Jesucristo y Sus dichos que son espíritu y vida
Este lugar, hace 2.000 años, fue el escenario de un suceso notable. Aquí Jesús enseñaba. La gente le había ido a buscar, personas que querían proclamar a Jesús como Rey. ¿Realmente querían a Jesús como su Rey?
El punto es que el día anterior, Jesús les dio de comer milagrosamente. Se dijeron a sí mismos que Jesús, definitivamente, era el Rey que debían tener como nación. Pero Él, dirigió la atención a otros asuntos. Y estando en la sinagoga de Capernaúm, comenzó a hablar, lo que Él llamó dichos que son "espíritu y vida" (Juan 6:63).
Evidentemente, en estos tiempos, ansiamos los dichos de Jesús que son espíritu y vida. Hay frescura, verdad, poder y eficacia en los dichos de Jesús. Al leer en los Evangelios Su enseñanza, vemos que esta tiene la potencia divina que llega al corazón, y que nos mueve a acercarnos a Dios, a compenetrarnos profundamente con la necesidad de estar siempre cerca del Padre, tener siempre intimidad con Él.
En la ocasión ya mencionada, Jesús habló de "entender las señales milagrosas" que Él había ejecutado (Juan 6:26). En aquel entonces, Jesús invitaba a la gente que había comido de la comida que Él milagrosamente les dio, a reflexionar en asuntos más profundos, en captar lo que Dios deseaba transmitirles mediante Jesús.
Lamentablemente, las personas vieron de manera carnal el asunto, viendo a Jesús como el que les resolvía el problema de la comida y punto. El propósito espiritual, no era discernido.
En esta fecha, cuando culmina el año 2011, hacemos bien en aceptar la invitación de Jesús de "entender las señales milagrosas" que se han manifestado en los últimos años. ¿Cómo vemos el escenario mundial? Desde hace 3 años, el mundo ha dado giros que han sorprendido a todos. Nadie se esperaba ciertos acontecimientos que hace cosa de 5 ó 10 años eran impensables. Por ejemplo, recordemos la crisis financiera mundial y sus efectos en todos los países del mundo. O el cómo los avances tecnológicos han dado un protagonismo relevante a personas comunes y corrientes que exigen tener voz y voto en los asuntos que le importan. Cualquiera en Facebook, Twitter, mensajería de texto u otros medios, puede expresar lo que piensa, y ser tomado en cuenta.
Quizás alguien diga ¿y esto qué tiene de "milagroso"? No podemos olvidar la profecía de Jesús sobre la Presencia del Hijo del Hombre, los sucesos que iban a marcar la escena global, y cómo, la gente ignoraría lo que sucede, así como sucedió en los días de Noé (Mateo 24:37-39).
Si queremos que los dichos de Jesús sean espíritu y vida para nosotros, debemos tomar nota en nuestros corazones sobre el significado de lo que vemos suceder que cumple con la infalible palabra profética de Dios. Si queremos escuchar la enseñanza de Jesús, necesario es absorberla toda, al 100%, y no las porciones que nos gustan. Por ejemplo, mientras enseñaba en esta sinagoga de Capernaúm, la enseñanza de Jesús ofendió a la gente, y esta se sintió escandalizada. De hecho, muchos que seguían a Jesús, le abandonaron. ¿Fueron para ellos los dichos de Jesús "espíritu y vida"? No, para ellos era desagradable hasta la médula siquiera seguir escuchando a Jesús. Mejor era devolverse a sus vidas, y dejar a Jesús con su escándalo y su locura, según ellos.
Jesús tiene "dichos de vida eterna" como le dijo Pedro en esa ocasión (Juan 6:68). Pedro también escuchó las palabras de Jesús que otros consideraron ofensivas y escandalosas. ¿Y qué haría? ¿Volver atrás, a Galilea, a escuchar la enseñanza rígida de los fariseos? ¿Era mejor escuchar a los fariseos que a Jesús? Bueno, los que se fueron del lado de Jesús así lo consideraron.
En los evangelios tenemos dichos de Jesús, entre los que se cuentan profecías que estamos viendo suceder en estos tiempos. Los hechos no pueden ser ignorados, porque Dios y Jesús no van a detenerse en el propósito divino, así lo ignore la gente. Investigar y escudriñar en los evangelios el verdadero evangelio de Jesús, es conocer y conectarse con el evangelio del Reino de Dios, del amor, la luz y la verdad.
Jesús dijo:
-El que come mi carne y bebe mi sangre, vive unido a mí, y yo vivo unido a él. El Padre, que me ha enviado, tiene vida, y yo vivo por él; de la misma manera, el que se alimenta de mí, vivirá por mí. Hablo del pan que ha bajado del cielo. Este pan no es como el maná
que comieron los antepasados de ustedes, que a pesar de haberlo comido
murieron; el que come de este pan, vivirá para siempre.
Juan 6:56-58
"El que come mi carne y bebe mi sangre, vive unido a mí, y yo vivo unido a él". ¡Qué invitación más entrañable y profunda! Vivir unidos a Jesús, y que Él viva unido a uno mismo. ¿Cómo podría uno rechazar la oportunidad de enlazarse en unión amorosa con el Padre y con el Hijo? Pero vivir unidos a Jesús nos coloca bajo el compromiso de ser leales a la causa del Hijo de Dios. Él habló sobre el adorar al Padre con espíritu y verdad, y el asumir al Reino de Dios como el que nos rige en todo aspecto de la vida. Particularmente, es el absorbernos tan profunda y totalmente con Jesús, que es como si comiéramos de su carne y bebiéramos de su sangre, lo que nos introduce en esa unión espiritual con Él y Su Padre, pues recordemos que Jesús y YHWH, el Padre, son uno (Juan 10:30).
