Salomón: constructor del Templo de YHWH
Transcurre el año 1034 a. C., es
el mes judío de Ziv, que corresponde a los meses de abril y mayo. Salomón,
Rey de Israel, da inicio a la construcción de una de las edificaciones más
importantes del mundo antiguo: el Templo de YHWH en Jerusalén, en el monte
Moria. Se cree que el lugar en el que actualmente se encuentra en Jerusalén la
Cúpula de la Roca, era el lugar en el que originalmente se ubicaba el Templo
que construyó Salomón, hace poco más de 3.000 años.
Cómo se construyó el Templo
Edificar un Templo, el lugar en
el que se adoraría a YHWH, y estaría ubicada el Arca del Pacto, símbolo de la
Presencia de Dios, era el objetivo del Rey Salomón. Pero el Templo era para adorar
a Dios. Lógicamente, debía ser Él quien indicara cómo se construiría el Templo. Y así fue.
Dios eligió el lugar en el que se construiría: sería el
terreno que pertenecía a un hombre llamado Ornán (1 Crónicas 21:18-30). El Rey
David compró este y otros terrenos circundantes, para edificar allí el Templo,
en el que ya había un altar a Dios.
El proyecto
arquitectónico, también lo suministró YHWH, por inspiración
divina. En 1 Crónicas 28:11-12 se indica que “David dio a Salomón su hijo el plano
arquitectónico, de todo lo que había llegado a estar con él por
inspiración, para los tesoros de la casa de Dios, y para los tesoros de
las cosas sagradas”.
El dinero
necesario para la edificación, también lo suministró YHWH, pues el Rey David
al llamar a Salomón y a los príncipes de Israel les dijo:
¿Quién soy yo y quién es mi
pueblo, para que no usemos nuestro poder para hacer ofrendas voluntarias de
esta manera?
Porque todo proviene de Ti, y de Tu
propia mano te hemos dado.
Oh YHWH Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos preparado para
edificarte una casa, que es para tu santo nombre, de Tu mano es, y a Ti todo ello pertenece. Bien sé, oh
Dios mío, que Tú eres examinador del
corazón, y que te complaces en un corazón recto.
Yo (el Rey David), por mi parte, en la probidad de mi corazón he ofrecido
voluntariamente todas estas cosas, y ahora he tenido gozo en ver a tu pueblo
que se halla aquí ahora hacerte ofrendas voluntariamente”.
1 Crónicas 29:14-19
Estando listos
el terreno, el dinero, y los materiales que se usarían, ¿era suficiente con eso para construir el Templo de YHWH,
un lugar en el que estaría Su presencia bendita?
En una sentida
oración, David oró a favor de su hijo Salomón, y le pidió a Dios que Salomón
tuviera un “corazón completo para que guardara los mandamientos de Dios, y para
que haga todo, y para que edifique el Templo” (1 Crónicas 29:14-19). “A menos
que Dios edifique la casa, de nada vale que los trabajadores luchen duro en
construirla”, dice el Salmo 127:1, por cierto, escrito por el mismísimo Rey
Salomón.
El Templo de YHWH se construyó bajo Su dirección, espíritu y bendición. Sin ello, todos
los recursos materiales no hubieran servido de nada.
La construcción
del Templo se tomó alrededor de 7 años de trabajo. Las piedras que se usaron, fueron
cortadas a la medida antes de
llevarlas al lugar. Es decir, no hubo ruidos ni contaminación ambiental, no se
oyó sonido ningún instrumento o herramienta. El rey de Tiro, Hiram, colaboró en
la construcción del Templo, al suministrar madera de cedro y enebro, a cambio
de trigo, cebada, aceite y vino, que les daba el Rey Salomón. También suministró
trabajadores hábiles, siendo Hiram el más famoso maestro de obras que participó
en la construcción del Templo, quien era hijo de un tirio y una mujer judía.
Respecto de la
mano de obra, Salomón reclutó para trabajo forzado a 30.000 hombres. Ellos eran
enviados al Líbano en turnos de 10.000 al mes. Cada grupo de 10.000 volvía a
sus hogares por períodos de dos meses. Trabajaban 1 mes, y descansaban 2 meses.
También participaron miles de cargadores y cortadores en la obra.
¿Cuánto costó
construir el Templo? Se reunió un total de 108.000
talentos, 10.000 dáricos de oro y 1.017.000 talentos de plata. ¿En dólares? Según
valores actuales equivaldría, aproximadamente, a más de 150.000 millones de dólares.
