hay a quienes les gustan las artes, la música, la arquitectura, la matemática, la medicina o la tecnología. Y todos nos beneficiamos de esos conocimientos, de esa búsqueda por aprender que cada uno realiza, según sus intereses y oportunidades.


Pero el conocimiento de Dios es de interés universal. Hombres, mujeres, mayores, jóvenes, de todas las edades, de todos los tiempos, de todas las razas, en un momento dado se hacen preguntas sobre Dios, sobre sí mismos, sobre la existencia, el futuro, el pasado, etc.


¿Dónde hallar el conocimiento de Dios?


Hace 3.000 años, un rey escribió sobre la búsqueda del conocimiento de Dios lo siguiente:    



Si la buscas como si fuera plata 
y la examinas como a un tesoro,

    
entonces entenderás el temor de Jehová
y hallarás el conocimiento de Dios,

    
porque Jehová da la sabiduría
y de su boca proceden el conocimiento y la inteligencia.

    
Él provee de sana sabiduría a los rectos: 
es escudo para los que caminan rectamente.


Proverbios 2:4-7


El autor de estas palabras fue el Rey Salomón. ¿Qué quiso decir?
Cuando expresa la frase

Si la buscas como si fuera plata 
Usa un verbo hebreo: Baqash. Es un verbo que representa la acción de buscar, desear, demandar algo, pedirlo, buscar el rostro de una persona. Y este verbo está en una forma verbal que expresa una acción intensiva e intencional. Se le compara a buscar la plata.
Para el escritor inspirado de esta frase, la búsqueda del conocimiento de Dios debe ser una acción continua, intensiva e intencionada. Quien busca el conocimiento de Dios debe hacerlo con diligencia, con el deseo y la motivación de querer encontrar ese conocimiento. 
¿Quién no quiere tener todos los beneficios que menciona Salomón que alcanza la persona que halla el conocimiento de Dios? ¿Quién no desea que Dios sea su escudo protector, quien le provea de sana sabiduría, inteligencia y le haga entender el temor de Jehová?
Si una persona desea tener todos esos beneficios, entonces debe asumir la búsqueda del conocimiento de Dios como un proceso continuo, constante, que se realiza con la motivación de corazón correcta de humildad y gratitud, pues procede de Jehová lo que la persona llega a conocer.
¿Conocimiento de Dios es igual a Teología?

A la Teología (del griego: theos 'Dios' y logos: estudio) se le conoce como 'el estudio de Dios' y, por ende, el estudio de las cosas o hechos relacionados con Dios, es el conjunto de conocimientos acerca de la Divinidad.

Andover Hall, Harvard Divinity School
Andover Hall de la Harvard Divinity School, Cambridge, Massachusetts
Por ello, muchas personas consideran que el conocimiento de Dios es tema de estudio de los teólogos y filósofos, quienes se sientan en una biblioteca, un lugar o centro de conocimiento, llámese Universidad de Teología, Seminario, o Escuela de Divinidad. 

Quizás podríamos pensar que la palabra Teología aparece en la Biblia, un libro inspirado por Dios. Pero lo cierto es que esta palabra la usó por primera vez Platón en su obra La República, para referirse a la comprensión de la naturaleza divina por medio de la razón

La Teología tiene origen en la Filosofía griega, no en las Escrituras. Si reflexionamos en la historia del Cristianismo, vemos que en los Evangelios, hay una evidencia histórica de un hombre, llamado Jesús, quien enseñó verdades sobre Su Padre, Jehová, y que mostró un camino espiritual: el del Amor, el de amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a uno mismo. La Regla Áurea, que muestra que hay que hacer a otro lo que uno quisiera que le hicieran, es, según Jesucristo, la base de todo lo que enseñaron la Ley de Moisés y los Profetas. 

"Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida", dijo Jesús el Cristo.

¿Cómo se convirtió el verdadero conocimiento de Dios, enseñado de forma prístina y sencilla por Jesucristo, en un entramado filosófico-teológico, que hace creer que conocer a Dios es cosa de unos cuantos estudiosos?

