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Gabriel, mensajero de Dios




Gabriel es el ángel que anuncia a María que será la madre del Mesías. Antes de aparecerse a María, anunció a Zacarías, un sacerdote, que sería padre de Juan, el preparador del camino del Mesías. Y hacia el siglo VI a. C., fue enviado al profeta Daniel para darle 2 mensajes proféticos.

¿Qué tiene de extraordinario Gabriel? Que es, junto a Miguel el Arcángel, el único ángel que da a conocer su nombre en la Biblia. Y sus apariciones en la Biblia revelan mucho del carácter de Dios y de los seres espirituales.

Por ejemplo, la primera vez que apareció ante Daniel, fue por orden divina:

Aconteció que mientras yo, Daniel, consideraba la visión y procuraba comprenderla, se puso delante de mí uno con apariencia de hombre. Y oí una voz de hombre entre las riberas del Ulai, que gritó y dijo: "Gabriel, enseña a este la visión"

Vino luego cerca de donde yo estaba. Y al venir, me asusté y me postré sobre mi rostro. 

Pero él (Gabriel) me dijo (a Daniel): Entiende, hijo de hombre, que la visión es para el tiempo del fin.

Mientras él hablaba conmigo, caí dormido en tierra sobre mi rostro. Él me tocó y me hizo estar en pie.

Y dijo: Yo te enseñaré lo que ha de venir al fin de la ira; porque eso es para el tiempo del fin.

En cuanto al carnero que viste, que tenía dos cuernos: estos son los reyes de Media y de Persia.

El macho cabrío es el rey de Grecia, y el cuerno grande que tenía entre sus ojos es el rey primero. En cuanto al cuerno que fue quebrado y sucedieron cuatro en su lugar, significa que cuatro reinos se levantarán de esa nación, aunque no con la fuerza de él. 


Al fin del reinado de estos, cuando los transgresores lleguen al colmo, se levantará un rey altivo de rostro y entendido en enigmas. Su poder se fortalecerá, mas no con fuerza propia; causará grandes ruinas, prosperará, actuará arbitrariamente y destruirá a los fuertes y al pueblo de los santos.



Con su sagacidad hará prosperar el engaño en su mano; en su corazón se engrandecerá y, sin aviso, destruirá a muchos. Se levantará contra el Príncipede los príncipes, pero será quebrantado, aunque no por mano humana.


La visión de las tardes y mañanas (las 2300), que se ha referido es verdadera; y tú guarda la visión, porque es para muchos días.

Daniel 8

Gabriel es enviado a Daniel para darle entendimiento. ¿De qué? De un sueño profético. Pero Gabriel instruyó a Daniel claramente sobre el hecho de que esa visión profética era para el tiempo del fin. Debía entender que él era el receptor de la profecía, mas no el intérprete de la misma, puesto que su cumplimiento sería para el tiempo del fin. Sin embargo, reveló el contenido de la profecía. Dio a Daniel ánimo para que recibiera la profecía, y la pudiera escribir, profecía que leemos en Daniel 8.

Una de las funciones de los ángeles en la Biblia es la de dar mensajes. Su nombre en hebreo significa "mensajero". 

Los ángeles son seres espirituales. NO tienen un cuerpo físico. Para poder aparecer ante los humanos, deben materializar un cuerpo. Por ello se les describe como hombres en la Biblia, aunque revestidos en ocasiones con luz.


Su presencia causaba temor. Imagínese lo que es estar solo o sola en un lugar y que de repente se aparezca alguien. Es para asustarse. A ese tipo de experiencias les llaman numinosas. Viene del latín numen, que significa la presencia de un poder espiritual autónomo. Puede ser una experiencia positiva o negativa, dependiendo de quién es el ser que aparece.

Por ello las apariciones angelicales en la Biblia son mencionadas en circunstancias muy específicas, en las que el ángel dirige la atención al mensaje de Jehová, y no a sí mismo. Vemos en el caso de Gabriel que no hay despliegues de poder o de milagros. Eso hubiera dirigido la atención al ángel, a su poder, y no a lo que Dios deseaba comunicar a las personas recipientes del mensaje. Por supuesto, las apariciones de ángeles en la Biblia no siguen un patrón similar. TODAS son diferentes, pero siempre el énfasis era el MENSAJE, no el MENSAJERO (el ángel).

Los ángeles, como Gabriel, poseen una inteligencia sobrehumana. Tienen capacidades que humanos imperfectos, no tienen. Por ejemplo, una visión clara del tiempo y el espacio.

¿Cómo entender el tiempo? ¿O el espacio? ¿O la multidimensionalidad de la persona de Dios y su influencia en la historia del Universo y la Humanidad? Esos asuntos parecen dignas de cuestiones teológicas o filosóficas.