El punto es que el día anterior, Jesús les dio de comer milagrosamente. Se dijeron a sí mismos que Jesús, definitivamente, era el Rey que debían tener como nación. Pero Él, dirigió la atención a otros asuntos. Y estando en la sinagoga de Capernaúm, comenzó a hablar, lo que Él llamó dichos que son "espíritu y vida" (Juan 6:63).
Evidentemente, en estos tiempos, ansiamos los dichos de Jesús que son espíritu y vida. Hay frescura, verdad, poder y eficacia en los dichos de Jesús. Al leer en los Evangelios Su enseñanza, vemos que esta tiene la potencia divina que llega al corazón, y que nos mueve a acercarnos a Dios, a compenetrarnos profundamente con la necesidad de estar siempre cerca del Padre, tener siempre intimidad con Él.
En la ocasión ya mencionada, Jesús habló de "entender las señales milagrosas" que Él había ejecutado (Juan 6:26). En aquel entonces, Jesús invitaba a la gente que había comido de la comida que Él milagrosamente les dio, a reflexionar en asuntos más profundos, en captar lo que Dios deseaba transmitirles mediante Jesús.
Lamentablemente, las personas vieron de manera carnal el asunto, viendo a Jesús como el que les resolvía el problema de la comida y punto. El propósito espiritual, no era discernido.
En esta fecha, cuando culmina el año 2011, hacemos bien en aceptar la invitación de Jesús de "entender las señales milagrosas" que se han manifestado en los últimos años. ¿Cómo vemos el escenario mundial? Desde hace 3 años, el mundo ha dado giros que han sorprendido a todos. Nadie se esperaba ciertos acontecimientos que hace cosa de 5 ó 10 años eran impensables. Por ejemplo, recordemos la crisis financiera mundial y sus efectos en todos los países del mundo. O el cómo los avances tecnológicos han dado un protagonismo relevante a personas comunes y corrientes que exigen tener voz y voto en los asuntos que le importan. Cualquiera en Facebook, Twitter, mensajería de texto u otros medios, puede expresar lo que piensa, y ser tomado en cuenta.
Quizás alguien diga ¿y esto qué tiene de "milagroso"? No podemos olvidar la profecía de Jesús sobre la Presencia del Hijo del Hombre, los sucesos que iban a marcar la escena global, y cómo, la gente ignoraría lo que sucede, así como sucedió en los días de Noé (Mateo 24:37-39).
Si queremos que los dichos de Jesús sean espíritu y vida para nosotros, debemos tomar nota en nuestros corazones sobre el significado de lo que vemos suceder que cumple con la infalible palabra profética de Dios. Si queremos escuchar la enseñanza de Jesús, necesario es absorberla toda, al 100%, y no las porciones que nos gustan. Por ejemplo, mientras enseñaba en esta sinagoga de Capernaúm, la enseñanza de Jesús ofendió a la gente, y esta se sintió escandalizada. De hecho, muchos que seguían a Jesús, le abandonaron. ¿Fueron para ellos los dichos de Jesús "espíritu y vida"? No, para ellos era desagradable hasta la médula siquiera seguir escuchando a Jesús. Mejor era devolverse a sus vidas, y dejar a Jesús con su escándalo y su locura, según ellos.
Jesús tiene "dichos de vida eterna" como le dijo Pedro en esa ocasión (Juan 6:68). Pedro también escuchó las palabras de Jesús que otros consideraron ofensivas y escandalosas. ¿Y qué haría? ¿Volver atrás, a Galilea, a escuchar la enseñanza rígida de los fariseos? ¿Era mejor escuchar a los fariseos que a Jesús? Bueno, los que se fueron del lado de Jesús así lo consideraron.
En los evangelios tenemos dichos de Jesús, entre los que se cuentan profecías que estamos viendo suceder en estos tiempos. Los hechos no pueden ser ignorados, porque Dios y Jesús no van a detenerse en el propósito divino, así lo ignore la gente. Investigar y escudriñar en los evangelios el verdadero evangelio de Jesús, es conocer y conectarse con el evangelio del Reino de Dios, del amor, la luz y la verdad.
Jesús dijo:
Juan 6:56-58
"El que come mi carne y bebe mi sangre, vive unido a mí, y yo vivo unido a él". ¡Qué invitación más entrañable y profunda! Vivir unidos a Jesús, y que Él viva unido a uno mismo. ¿Cómo podría uno rechazar la oportunidad de enlazarse en unión amorosa con el Padre y con el Hijo? Pero vivir unidos a Jesús nos coloca bajo el compromiso de ser leales a la causa del Hijo de Dios. Él habló sobre el adorar al Padre con espíritu y verdad, y el asumir al Reino de Dios como el que nos rige en todo aspecto de la vida. Particularmente, es el absorbernos tan profunda y totalmente con Jesús, que es como si comiéramos de su carne y bebiéramos de su sangre, lo que nos introduce en esa unión espiritual con Él y Su Padre, pues recordemos que Jesús y YHWH, el Padre, son uno (Juan 10:30).