Cómo afrontar tiempos de crisis económica
Inflación. Desempleo. Escasez. Pobreza. Estas palabras nos son conocidas, seamos economistas, expertos financieros, políticos o personas comunes y corrientes. Y es que la economía no es un tema ajeno a ninguna persona. Porque, no importa si se es ateo o creyente, español o colombiano, hombre o mujer, joven o mayor, el tema económico nos confronta.
Por ejemplo, se estima que a la fecha, las pérdidas en los principales mercados de valores son de alrededor de 8 billones de dólares. De hecho, en el reciente Foro Económico Mundial en Davos, se puso de manifiesto una gran incógnita: nadie sabe dónde y cómo estallará el próximo colapso de la economía.
Evidentemente, en el país o región en el que se viva, las noticias reflejan cómo marcha la economía del país. Y ninguna economía es aislada de otros países. Lo que pasa en un país, afecta a otros.
En las Escrituras, también se reflejan historias de tiempos de crisis económica. Por ejemplo, en tiempos de José, hubo en Egipto, el país más rico y próspero de la época, 7 años de abundancia y 7 años de escasez. Los conocidos años de "vacas gordas y vacas flacas".
No se puede ignorar el hecho de que diversas profecías en las Escrituras apuntan hacia temas económicos, en los que se refiere a "escasez de alimento", o tiempos de "hambre". Ahora bien, cómo puede un creyente afrontar una crisis económica, bien sea personal, familiar, o del país en que uno viva, es un asunto que las Escrituras plantean en 3 aspectos:
1. Orar
2. Ser como el mayordomo sabio
3. Confiar en la abundancia
1. Orar
Salmo 65:2
Tú oyes la oración;
A ti vendrá toda carne.
Orar a Dios por ayuda
Orar a YHWH, con sinceridad y fe, exponiendo ante Él nuestros problemas económicos y financieros es necesario. La tradición religiosa nos ha enseñado que no debemos orar a Dios para pedir asuntos económicos o cosas materiales, pero esto no es lo que enseña la Biblia. Jesús nos enseñó en el Sermón del Monte: Pide y se te dará (Mateo 7:7). ¿Por qué no hacerlo? ¿Por qué no pedir al Dios Todopoderoso que nos ayude ahora con nuestros problemas económicos? Uno de los nombres de Dios es Jehová-jireh, que significa que Jehová proveerá.
Tal vez no nos sintamos dignos de recibir dicha ayuda de Dios. Pero, en cierto sentido, podemos recordar al hijo pródigo que estando en una mala condición reflexionó,y actuó, regresando a casa, confiando en la bondad de su padre. Igual debemos hacer. Reflexionar en que no podemos enfrentar solos esta situación. Debemos acudir sin demora a Dios para que Él nos ayude y nos dé lo que necesitamos.
Si en Dios confiamos, y no en nuestro propio entendimiento u opinión de los asuntos, saldremos adelante.
2. Ser como el mayordomo sabio
He aquí el análisis de una de las parábolas de Jesús menos entendidas. Veamos cómo entender esta parábola es una de las herramientas que nos da Dios para enfrentar una crisis económica.
Jesús contó otra parábola a sus discípulos: «Un hombre rico tenía un administrador a quien acusaron de derrochar sus bienes. 2 Así que lo mandó a llamar y le dijo: “¿Qué es esto que me dicen de ti? Rinde cuentas de tu administración, porque ya no puedes seguir en tu puesto.” 3 El administrador reflexionó: “¿Qué voy a hacer ahora que mi patrón está por quitarme el puesto? No tengo fuerzas para cavar, y me da vergüenza pedir limosna.4 Tengo que asegurarme de que, cuando me echen de la administración, haya gente que me reciba en su casa. ¡Ya sé lo que voy a hacer!”
5 »Llamó entonces a cada uno de los que le debían algo a su patrón. Al primero le preguntó: “¿Cuánto le debes a mi patrón?” 6 “Cien barriles de aceite”, le contestó él. El administrador le dijo: “Toma tu factura, siéntate en seguida y escribe cincuenta.” 7 Luego preguntó al segundo: “Y tú, ¿cuánto debes?” “Cien bultos de trigo”, contestó. El administrador le dijo: “Toma tu factura y escribe ochenta.”
8 »Pues bien, el patrón elogió al administrador de riquezas por haber actuado con astucia. Es que los de este mundo, en su trato con los que son como ellos, son más astutos que los que han recibido la luz. 9 Por eso les digo que se valgan de las riquezas para ganar amigos, a fin de que cuando éstas se acaben haya quienes los reciban a ustedes en las viviendas eternas.
