Los que no celebran la Navidad...
¿Qué
significa celebrar la Navidad? La respuesta solo depende de las
creencias religiosas, cultura y estilo de vida de cada persona.
Aquellos que la festejan conmemoran el nacimiento de Jesús, el único
hijo de Dios, en un período enfocado en la unidad familiar y el dar,
antes que recibir.
Es una de las temporadas más esperadas por la gente, pero hay quienes un 24 de diciembre difieren en sus actividades con el resto. Diversas comunidades y personas no celebran la Navidad ya sea porque no creen, no les importa o no les gusta el agudo consumismo de la época.
La religión es la principal causa para muchos. En Barranquilla predomina el cristianismo, y el catolicismo es su corriente más profesada. Las comunidades protestantes más importantes son la iglesia Bautista, Presbiteriana, los Testigos de Jehová, Anglicanos y los Mormones. Otras comunidades religiosas que también tienen plaza desde hace muchos años en la ciudad son los judíos y los musulmanes.
Asimismo, la segunda razón para no conmemorar las fiestas se debe a la falta de devoción y la reflexión crítica.
Narlis Restrepo, asesora corporativa, cree en Jesús pero afirma que no pertenece a ninguna religión. Fue católica toda su vida junto a su familia, pero realmente, confiesa, no aprendió nada del verdadero sentido de la fe. “Con el tiempo comencé a leer la Biblia y aprendí que la esencia de la vida es gracias a Jesús, pero también supe que la Navidad es una invención del hombre. Los romanos celebraban en diciembre una festividad llamada Saturnales, en donde se ofrecían regalos y ofrendas. La Iglesia tomó esta como base para crear la Navidad”, comenta la mujer de 40 años.
Cristián Buitrago, de 34, es ateo. Opina que toda la cultura occidental creció junto al cristianismo y por lo tanto, es normal que la Navidad sea hoy una fiesta tan secular. Cada 24 de diciembre sale de fiesta con sus amigos y disfruta del día festivo, pero jamás reza una novena ni entrega regalos.
“El cristianismo tiene el monopolio de las fiestas de diciembre. Yo al menos celebro estas festividades consciente de su origen pagano porque cualquier excusa es buena para compartir con la gente que queremos”, señala.
Según la historia, la celebración del 25 de diciembre se utiliza a partir de los dictámenes del papa Julio I, quien la impuso para acabar con la fiesta pagana de los romanos de adoración al Sol, Saturnales. Una fecha en la que alababan el término de las cosechas de invierno, que venía precedido de una semana de festejos.
Para el sociólogo y docente, William Herazo, especialista en Sociología del consumidor, la Navidad es una fecha que traza objetivos impracticables para la realidad de muchos. “Se supone que debes ser feliz en esta época, que consumas todo lo que puedas y que quieras a todo el mundo. Luego vienen las frustraciones: pasas por un drama emocional, te arrepientes de gastar tanto o de comer en exceso. Lo recomendable es sobrellevar las fiestas con calma y vivirlas cada quien a su manera”.
Es por eso que César Morales, joven adventista de 26 años, cada 24 se congrega con su comunidad para realizar un programa especial, el cual “los insta a meditar en el plan de salvación y predicar a toda persona sobre el evangelio de amor y paz”.
Lorena Rosales, madre católica y cabeza de familia, se va a descansar a una cabaña cerca al mar, con sus hijos hasta el nuevo año, porque no soporta el ambiente de consumo y ajetreo que se vive.
Giovanni Salas, perteneciente a la comunidad de mormones o la iglesia de los Santos de los Últimos Días de Barranquilla, se reúne en familia, lee el evangelio mientras espera la cena y obsequia regalos. A diferencia de lo que algunos creen, los devotos a esta iglesia celebran la Noche Buena por su fe en Jesús, pero no comparten la fecha del 25 de diciembre como su nacimiento, sino en la Pascua Judía.
La Navidad posiblemente es el período del año más esperado por los niños. Esto se debe a las actividades dinámicas que suelen presentarse en sus entornos familiares y escolares, pero sobre todo por los regalos. Sin embargo, puntualiza Herazo, un menor que no celebra Navidad puede relacionarse perfectamente con otros, siempre y cuando tenga una buena tutoría de sus padres. Ese es el caso de Sunem Redondo, testigo de Jehová de 24 años, quien nunca ha festejado las fiestas.
“No celebramos la Navidad porque Jesús mandó a que recordáramos su muerte y no su nacimiento. La Biblia de hecho jamás revela la fecha de esta. Un 24 de diciembre es un día como cualquier otro para mí. Mis padres me enseñaron desde pequeña y esto no me ha traído ningún tipo de inconveniente. Para nosotros cualquier día es ideal para compartir en familia y dar un regalo, que no necesariamente debe ser material”.
