Disfrutar de la libertad en Cristo
Cuando uno piensa en el significado de la palabra LIBERTAD, son muchas las ideas que vienen a la mente. Por ejemplo, la libertad de que se disfruta de poder hablar, pensar, actuar, tener el trabajo u ocupación que uno quiera. O ser libre de ciertas condiciones dañinas. También es cierto que al hablar de libertad, se piensa en lo contrario: la esclavitud.
¿Qué cosas esclavizan a la gente hoy día? Hay adicciones como el
alcoholismo, el consumo de tabaco, drogas, o medicamentos que crean
farmacodependencia. El no respetar las leyes y la justicia también puede
generar que una persona pierda su libertad personal.
Jesús mencionó que era posible “conocer la verdad, y la verdad los hará
libres” (Juan 8:31, 32). Hay un punto clave que entendemos de estas palabras:
si conocer la verdad nos hace libres, estar en ignorancia nos mantiene en
esclavitud.
¿Qué asuntos tienen mayor peso e importancia en nuestra vida? Hay personas
para quienes el qué dirán de otras personas, o el guardar las apariencias, se
convierte en una especie de grillete emocional. La sociedad en la que vivimos,
nos bombardea con toda clase de creencias y tendencias que buscan mantenernos
adictos. Adictos a las redes sociales, adictos a estilos de vida, o a las modas
y conflictos políticos o sociales.
Como cristianos, reconocemos que estamos en este mundo, pero el seguir la
Ley del Cristo nos genera un profundo sentido de libertad. Podemos tener la
libertad que se obtiene de no ser esclavos de pasiones, adicciones malsanas, o
actitudes negativas. Por ejemplo, hay quienes son esclavos del resentimiento,
el rencor, el odio, o de situaciones negativas que son parte de su pasado. El
recuerdo por abusos, accidentes, situaciones traumáticas, pueden ser esos grilletes
emocionales que encadenan al corazón y al ánimo.
¿Cómo liberarse realmente? Jesús nos indicó que el conocer la verdad nos
hace libres. No se trata de un conocimiento intelectual simplemente, conjuga
también la necesidad de entender que la ignorancia y el error pueden dejar de
tener poder en nuestras vidas. Es imposible hacer una lista de todas las cosas
que pueden esclavizarnos o mantenernos en grilletes figurativos, pero si entendemos
que el aprender de Jesucristo nos libera de cadenas, eso nos ayuda.
El pedir a Jehová, el Abba Padre, Su espíritu santo, nos puede brindar
libertad. “Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del
Señor, hay libertad” indica 2 Corintios 3:17. Si es el espíritu de Dios el que
mora permanentemente en nuestro interior, no hay cabida a ser esclavos de nada
ni de nadie. La posibilidad que nos ofrece Dios es la de brindarle servicio
fiel en libertad.
En definitiva, el buscar el conocimiento verdadero y la presencia del espíritu de Dios en nuestra vida nos permite disfrutar de libertad. Una libertad que en Cristo es posible y que permite vivir mejor a pesar de las circunstancias en las que estemos.