La Fe de Isaac
Isaac es el hijo
de Abrahán y Sara. El heredero del Pacto que YHWH realizó con Abrahán.
Abrahán y Sara,
los padres de Isaac, son 2 de los más grandes e importantes personajes que
fueron claves en el desarrollo del propósito divino. Ambos son ejemplos de fe, y ciertamente son figuras excepcionales. ¿Qué podemos decir de Isaac, su hijo?
Isaac no heredó
genéticamente la fe de sus padres. Era el hijo de la promesa, y sus padres se
esmeraron en enseñarle sobre Dios, pero en definitiva era él quien debía tener su
propia y personal fe. Una cosa era la fe de Abrahán y Sara, individualmente y
como matrimonio. Y otra muy distinta sería la fe de Isaac.
El libro del
Génesis nos informa algunos detalles de la vida de Isaac que nos demuestran que
él tuvo su propia y personal fe. Y
que esa fe de Isaac lo hizo merecedor
del reconocimiento de Dios, quien al hablar con Moisés se identificó como “el
Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob” (Éxodo 3:6).
Sí, YHWH se identificó como el Dios de Isaac, un hombre de fe.
¿Cómo demostró
Isaac su fe?
Veamos 2 momentos
de su vida en las que demostró su fe: cuando se casó con su esposa, Rebeca, y
al surgir una época de hambre en Canaán, mientras él vivía allí como nómada en
la Tierra Prometida.
La fe de Isaac y su matrimonio con Rebeca
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Isaac tiene 40
años. Está soltero, y Sara, su madre, ya está muerta. Abrahán su padre era
viejo, y YHWH había bendecido a Abrahán en todo.
Era momento de
que Isaac se casara. En aquel tiempo, hubiera bastado con que Abrahán se
reuniera con otros hombres honorables, jefes de tribus o clanes, y escogiera a
una mujer como esposa de Isaac. Sin embargo, este matrimonio tenía que tener el
sello divino.
Un matrimonio
para Isaac era más que el hecho de unirse a una mujer que fuera su esposa. Este
matrimonio estaba directamente relacionado con el pacto que Dios hizo con
Abrahán, de que por medio de su descendencia, se bendecirían todas las naciones
de la Tierra. Así que esta mujer, y sus hijos, entrarían en una relación
especial, pactada con Dios. ¿Qué mujer sería la idónea para formar parte de ese
pacto con Dios?
No fue Isaac
quien eligió su esposa. Ni siquiera fue Abrahán, su padre, quien la eligió.
Este envió a su siervo Eliézer a que fuese a Mesopotamia, para que allí, entre
los parientes de Abrahán, fuera YHWH quien indicara quién sería la mujer
indicada para ser la esposa de Isaac.
Sin duda
alguna, eso requirió fe por parte de
Isaac. Él tuvo que confiar en que sería Dios quien haría que la mujer correcta
fuera su esposa.
Rebeca, la hija
de Betuel, sobrina-nieta de Abrahán, fue la mujer elegida por Dios como esposa
de Isaac. Es interesante leer del Génesis 24:62-67 cómo sucedió el encuentro
entre Isaac y Rebeca, su esposa:
Pues
bien, Isaac había venido del camino que va a Beer-lahai-roí, porque vivía en la
tierra del Négueb. E Isaac paseaba, para meditar en el campo, al
caer la tarde. Cuando alzó los ojos y miró, allí venían unos camellos. Y cuando
Rebeca alzó los ojos, alcanzó a ver a Isaac, y se bajó del camello. Dijo entonces
al siervo:
-¿Quién
es aquel hombre que viene por el campo a nuestro encuentro?
El
siervo dijo:
-Es
mi amo.
Y
ella tomó una mantilla y a cubrirse. Y el siervo se puso a contarle a Isaac todas
las cosas que había hecho.
Después
Isaac la introdujo en la tienda de Sara su madre. Así tomó a Rebeca, y ella
llegó a ser su esposa. Y él se enamoró de ella, e Isaac se consoló después de
la pérdida de su madre.
