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La bendición de Jacob

La bendición implica atraer el favor de Dios hacia uno. 

La bendición invoca el apoyo activo de Dios para tener bienestar, y ese hecho genera agradecimiento, implica salud, provisión y felicidad en la persona que recibe la bendición. 

Las Escrituras señalan que "el poder de la vida y la muerte está en la Palabra" (Proverbios 18:21). Al bendecir, se otorga vida, se solicita a Dios que dé favor divino a una persona, y si YHWH bendice a una persona, se dice en las Escrituras que  “la bendición de Jehová... eso es lo que enriquece” (Proverbios 10:22). Dicha bendición implica protección divina, favor, guía y apoyo.

Jacob luchó por obtener la bendición de Dios, la valoró y puso en alta estima toda su vida. Quería ser visto con ojos de favor por parte de Dios, y que Su luz le iluminara. Su bienestar y felicidad no radicaba en lo económico principalmente, sino en tener a Dios actuando a favor suyo siempre. 

La bendición de YHWH a Jacob se manifestó por medio de Isaac:

Mira, el olor de mi hijo,
Como el olor del campo que Jehová ha bendecido;
Dios, pues, te dé del rocío del cielo,
Y de las grosuras de la tierra,
Y abundancia de trigo y de mosto.
Sírvante pueblos,
Y naciones se inclinen a ti;
Sé señor de tus hermanos,
Y se inclinen ante ti los hijos de tu madre.
Malditos los que te maldijeren,
Y benditos los que te bendijeren.

Génesis 27:27-29

Jacob no es el personaje que se destaca por ser "santo" o "puro". O que encaje en nuestros cánones de moralidad. Pero sí es el personaje que buscó la bendición divina. Muchas personas se basan en sus propios méritos ante Dios, sus propias obras de "bondad" para asegurarse la bendición divina, o demostrar ante otros que son personas "buenas", de moral no cuestionable.

La historia de Jacob revela que no necesariamente una persona es bendecida por ser "buena", o por seguir los cánones de una religión, sino por luchar por obtener ese favor divino y mantenerlo. Jacob apreció las cosas sagradas de Dios, a diferencia de Esaú, un personaje que se conformaba con lo básico de la vida. Jamás aspiró a mayores niveles de favor divino en su vida, heredar la bendición de Abrahán nunca le fue importante. Si Dios no aprobaba la bendición de Isaac a Jacob, no se le hubiera aparecido en una visión a Jacob, confirmando la bendición expresada por Isaac.
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