El significado secular de la Navidad es más amplio que cualquier evento de otra religión, pero sigue siendo la fecha del altruismo por excelencia. Si bien no muchos comparten los dogmas cristianos o su polémico origen, es una ocasión para compartir en familia, así sea la única del año para muchos.
http://www.elheraldo.co/tendencias/los-que-le-huyen-la-celebracion-de-la-navidad-136969
Es una de las temporadas más esperadas por la gente, pero hay quienes un 24 de diciembre difieren en sus actividades con el resto. Diversas comunidades y personas no celebran la Navidad ya sea porque no creen, no les importa o no les gusta el agudo consumismo de la época.
La religión es la principal causa para muchos. En Barranquilla predomina el cristianismo, y el catolicismo es su corriente más profesada. Las comunidades protestantes más importantes son la iglesia Bautista, Presbiteriana, los Testigos de Jehová, Anglicanos y los Mormones. Otras comunidades religiosas que también tienen plaza desde hace muchos años en la ciudad son los judíos y los musulmanes.
Asimismo, la segunda razón para no conmemorar las fiestas se debe a la falta de devoción y la reflexión crítica.
Narlis Restrepo, asesora corporativa, cree en Jesús pero afirma que no pertenece a ninguna religión. Fue católica toda su vida junto a su familia, pero realmente, confiesa, no aprendió nada del verdadero sentido de la fe. “Con el tiempo comencé a leer la Biblia y aprendí que la esencia de la vida es gracias a Jesús, pero también supe que la Navidad es una invención del hombre. Los romanos celebraban en diciembre una festividad llamada Saturnales, en donde se ofrecían regalos y ofrendas. La Iglesia tomó esta como base para crear la Navidad”, comenta la mujer de 40 años.
Cristián Buitrago, de 34, es ateo. Opina que toda la cultura occidental creció junto al cristianismo y por lo tanto, es normal que la Navidad sea hoy una fiesta tan secular. Cada 24 de diciembre sale de fiesta con sus amigos y disfruta del día festivo, pero jamás reza una novena ni entrega regalos.
“El cristianismo tiene el monopolio de las fiestas de diciembre. Yo al menos celebro estas festividades consciente de su origen pagano porque cualquier excusa es buena para compartir con la gente que queremos”, señala.
Según la historia, la celebración del 25 de diciembre se utiliza a partir de los dictámenes del papa Julio I, quien la impuso para acabar con la fiesta pagana de los romanos de adoración al Sol, Saturnales. Una fecha en la que alababan el término de las cosechas de invierno, que venía precedido de una semana de festejos.
Para el sociólogo y docente, William Herazo, especialista en Sociología del consumidor, la Navidad es una fecha que traza objetivos impracticables para la realidad de muchos. “Se supone que debes ser feliz en esta época, que consumas todo lo que puedas y que quieras a todo el mundo. Luego vienen las frustraciones: pasas por un drama emocional, te arrepientes de gastar tanto o de comer en exceso. Lo recomendable es sobrellevar las fiestas con calma y vivirlas cada quien a su manera”.
Es por eso que César Morales, joven adventista de 26 años, cada 24 se congrega con su comunidad para realizar un programa especial, el cual “los insta a meditar en el plan de salvación y predicar a toda persona sobre el evangelio de amor y paz”.
Lorena Rosales, madre católica y cabeza de familia, se va a descansar a una cabaña cerca al mar, con sus hijos hasta el nuevo año, porque no soporta el ambiente de consumo y ajetreo que se vive.
Giovanni Salas, perteneciente a la comunidad de mormones o la iglesia de los Santos de los Últimos Días de Barranquilla, se reúne en familia, lee el evangelio mientras espera la cena y obsequia regalos. A diferencia de lo que algunos creen, los devotos a esta iglesia celebran la Noche Buena por su fe en Jesús, pero no comparten la fecha del 25 de diciembre como su nacimiento, sino en la Pascua Judía.
La Navidad posiblemente es el período del año más esperado por los niños. Esto se debe a las actividades dinámicas que suelen presentarse en sus entornos familiares y escolares, pero sobre todo por los regalos. Sin embargo, puntualiza Herazo, un menor que no celebra Navidad puede relacionarse perfectamente con otros, siempre y cuando tenga una buena tutoría de sus padres. Ese es el caso de Sunem Redondo, testigo de Jehová de 24 años, quien nunca ha festejado las fiestas.
“No celebramos la Navidad porque Jesús mandó a que recordáramos su muerte y no su nacimiento. La Biblia de hecho jamás revela la fecha de esta. Un 24 de diciembre es un día como cualquier otro para mí. Mis padres me enseñaron desde pequeña y esto no me ha traído ningún tipo de inconveniente. Para nosotros cualquier día es ideal para compartir en familia y dar un regalo, que no necesariamente debe ser material”.
El significado secular de la Navidad es más amplio que cualquier evento de otra religión, pero sigue siendo la fecha del altruismo por excelencia. Si bien no muchos comparten los dogmas cristianos o su polémico origen, es una ocasión para compartir en familia, así sea la única del año para muchos.
http://www.elheraldo.co/tendencias/los-que-le-huyen-la-celebracion-de-la-navidad-136969