Los ángeles, como Gabriel, tienen claridad en que Dios es Luz. Y que Él envía luz y verdad. En la Biblia se declara que los ángeles ven con detenimiento cómo Dios despliega su sabiduría en Sus tratos con la Humanidad. ¿No se supone que los ángeles en el Cielo lo saben TODO? NO. Por ejemplo, el mayor de los ángeles, Miguel el Arcángel, Jesucristo en su puesto celestial, no sabía el "día ni la hora". Cuando lo dijo, hace casi 2.000 años, no lo dijo con amargura o resentimiento por no saberlo. Sencillamente sabía que todas las cosas en el tiempo y el espacio son de la soberanía de Dios. Él establece tiempos y tiempos señalados. ¿Jesucristo no sabía la fecha exacta de sucesos relacionados con el fin del sistema de cosas o del orden de cosas? No. Sin embargo, eso era parte de su entendimiento. Un entendimiento de la persona de Dios, y una aceptación de Su soberanía en la Historia de la Humanidad.

En los ángeles, como Gabriel, el tiempo es eterno. No hay límites en el tiempo. No hay el afán de que las cosas sean "YA". Ellos saben que todo tiene su tiempo y ocasión en el tiempo de Dios. Y con certeza, lo que Dios señala que sucederá en el futuro, así será. Ellos se muestran atentos, expectantes a lo que sucede. Sin especulaciones. ¿Será así? ¿Ocurrirá de esta forma? No, no es lo que ellos hacen. Ellos mantienen su expectativa alerta en lo que sucede de forma real y efectiva. No en las conjeturas que ellos hagan.


Los ángeles, como Gabriel, aprenden de Dios y de los humanos. Por ejemplo, Gabriel trató directamente con 3 humanos en un lapso de 600 años: el profeta Daniel, Zacarías (padre de Juan el Bautista) y María, la madre de Jesús.

A Daniel reveló la profecía del tiempo de la aparición del Mesías: la profecía de las 70 semanas de años. Gabriel dijo a Daniel en esa ocasión:

»Aún estaba hablando, orando y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová, mi Dios, por el monte santo de mi Dios; aún estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión, al principio, volando con presteza vino a mí como a la hora del sacrificio de la tarde. Me hizo entender, y habló conmigo diciendo: "Daniel, ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento. 

Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la visión.

¿Qué hacía Daniel en ese momento que aparece el ángel Gabriel? Oraba a Dios. Era una oración en búsqueda de entender y discernir tiempos proféticos. Daniel había discernido que se acercaba el fin de los 70 años de desolación de Jerusalén, hecho ocurrido en 587 a. C. Así que Daniel, en oración ruego y ayuno buscó de Dios respuestas. ¿Y ahora qué pasaría con el propósito de Dios? La respuesta Jehová la dio, en la persona del ángel Gabriel, en la profecía de las 70 semanas que señalaban al Mesías.

El ángel Gabriel le dice que es muy amado. ¿Quién le amaba tanto? Le amaba Jehová, y era amado por los ángeles. Daniel era un hombre que había demostrado en su vida que Jehová era primero, más allá del dinero, la posición social y la reputación ante otros. ¿No logró acaso Daniel siempre estar en la cima del poder en Babilonia y Medo-Persia? Sí, y no lo logró por simples méritos, o por ser un buscador de oportunidades políticas. Dios le dio favor y le promovió siempre.

El ángel Gabriel, relata Daniel "volaba con presteza". A los ángeles sabemos que se les muestra con alas en la Biblia, eso indica velocidad y movimiento. Gabriel se aseguró de cumplir enseguida su misión.

Reflexionando un poco sobre las palabras de Gabriel a Daniel, ciertamente debió ser maravilloso para Daniel escuchar que era muy amado por Dios. Esas son palabras que hacen falta escuchar. Que somos amados y amadas de Dios. Que a pesar de nuestros errores y fallas, Dios nos ama, y espera lo mejor de cada uno de nosotros. Que Dios está atento a nuestros ruegos, que escucha con amor lo que le decimos, sea lo que sea. Que en esa búsqueda de entender y discernir asuntos espirituales, Él desea darnos entendimiento y hacernos conocer las cosas.

Hoy día no tenemos ese tipo de sucesos. No obstante, cada vez que alguien nos dice una palabra de ánimo, o de esperanza, o nos ilumina el entendimiento y discernimos que se responden nuestras oraciones, o encontramos esa solución "perfecta" a un problema que tengamos, que parece arreglado "casualmente", ¿no será acaso un ángel, como Gabriel, que voló enseguida, enviado por Dios, para respondernos, ayudarnos y consolarnos? Y cuando somos nosotros los que damos esa palabra de fe y esperanza, y aseguramos a otra persona que Dios le ama, y le servimos de ayuda, ¿no seríamos nosotros en ese caso, como un ángel que llegó en el momento oportuno de la forma apropiada para ser la respuesta de Dios a la oración de alguien?
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