Sobre la venida del Hijo del Hombre
Días antes a los sucesos que llevaron a su muerte, Jesús dio una extensa profecía, en la que diversos acontecimientos ocurrirían. La podemos encontrar en Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21.
Guerras, hambrunas, pestes, terremotos, son algunos de los sucesos que describió Jesús en su profecía. Lógicamente, reconocemos en Jesús al Hijo de Dios, al Salvador, a quien dio su vida para salvarnos. Pero, ¿cómo reconocemos a Jesús como profeta?
Para los judíos, un profeta era una persona que tenía una palabra de parte de YHWH. Dios le revelaba lo que iba a suceder, y el profeta debía dar advertencia. Las personas podían escuchar y actuar en consecuencia, o desoír la profecía. Las consecuencias eran ineludibles.
Jesús no encaja con el perfil tradicional de "profeta", no lo asociamos con un Elías o Isaías, dando mensajes de juicio. Jesús en su profecía se enfocó en su presencia, o segunda venida. Y que habrían acontecimientos que apuntarían a dicha presencia. Jesús viniendo con gran poder y gloria real, para tomar el poder de la Tierra e iniciar la era mesiánica.
Nos encantaría tener una fecha o forma de calcular la fecha de esa presencia real de Jesucristo. Pero no la tenemos. Lo que sí nos dejó Jesús, fue una serie de sucesos y acontecimientos, que de manera simultánea y global pasarían.
El consejo de Jesús sobre la predicha "gran tribulación", apunta hacia una actitud de ser vigilante, discernidor y atento.
Leemos:
Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas; y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuese posible, aun a los escogidos. He aquí lo he dicho antes.
Así que, si les dijeren: He aquí, está en el desierto, no salgan: He aquí, en las alcobas, no lo crean. Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. Porque dondequiera que esté el cuerpo muerto, allí se juntarán también las águilas.
Mateo 24:24-28
Al levantarse falsos Cristos y profetas, quiere decir que se necesita discernimiento. Un terremoto o una guerra no necesitan discernimiento para reconocerlos. Pero mensajes en el nombre de Cristo, profecías que se nos ofrecen como "iluminadas" o dadas por "conductos de comunicación de Dios en la Tierra", podrían desviar la atención hacia el verdadero mensaje de Jesús.
Hay que reconocer que existe desgaste en el ánimo de la gente de leer o escuchar sobre la profecía de Jesús. ¿Por qué? Tantas fechas fallidas, armagedones que nunca sucedieron, raptos de la iglesia que no pasaron, hicieron mella en el sentido de vigilancia de los seguidores de Jesús en general.
Es peligroso basar el sentido de vigilancia en la palabra profética de Jesús en base a fechas o sensacionalismos. No era ese el espíritu de las palabras de Jesús. Dijo lo que sucedería durante su presencia, e instó a ser vigilantes, estar atentos a los acontecimientos.
Se trata de mantenerse vigilante y atento a los acontecimientos y actuar en consecuencia. Eso no exluye la necesidad de fortalecer la fe, y poder tomar medidas prácticas en ciertas circunstancias. Si por ejemplo, vivimos en zona sísmica, hay que tomar previsiones, o en una zona que pueda estar en alerta de huracanes.
Las palabras de Jesús son claras, no hay dobleces en su interpretación. No habla de primer cumplimiento o segundo, o de algo que sucede desde cierta fecha. Se requiere discerimiento y aceptar lo que él indicó sobre ser vigilantes a los sucesos y no perder la fe.