A Isaac le
vemos meditando al caer la tarde, cuando llega la caravana que trae a Rebeca,
la que sería su esposa. Vemos en Isaac a un hombre que medita, que reflexiona con seriedad los asuntos. Es un hombre que a
sus 40 años de edad ya no es un muchacho “encendido de pasión” que está en la pasión de la juventud, desesperado por tener una mujer. Es una persona que ha
madurado, física, emocional, mental y espiritualmente. Ya ha vivido lo
suficiente y sabe cuáles son sus responsabilidades con Dios y consigo mismo, y
reflexiona sobre cómo actuar con sabiduría.
Isaac no sólo
vio a Rebeca. Se enteró por boca de Eliézer, el siervo de Abrahán, de cómo
sucedieron los asuntos, indicando así que fue YHWH quien intervino para elegir a Rebeca por esposa suya. Y,
dice la Biblia, que Isaac se enamoró de ella.
Vemos cómo la
actitud personal de Isaac hacia el matrimonio, su sentido de compromiso con
Dios y su capacidad de amar son elementos importantes de la fe de Isaac. En 1 Corintios 13:7 expresa
el apóstol Pablo que el amor “todas las cosas las soporta, todas las cree,
todas las espera, todas las aguarda con esperanza”. Isaac no es una persona que
actúa por capricho, sino que medita, reflexiona, y es capaz de amar.
Isaac se enamora
de Rebeca, y esto nos hace recordar que su padre Abrahán, también fue un esposo
excepcional que amó a Sara y se lo demostró con palabras y hechos. Porque no
podemos esperar que un hombre como Abrahán, o como Isaac, sean receptores de la
bendición divina y del pacto de Dios, y no sean capaces de verdaderamente amar
a la persona más cercana a ellos: su propia esposa.
En todo
matrimonio hay momentos de dificultad, y el de Isaac y Rebeca no fue la excepción.
Pero la fe de ambos y su compromiso con Dios les hicieron salir adelante. Las
Escrituras nos informan que Rebeca fue estéril por 20 años. Se suponía que lo
más importante de ese matrimonio era lograr tener descendencia, pero no sucedía
que Rebeca se embarazara.
¿Pensaría Isaac
en dejar a Rebeca y buscarse una mujer más joven, una fértil, con la cual tener
un hijo? Para Isaac su matrimonio no era cuestión de conveniencia, un asunto de
“no aguanto más esta situación”, y me busco otra. No lo hizo, al contrario, durante esos 20 años
fortaleció su fe y la de Rebeca, pues la Biblia dice que Isaac “siguió rogando
a YHWH de manera especial por su esposa, porque ella era estéril. Y YHWH se
dejó rogar a favor de él, y Rebeca su esposa quedó encinta” (Génesis 25:21-22).
La fe de Isaac
se demostró por su amor hacia su esposa, su lealtad a ella y su confianza en
que Jehová bendeciría su matrimonio. Esperó 20 años para tener hijos, y siguió
demostrando amor a su esposa y fe en Dios, a pesar de las circunstancias que
tuvo que vivir con sus hijos, Esaú y Jacob. Sin duda, su fe nos enseña a ser
perseverantes, en una de las áreas más difíciles de la vida: la vida en pareja.
La fe de Isaac y su prosperidad en medio del
hambre en Canaán
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Tiempo después
de casarse, surgió una grave hambruna en Canaán. ¿Qué hacer sin provisiones?
¿Cómo alimentar a la familia?
La preocupación
por proveer a la familia es legítima en todo hombre. “Si un hombre no sostiene
su casa y a los que son suyos, ha repudiado la fe y es peor que una persona sin
fe”, expresó el apóstol Pablo. ¿Cómo podría cumplir Isaac con su
responsabilidad en plena crisis de hambre en el país?
Isaac se enteró
de que en Egipto, había alimentos. Lo más lógico era ir allí. En Génesis 26:1-6
se relata qué hizo que Isaac tomara una decisión insólita: quedarse en el
lugar, a pesar de la grave hambre:
YHWH entonces
se le apareció y dijo:
-No vayas a
Egipto. Vive en el lugar que yo te designe. Vive como forastero en este país, y
yo continuaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tu
descendencia les daré todas estas tierras, y ciertamente pondré por obra la
declaración jurada que juré a Abrahán tu padre:
-Y ciertamente
multiplicaré tu descendencia como las estrellas de los cielos y verdaderamente
daré a tu descendencia todas estas tierras. Y por medio de tu descendencia
ciertamente se bendecirán todas las naciones de la tierra, debido a que Abrahán
escuchó mi voz y continuó guardando sus obligaciones para conmigo, mis
mandatos, mis estatutos y mis leyes.
