El desafío de adorar a YHWH en “ESPÍRITU Y VERDAD”, como lo enseñó Jesucristo
Jesucristo enseñaba con claridad. Usaba palabras sencillas, frases que
transmitían la sustancia y la esencia de su mensaje. Un mensaje que, como Él
mismo dijo, no se originaba de su propio intelecto u opinión, sino del Padre,
YHWH:
Jesús les
respondió: «Esta enseñanza no es mía, sino de aquel que me envió. El que
quiera hacer la voluntad de Dios, sabrá si la enseñanza es de Dios, o si yo
hablo por mi propia cuenta.
Juan 7:16,
17
Si el mensaje de Jesucristo se originaba del Padre, y YHWH es la Fuente de
la Verdad y la Luz, lógicamente debemos esperar que esa enseñanza de Jesucristo
sea verdadera, y nos conduzca a adorar al Padre en espíritu y verdad, como le
expresó a la mujer samaritana (Juan 4:22-24).
Adorar al Padre así como lo enseñó Jesús, en espíritu y verdad, nos coloca en el compromiso de que nos aseguremos el
desechar por completo toda falsedad,
argumento, opinión, tradición, punto de vista o tendencia de creencia que no armonice con las Escrituras y con la
guía iluminadora del espíritu santo de Dios.
¿Es eso fácil? No. Existen muchos “vientos de enseñanza”, como existían en
el Siglo I. El apóstol Pablo hablaba de los “niños fluctuantes, arrastrados para todos lados
por todo viento de enseñanza, arrastrados por los engaños de aquellos que
emplean con astucia artimañas engañosas” como lo escribió en Efesios 4:14.
Y es que en estos tiempos de hambre espiritual y
búsqueda, se corre el riesgo de confundirse, de dejarse llevar por informes
sensacionalistas, fantasías, teorías de conspiración y demás fábulas y leyendas
urbanas del Siglo XXI. ¿Es sabio creer cualquier cosa que uno lea o escuche? No, evidentemente, pero si
eso que uno lee está acompañado de “evidencias”, o hasta textos de las Escrituras
o información “iluminada”, corremos el riesgo de desviarnos a lo que alguien
enseñe, más bien que dejar que sea Dios mismo quien nos guíe. YHWH posee Su
Palabra inspirada y Su espíritu santo para iluminarnos y darnos la guía que
requerimos.
¿Qué hacer? Usar discernimiento y perspicacia, orando y escudriñando en profundidad y con mente abierta las Escrituras, y esperar en YHWH sobre cuál es Su parecer sobre
ciertas enseñanzas. ¿Es eso fácil? No, requiere fe y paciencia, y esperar de
Dios Sus respuestas. Por algo Jesucristo nos advirtió de falsos profetas y Cristos, y
estando advertidos, es sabio prestar atención a estas advertencias.