No todo se gastó, y lo que quedó, se depositó en la tesorería del templo.
Cómo se inauguró el Templo
Hacia el año 1026 a. C., en el
mes judío de Etanim, equivalente a los meses de septiembre y octubre, se
inauguró el templo. Salomón reunió a los hombres de todo Israel en Jerusalén
para la inauguración del Templo, y para celebrar la fiesta de las cabañas.
Lo primero que sucede es que
los sacerdotes empezaron a llevar el Arca del Pacto. Los sacerdotes introdujeron el
Arca en
su lugar, el Santísimo, debajo de las
alas de los querubines. La representación de los querubines, extendían sus alas
sobre el lugar del Arca, de modo que los querubines cubrían en
forma protectora desde arriba el Arca y sus varales. Dentro del Arca estaban:
la jarra de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que echó botones y las Tablas
de los 10 Mandamientos.
También, los utensilios santos
que había en el Tabernáculo, ahora eran introducidos en el templo. Por
supuesto, sólo los sacerdotes y levitas estaban autorizados para tocarlos y
hacer uso sagrado con ellos.
¿Y Salomón y los demás
israelitas, qué hacían? Esperaban,
en asamblea solemne, delante del Arca, sacrificando ovejas y reses vacunas, en
gran cantidad.
YHWH bendice al templo con Su presencia
Cuando los sacerdotes salieron
del Lugar Santo del Templo, algo extraordinario sucede. Una nube llenó el Templo. De hecho, los
sacerdotes no pudieron permanecer en el Templo para hacer su trabajo, por causa
de la nube, pues esa nube, la gloria de YHWH, llenó esa edificación, que
sería ahora la casa de YHWH.
Salomón dijo, en una oración desde el corazón (el relato completo se encuentra en 1 Reyes 8:1-66):
“YHWH dijo que Él iba a residir en densas tinieblas. He tenido éxito en edificar una casa, un
lugar excelso para Ti, un lugar
establecido donde residas hasta tiempos indefinidos”.
Salomón discernió que la
presencia de esa nube gloriosa era la señal divina de bendición. Sí, YHWH
había bendecido la construcción del Templo. La satisfacción en el corazón de Salomón
por haber logrado lo que su padre David quería, de edificar una casa para Dios,
le impulsó a orar a Dios frente a todo Israel. Parte de esa oración de Salomón
dice:
“Bendito sea YHWH, Dios de
Israel… Oh YHWH el Dios de Israel, no
hay Dios como Tú en los cielos ni en la tierra, que guardas el pacto y la
fidelidad para con Tus siervos, que están andando delante de Ti con todo su
corazón…
Pero ¿verdaderamente morará Dios sobre la tierra? ¡Mira! Los cielos, el mismísimo
Cielo de los Cielos, ellos mismos no pueden contenerte; ¡cuánto menos, esta
casa que yo he edificado!”
La oración completa del Rey Salomón
a Dios es una oración de alabanza, de bendición, y de pedir el favor de Dios
sobre el pueblo. Ofreció un gran sacrificio de 22.000 reses vacunas y 120.000
ovejas.
La inauguración del Templo fue un
período de gran renovación de la excelsa adoración de Dios. En total, fueron 14
días de fiesta, de gratitud y alabanza a Dios, en la que la nación reafirmó su
devoción unificada a YHWH, el Único Dios Verdadero. Salomón envió a la gente
a sus casas, sintiéndose llenos de fe y alegría en el corazón. Después, Salomón
asignó a las divisiones sacerdotales con sus respectivos servicios y colocó a
los levitas a cargo de sus puestos y deberes, tal como había dispuesto David.
Salomón construyó el Templo, y
tuvo la bendición divina, evidenciada en esa nube brillante que lo llenó de
gloria. Su obediencia, sabiduría, y el andar con un corazón completo, siguiendo
las órdenes y directrices espirituales de David, su padre, fueron ingredientes
claves en que el Templo se edificara. También demostró un espíritu generoso, y
utilizó la ocasión para promover la adoración a Dios entre los corazones del
pueblo. Lo que hizo, es un ejemplo de cómo el ser obedientes, generosos,
actuando con fe y sabiduría, son elementos de los que Dios se vale para
promover su adoración y alabanza.