Principios Espirituales que rigen al Reino de los Cielos
Así comenzó Juan el Bautista su ministerio, un ministerio profético,
destinado a preparar el camino para la misión de Jesús. Habló de un Reino, el Reino
de los Cielos, que se había acercado.
El Reino de los Cielos, para Juan el Bautista, era tan real, que estuvo
dispuesto a hablar de él a los judíos. Y de manera sobresaliente, el Reino de
los Cielos fue enseñado por Jesús durante todo Su ministerio terrestre. Como su
nombre lo indica, es un Reino, no uno humano o regido por
cánones o principios de este mundo.
Está claro que el Reino de los Cielos no tiene un origen humano, sino
divino. Y quienes hablaron de él eran personas inspiradas por YHWH, Quien puso
Su espíritu santo en Juan el Bautista y particularmente en Jesús, Rey del Reino
de los Cielos.
Por medio de parábolas, entre las cuales destacan las del trigo y la
mala hierba, la levadura, la perla de gran valor o la red barredera (Mateo
13:24-52), Jesús enseñó sobre el Reino de los Cielos. La sabiduría divina
escondida en estas parábolas y otras declaraciones de Jesús, nos permiten
discernir que este Reino de los Cielos, era muy diferente a cualquier
estructura de conocimiento o de sabiduría humana.
Y es que Jesús dijo que Él no se regía por principios
humanos o carnales. En Juan 8:23 leemos que Jesús dijo:
"Ustedes son de este mundo. Yo
no soy de este mundo"
En los Evangelios vemos a un Jesús enseñando sobre el
Reino de los Cielos y viviendo de acuerdo a los Principios de
ese Reino. Son Principios Espirituales, originados por Dios,
no por hombre alguno.
Un ejemplo de dichos Principios Espirituales que
rigen al Reino de los Cielos, que enseñó Jesús y por los cuales vivió, los
encontramos en las 3 tentaciones que enfrentó Jesús, al culminar Su ayuno de 40
días y noches.
Tuvo hambre. Sí, Jesús sintió hambre. Y no había forma
de comer algo, alguna cosa que acabara la sensación de estar
hambriento. El Tentador entró en escena. Le propuso una solución al hambre de
Jesús:
Si eres Hijo de Dios,
di que estas piedras se conviertan
en pan.
Jesús actuó, declarando un Principio Espiritual que
rige al Reino de los Cielos. Dijo:
Escrito está: No sólo de pan vivirá el
hombre,
sino de toda palabra que sale de
la boca de YHWH.
Jesús citó de la escritura de Deuteronomio 8:3. Su sustento y Su vida
dependerían de lo que saliera de la boca de YHWH, no de Su boca. No sería el
pan la base de Su vida, sino la voluntad de Dios.
El conocer la voluntad de Dios, y hacerla,
era un Principio Espiritual que Jesús enseñó y practicó. La voluntad de Dios
podemos conocerla en las Escrituras, allí está escrita. La cuestión llegar a conocerla y
llenarse de fe y valor para hacerla.
Dios no desampara a quien desea conocer Su voluntad y hacerla. Muchas
personas sienten la necesidad de generar verdaderos cambios en sus vidas, pero
continúan con las mismas creencias y actitudes que ciertamente no son acordes a
la voluntad divina manifestada en las Escrituras.
Jesús dijo que fueran a Él los que están afanad@s, cargad@s con sus
problemas, o angustiad@s. Él nos ayudaría a darnos ese refrigerio o descanso
para nuestras almas.
En el Reino de los Cielos, hay amor, aceptación, verdadera dirección
para guiarnos en la vida, pues es Dios Quien nos ayuda. Podemos, por medio de
la oración y la lectura de las Escrituras, acercarnos a Dios, y aprender de Él
y de ese Reino de los Cielos, que puede ayudarnos a traer cambios y bendición a
nuestras vidas.