Isaac se quedó,
en la tierra que estaba con hambre, y empezó a sembrar en aquella tierra. En
aquel año estaba consiguiendo hasta cien
medidas por una, puesto que YHWH lo estaba bendiciendo. Isaac se hizo
grande y siguió prosperando más y más, y engrandeciéndose, hasta que se hizo
muy grande. Llegó a tener rebaños de ovejas y manadas de ganado vacuno y una
gran servidumbre, de modo que los filisteos empezaron a envidiarle.
¡Prosperar en
medio del hambre! Eso le pasó a Isaac. ¿Por qué? Por que la bendición de YHWH estaba con él. “La bendición de YHWH es lo que enriquece”, indica Proverbios
10:22.
Isaac vivió una
experiencia en su vida que le marcó de por vida, y le enseñó que YHWH es el YHWH-yiré, el YHWH que provee. Estando a punto Abrahán su padre de
sacrificarlo por orden de Dios, YHWH le detiene de llevar a cabo el sacrificio
y hace que se sacrifique un carnero que Dios proveyó. Sí, YHWH es el Dios
Proveedor.
Fue Dios quien
bendijo a Isaac, e hizo que la tierra le produjera abundantemente de a 100 por
1. Ovejas, ganado y servidumbre, le fueron añadidos a Isaac por su fe en el
Dios que bendice y provee.
En tiempos de crisis económica, la fe se prueba por medio de saber en
quién y en qué confiamos: en Dios o en las Riquezas. No importa que una persona
sea rica, clase media o pobre. El punto es, ¿en quién confía? Isaac tuvo fe en YHWH en tiempos de hambre, y tuvo la fe para sembrar en una tierra que estaba
en sequía y no producía.
Isaac no sólo
tuvo fe para sembrar la tierra, sino también para conseguir agua, pues tuvo que
cavar y cavar varias veces en los pozos de su padre, hasta encontrarla. Y
cuando conseguía los pozos, tenía que pelear por ellos, pues los filisteos
peleaban con Isaac por el agua. ¿Por qué? Porque envidiaban la bendición de
YHWH sobre Isaac y su prosperidad. Finalmente, los jefes de tribus hicieron
la paz con Isaac y le dijeron: “Tú ahora eres el bendito de YHWH”.
La bendición de
YHWH y la prosperidad despiertan envidia en otros, y eso lo vemos por lo que
vivió Isaac. A él le vemos primero lidiando con el hambre en el país, con la
falta de agua, con la lucha constante contra otros y con la envidia de los
filisteos. La fe de Isaac le ayudó a perseverar en su trabajo duro, en saber
que la bendición de YHWH estaba con él, a pesar de los problemas.
La bendición de
YHWH estaba con Isaac, y le vemos luchando y peleando contra otros por recursos
materiales: el agua, la posesión de la Tierra Prometida, etc. ¿Eso requiere fe?
Sí, requiere fe perseverar económicamente en medio de crisis, lidiar con la
envidia de otros, o con la escasez de alimentos y más aún en estos tiempos.
La fe de Isaac y su ejemplo nos animan a
seguir adelante
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Imaginamos a
veces que la vida de los personajes bíblicos era fácil, sin complicaciones. Si
así era, ¿por qué se nos hace hincapié en su fe? Por que la fe que estas
personas demostraron en diversas situaciones de su vida, nos demuestra que
existe un Dios Vivo, que nos ama y nos guía en todo tiempo, sea cual sea
nuestra circunstancia.
Quizás alguien
piense: “yo no soy Isaac, ni hijo/hija de Abrahán y Sara, gigantes de la fe”.
Pero hemos visto que Isaac no nació con fe en los genes. Tuvo que labrarse él
su propia y personal relación con el Padre. YHWH llegó a ser su Dios, así
como fue el Dios de su padre Abrahán. Isaac era una persona de carne y hueso.
Nosotros también, y al igual que Isaac podemos tener fe, y ejercerla en nuestra
vida diaria. Isaac oraba, meditaba, y demostraba amor a los suyos, luchaba
cuando había que luchar, y esperaba en YHWH. Ciertamente, nos beneficiamos de
conocer la fe de Isaac.