Al acercarnos a las Escrituras con mente abierta y deseo sincero de aprender, bajo una actitud de permanente oración al Padre, pidiendo la guía de su espíritu santo, vamos encontrando joyas, tesoros invaluables de conocimiento, ciertamente el verdadero conocimiento de Dios. Jesús es aquel en quien están "cuidadosamente ocultados todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento de Dios" (Colosenses 2:3), y un análisis de sus enseñanzas y su vida nos hace conocer a Dios de manera progresiva.


Jesús nunca dijo que podemos conocer a Dios por quedarnos viviendo aislados en un monasterio, o por pasar nuestra vida leyendo encerrados en una oficina o biblioteca. El conocimiento de Dios está, por sobre todas las cosas, relacionado en el Amor. "El que no ama, no ha llegado a conocer a Dios, porque Dios es Amor", escribió el apóstol Juan. Es amando a la manera de Dios, como llegamos a conocer a Dios. No un amor intelectual o racional, sino esa clase de amor que también enseñó y practicó el Hijo, al dar su vida por la Humanidad. Ciertamente Dios no nos pide dar nuestra vida, pero sí nos exhorta a transitar por el amor, que es un camino "más excelente" que cualquier otro, como lo mostró Pablo a los corintios:

Procurad, sin embargo, los dones mejores. Ahora yo os muestro un camino mucho más excelente

1 Corintios 12:31


Conocimiento de Dios: 
espiritual, no intelectual

Emprender la búsqueda del conocimiento de Dios es iniciar un fascinante viaje, que puede darnos los mayores placeres, dones y beneficios en nuestra vida, incluso, como lo dijo Jesús, puede ayudarnos a alcanzar algo: la Eternidad.


Las Escrituras hacen referencia a las "cosas profundas de Dios" (1 Corintios 2:10). Eso indica que hay diversos grados de verdadero conocimiento de Dios. Hay conocimiento de cosas "profundas", conocimiento de verdades espirituales que son relacionadas a la Naturaleza de la Divinidad y sus características: la Omnisciencia, la Providencia Divina, la Predeterminación, el Origen de la Creación, la personalidad de Dios, el Propósito de Dios y el futuro, entre otros asuntos, el conocimiento de la Esencia y Trascendencia del Ser y la Eternidad de Dios, son algunos de estos conocimientos. 



También están todos los conocimientos sobre el mundo espiritual, lo relacionado con Cristo Jesús como el eje del desarrollo universal del propósito de Dios, y el futuro de la Humanidad. Encontramos sobre cómo Dios trata con la Humanidad leyendo las Escrituras.


¿Se limita el conocimiento de Dios a solamente estas cosas? No. Jehová, el Padre, es un Dios Vivo. Está Vivo en este momento, ejerciendo plenamente Su Divinidad Absoluta y Trascendente, independientemente de que la Humanidad esté consciente de ello o no. Dios desea relacionarse con cada hombre y mujer de este planeta, y ha hecho todo lo necesario para establecer esa conexión. El punto es: ¿está consciente la Humanidad de su relación con el Padre? Las realidades que vivimos en este momento, indican que no.


Eso no significa que tenga que ser nuestro caso. Podemos relacionarnos con el Padre y ser conscientes de nuestra condición de hijos e hijas amados del Padre, y para ello es vital el conocer a Dios. ¿Cómo? Por medio de la oración, la meditación, y la lectura de información que nos guíe a aprender sobre Dios. Las Escrituras son inspiradas de Dios, y nos benefician y orientan como marco de referencia. Pero también debemos estar abiertos a aprender. Podemos aprender de Dios de formas que ni siquiera nos imaginamos. Por ejemplo, viendo una película, o al ver un programa sobre las características del Universo o los planetas, aprendemos algo sobre el Creador. El conocimiento de Dios es espiritual: va más allá de la razón intelectual y nuestra mente. Es un conocimiento espiritual, porque nos conecta espiritualmente al Padre, a nosotros mismos y a los demás que también están en la búsqueda.


Si por descubrir el mosquito transmisor de la malaria, un hombre se sintió agradecido con Dios y pudo ayudar a otros, ¿cuántas cosas valiosas de Dios podemos conocer, que nos ayuden a nosotros mismos y ayuden a otros? Eso es cierto en nuestro caso si seguimos buscando el conocimiento de Dios.     
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