Más allá de tus límites: En Dios haremos proezas
"Proezas" en la Biblia significa:
Ejército, hombre de
valor, valiente, fuerzas, riqueza, salud, poder, eficiente y hábil
“En Dios haremos proezas”, es una frase inspirada por Dios, escrita en el Salmo
60:12. ¿De qué proeza se habla en el Salmo 60?
David, siendo rey de Israel, junto a Joab y Abisai, sus generales, derribaron
a 18.000 edomitas, enemigos de Israel, en un lugar llamado el valle de la Sal.
¿Fue una victoria fácil? No, pues los israelitas habían sufrido reveses
mientras combatían en el norte del país con las fuerzas de Aram-naharaim y
Aram-Soba. Sin embargo, los edomitas fueron vencidos, y David colocó
guarniciones de tropas israelitas por todo Edom.
Por supuesto, hablar del rey David, es hablar de alguien que es sinónimo de
fe y valor. Leer en la Biblia que venció a poderosos enemigos en una batalla,
no es extraño. ¡Nos gustaría ser como David! Tener el coraje y el valor de
enfrentar a Goliat, tomar una piedra, derribarlo, y cortarle la cabeza con su
propia espada. Hoy en día no tenemos un Goliat literal al que enfrentar y
cortarle la cabeza. Pero sí tenemos muchas situaciones en las que deseamos
vencer, salir adelante, lograr lo que queremos. ¿Qué lo impide? Pudiéramos ser nosotros mismos los que tenemos por dentro
un terrible Goliat. ¿Cuál? El de sentirnos que no somos capaces de atrevernos a
más, que no podemos más.
La Biblia, en 2 Timoteo 3:16, 17, dice que Toda Escritura
es inspirada de Dios y provechosa. ¿Para qué nos es de provecho la Biblia? Para
“rectificar las cosas”. Epanortosis,
es la palabra griega que se traduce “rectificar las cosas”. Significa una
restauración a un estado correcto y superior, corregir lo necesario para
mejorar la vida o el carácter.
Uno de los límites que tenemos en nuestra mente, muy dentro de nuestro pensamiento, es que no somos capaces de hacer
cosas grandes para Dios, de emprender grandes proyectos, de hacer profundos y
significativos cambios en nuestro carácter. Por eso, parte del contenido de la
Biblia es, por decirlo en una palabra, motivacional.
Es decir, Dios trata de movernos a la
acción, a tomar decisiones, a convencernos de nuestro propio y real valor. Es
la función de epanortosis de la
Palabra de Dios en nuestra vida.
Dios busca hacernos tomar consciencia de nuestro valor e identidad. Si
sabemos que Quien nos respalda es el
Dios Todopoderoso, el Creador de TODO cuanto existe, ¿podemos dudar de que Su
respaldo divino nos ayude a lograr vencer nuestros conflictos, o luchar contra
lo que deseamos vencer?
El contenido de la Biblia nos impulsa a “rectificar las cosas”, o a una epanortosis interna. En nuestro sistema
de pensamientos y creencias, hay cosas que deben ser corregidas, y que tienen que estar en una condición correcta, para mejorar
la vida o el carácter. Note que el ejemplo de David nos inspira a más y a mejor. David primero venció a un león y a un oso, luego a Goliat,
y, en el Salmo 60, a un ejército de 18.000 edomitas junto a su ejército. David
no nació siendo Superman. Progresivamente fue venciendo sus dudas, sus miedos,
sus temores, se dejó guiar por YHWH, fue moldeado por Él. En su mente, fue
corrigiendo su forma de ver las cosas.
Epanortosis, es la palabra griega que se traduce “rectificar las cosas”.
Significa una restauración a un estado correcto y superior, corregir lo
necesario para mejorar la vida o el carácter
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Una de las cosas que debemos corregir es el cómo nos vemos a nosotros
mismos. David era de profesión, pastor, pero su corazón era el de un rey.
Porque no somos las circunstancias de este momento, somos lo que pensamos que somos. Si uno piensa que
puede, puede. Si uno cree que vale, vale. David no necesitaba cada 5
segundos que otra persona le dijera cuál era su valor. Eso lo sabía él, y día a día aprovechaba para ser mejor.
David
no nació siendo Superman. Progresivamente fue venciendo sus dudas, sus miedos,
sus temores, se dejó guiar por Dios, fue moldeado por Él. En su mente, fue
corrigiendo su forma de ver las cosas.
Notemos que cuando Dios le habló a Noé, y le dijo: “prepárame un
arca”. Noé hizo una proeza, la
hazaña de hacer el arca, y Dios hizo la proeza de mandar el Diluvio. A nosotros
nos toca hacer las proezas. Noé hizo el arca en un tiempo que no había llovido
jamás, y tuvo que vencer muchos temores para hacerlo, superar las críticas, los
señalamientos, pero siguió adelante. Si uno cree que esa proeza, esa hazaña,
ese gran logro se hará en Dios, debemos continuar hasta terminar.
La Biblia está llena de historias
de hombres y mujeres ordinarios que
hicieron cosas extraordinarias. Noé
era un anciano, pero hizo un arca; David era un joven rechazado por su familia,
tuvo que vencer a un gigante, hizo proezas, para convertirse en Rey; tuvo que
romper límites.
¿A qué te ha limitado la familia?
¿O la sociedad en medio de la cual
vivimos? Dios nos hizo a Su imagen y semejanza. Con una capacidad para romper
barreras, parámetros, moldes, paradigmas, que nos dicen qué podemos y qué no
podemos hacer. Para eso existe la Biblia, en su labor de hacernos
conscientes de que podemos romper el
molde, para que esos razonamientos, esas
estructuras de pensamiento arraigados.
Así es el Padre Celestial con cada uno de nosotros. Llevándonos más allá de nuestros límites, los que
nos hemos autoimpuesto o que otros nos han querido imponer, y que se han
quedado enquistados en la mente. Necesitamos voluntad, acción y fe. No
cualquier voluntad, acción y fe, sino aquellas que YHWH puede tomar y usar
para llevarnos más allá de nuestros límites. Recordemos la ocasión en la que
Jesús multiplicó 5 panes y 2 pescados. Esos mismos 5 panes y 2 pescados
hubieran servido para 2 sandwiches. Pero en las manos de Cristo, alimentaron a
miles. No importa que tengamos poco, o creamos
que tenemos poco para superar nuestros límites. Quien nos pide que tengamos
aunque sea un poco de fe del tamaño del grano de mostaza para mover montañas,
¿no podrá acaso actuar a nuestro favor más allá de lo imaginado?