10 »El que es honrado en lo poco, también lo será en lo mucho; y el que no es íntegro en lo poco, tampoco lo será en lo mucho. 11 Por eso, si ustedes no han sido honrados en el uso de las riquezas, ¿quién les confiará las verdaderas? 12 Y si con lo ajeno no han sido honrados, ¿quién les dará a ustedes lo que les pertenece?
13 »Ningún sirviente puede servir a dos patrones. Menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir a la vez a Dios y a las riquezas.»
Notemos que en esta parábola, se alaba al mayordomo por su sabiduría, no por haber despilfarrado el dinero de su amo. Es una enseñanza positiva la que nos desea transmitir Jesucristo.
El mayordomo ANTES de quedarse DESEMPLEADO evalúa con realismo sus circunstancias futuras, ahora que va a quedar sin empleo. RAZONA qué NO puede hacer. NO se engaña, diciéndose a sí mismo que puede hacer cualquier cosa. NO. Traza una estrategia realista para enfrentar su problema de forma que NO perjudique a nadie. No miente. No roba. No engaña. No manipula. En otras palabras, no busca salir del atolladero cayendo en la tentación de irse a los atajos de la situación.
Pensar antes de actuar, clave para enfrentar la crisis
Lamentablemente, muchos, por no decir la mayoría, enfrenta sus problemas económicos tratando de perjudicar a otros, estafando, defraudando, engañando, mintiendo, robando, etc. En resumen, ceden a la tentación de buscar atajos para resolver su situación económica con atajos: endeudarse más, desesperarse y caer en negocios ilícitos, etc.
En esta parábola Jesús nos exhorta a ser prudentes y previsivos, siguiendo la Regla Áurea de “hacer a otros lo que quieres que te hagan” (Mateo 7:12). Vemos en la parábola que el mayordomo se benefició a sí mismo y a los demás. Si en estos tiempos de crisis asumimos una actitud de fe y confianza, reconoceremos las oportunidades de beneficiar a otros legalmente y beneficiarnos a nosotros mismos, y obtener el dinero y recursos que requerimos.
La parábola igualmente nos enseña un hecho clave pasado por alto con frecuencia: las relaciones interpersonales. Es importante saber tratar a las personas. Obras de renombre en los últimos años como “7 hábitos de la gente altamente efectiva”, “Inteligencia Emocional”, entre tantas otras, enfatizan la necesidad de sabernos manejar internamente y saber manejar nuestras relaciones con otras personas.
Relaciones cordiales, negocios efectivos
El mayordomo de la parábola sabía CÓMO NEGOCIAR y lograr acuerdos escritos, obteniendo el máximo beneficio para todos los involucrados en la negociación.
¿Qué se requiere para saber negociar? Todos negociamos, bien sea un aumento de sueldo, un contrato, una licitación, una reestructuración de la deuda, etc. La cuestión es ¿CÓMO negociar con éxito? Existen hoy en día muchos audiolibros que nos enseñan cómo negociar con efectividad. Vale la pena invertir tiempo y dinero en saber tratar a las personas que no sólo estrechan nuestra mano, sino que también nos pagan, firman cheques a nuestro favor.
Es preciso además de ser de buen trato interpersonal, trabajador, no metido en chismes, si queremos retener nuestros empleos o conseguir uno, iniciar un negocio o conseguir nuevos clientes. Si tenemos nuestra propia empresa o negocio, ofrecer un producto de calidad, y buscar la excelencia ya no es un añadido, sino necesario si queremos que sean nuestros productos o servicios los que son comprados o contratados.
La fidelidad y diligencia en asuntos económicos y más en tiempos de crisis está intrínsecamente ligado a lo espiritual. Dios no puede conceder cosas valiosas como Su favor y sabiduría a quienes no saben manejar estos asuntos. Parece duro leer palabras como estas, pero es lo que plasma Jesús en sus palabras al decir que el que es “fiel en lo mínimo (los asuntos económicos), es fiel en lo mucho (los asuntos espirituales)”.
Y finaliza esta parábola con la exhortación de Jesús de no tener dos amos en la vida.
¿Mi amo es el dinero…
O Dios?
No se puede tener dos amos en la vida. He allí la necesidad de cambiar la visión: ser uno el amo del dinero, y no ser el dinero nuestro amo. Esa es la visión que plantea la Biblia: usar el dinero pero no dejarse usar por él.
3. Confiar en la abundancia:
En la actualidad, es difícil cambiar la conciencia de escasez a la conciencia de la abundancia. Negar que la abundancia y la vida abundante aún en estos tiempos de crisis es posible, sería negar el poder de Dios de proveer y dar cosas buenas. Que es posible tener casa, carro, negocios prósperos, y una vida mejor para nuestras familias y para nosotros, es lo que Dios desea darnos, y debemos luchar por eso. Dice la Biblia en Santiago 1:17:
Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, donde está el Padre que creó las lumbreras celestes, y que no cambia como los astros ni se mueve como las sombras.