Dios se interesa en ti
Multitudes de personas seguían a Jesús. De los lugares más distantes iban a donde él estaba. No importaba si se trataba de personas enfermas, con problemas de posesión de espíritus malignos o simplemente para escucharle. Jesús tenía algo, algo que no tenían los líderes religiosos de si tiempo: se interesaba en las personas. Le importaban, y no los rechazaba por ser pobres o ricas, judías o de otra nacionalidad, de posición social o credenciales académicas de renombre.
Personas como recaudadores de impuestos y prostitutas, de clase media o baja, gente común y corriente, y hasta leprosos, buscaban a Jesús. Habían personadas marginadas por la sociedad, por cualquier motivo, y eran rechazadas por sus familias, o por la gente. El punto es que los líderes religiosos debían ser quienes les brindaran consuelo y esperanza. Sin embargo, les hacían sentir peor de lo que ya estaban, e indignos e indignas de ser amadas, apreciadas y valoradas.
En tiempos actuales, también existen personas rechazadas por la sociedad. ¿Las rechaza Dios también?
Supongamos que nos miramos al espejo, y no encajamos en el molde de ser una persona marginada o rechazada por otros. Pero, sí siente dentro de sí, un sentimiento de inferioridad, no se siente bien consigo mismo. Hay una sensación de tristeza, inquietud, o de pensar que no se tiene la suficiente autoconfianza, por diversas razones.
Enfrentar el día a día, o los avatares de la vida, nos produce desgaste. Si a eso le añadimos problemas económicos, de salud, situaciones complejas de conflicto en la pareja o con los hijos, o tener que lidiar con desánimo y depresión, el desgaste es aún mayor.
Las Escrituras indican en 1 Pedro 5:7 que debemos echar sobre el Padre TODA inquietud, porque Él se interesa en uno/una. ¿Es eso creíble? ¿Que el Padre, Creador del Universo, YHWH, Jehová, Yahvé, se interesa en mí?
Si tenemos sentimientos de inquietud, ansiedad, incertidumbre y temor, o nuestro estado de ánimo es de sentirse impotente para vencer nuestros problemas, está claro que necesitamos ayuda.
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Se nos hace fácil creer que Dios se interesaba en personajes como Moisés, David, o Pedro. Quizás uno piense que no es importante para Dios, que lo que nos sucede no le importa. En pocas palabras, a Dios uno no le importa.
El ejemplo de Jesús nos muestra que eso no es cierto. Dios se interesa en nuestra vida, en nuestras actividades, pensamientos o sentimientos. Puede que otras personas tengan un concepto negativo o erróneo de uno, pero no es el caso del Padre.
Y ésta es la verdad más fundamental que pone orden en la existencia de una persona.
Podemos reflexionar diariamente en estas cosas, y dejándonos guiar por esta fuerza. El Padre nos marca un camino de mantener la convicción de que Su interés y cuidado en nuestras vidas y lo que nos pasa no se acaba.