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Fe para el ahora




TODAS las personas nos enfrentamos a los asuntos económicos.

En los evangelios, Jesús toca estos asuntos. Muchas veces, sólo pensamos en Jesús hablando de la salvación, el amor del Padre, y otros asuntos por el estilo. Pero pocas veces nos detenemos a analizar cómo él nos enseña a manejar con sabiduría divina los asuntos económicos. El escenario actual es diferente a los tiempos de Jesús. Pensemos, por ejemplo, que la gente que seguía a Jesús, muchas veces, no tenía qué comer para ese día. Algunos de sus apóstoles tenían su propio negocio, y enfrentaban el hecho de vivir bajo el sistema económico judío y romano. Ambos, sometían a la gente a pesadas cargas económicas, pues había que pagar impuestos, tributos y otros pagos a las autoridades. Había que tener dinero para pagar todo eso, y además, poder comer, vestirse, etc.

En estos tiempos, muchas personas están padeciendo los rigores de una crisis económica. Quizás tienen empleo, pero el sueldo no les alcanza. Tienen un negocio, y las ventas han bajado, o simplemente, las entradas de dinero han disminuido. ¿Resultado? Las situaciones en nuestra vida se complican, nuestra familia sufre, y nosotros sufrimos. Una de las enseñanzas cardinales que encontramos en el Sermón del Monte, trata precisamente de este asunto: el económico.

Dijo Jesús:

No se preocupen por la comida ni por la bebida que necesitan para vivir, ni tampoco por la ropa que se van a poner. Ciertamente la vida es más que la comida y el cuerpo más que la ropa. Miren a las aves del cielo, ellas no siembran ni cosechan ni tampoco guardan nada en graneros. Sin embargo, su Padre que está en el cielo les da alimento. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? ¿Quién de ustedes, por más que se preocupe, va a añadir una hora a su vida?
¿Y por qué se preocupan por la ropa? Fíjense cómo crecen los lirios del campo. Ellos no trabajan ni hilan para hacer su vestido. Sin embargo, les aseguro que ni siquiera el rey Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Así que, si Dios así viste a todo lo que crece en el campo, que hoy tiene vida pero que mañana será quemado en un horno, con mucha más razón cuidará de ustedes. ¡No sean gente de poca fe! Así que no se preocupen ni digan: “¿Qué vamos a comer?” o “¿Qué vamos a beber?” o “¿Qué ropa vamos a usar?” La gente que no conoce a Dios trata de conseguir esas cosas, pero ustedes tienen a su Padre en el cielo que sabe que necesitan todo esto.

Mateo 6:25-32


 ¿Qué quiso decir Jesús?

Jesús hablaba a gente real, de carne y hueso. Sabía que había mucha ansiedad y preocupación de las personas por el bienestar de sus familias. Por ello, dio herramientas poderosas, para ayudarlas a ver su situación desde otra perspectiva. Y esas herramientas nos sirven en este tiempo. El gran Maestro, les ofreció una enseñanza que cambiaría su perspectiva. Una perspectiva diferente a la que tenían, y que no escucharían en ningún otro lugar, pues Jesús les hablaba del cuidado providencial del Padre que está en los Cielos. 

No se preocupen sobre su situación económica, es, en esencia, el consejo de Jesús, porque su Padre, YWHW, les cuida. Así como cuida a las aves, o las flores, con amor y ternura, así nos cuida a cada un@ de nosotr@s. 

Es importante destacar que en el griego original la expresión que se traduce no se preocupenes merimnáō. En el idioma original, transmite las ideas estar afligido, ansioso, perturbado. Estar triste, deprimido y angustiado. Jesús dijo que NO estuvieran de esa manera, por causa de sus condiciones económicas. El Padre celestial los cuidaba y protegía, y haría provisión de lo que necesitaran.

Es significativo ver que Jesús habla de la preocupación por los asuntos económicos, habiendo hablado antes sobre la oración. Había enseñado a orar el famoso Padrenuestro que conocemos actualmente, y la cuarta petición del Padrenuestro es: 

Danos hoy el pan nuestro de cada día     

Orar, pedir a Dios que nos dé el pan nuestro, y tener fe en el cuidado providencial de Dios sobre nuestras vidas, fue lo que dijo Jesús que hiciéramos. La oración está ligada a cada aspecto de nuestra vida, y particularmente a los asuntos económicos. De hecho, está específicamente colocada por Jesús como parte de la oración modelo.

En estos tiempos vivimos bombardeados por mensajes y noticias que, insistentemente, promueven una atmósfera de ansiedad y angustia en las personas, el consejo de Jesús apunta hacia la oración, la fe y la confianza. Y la realidad es que el consejo de Jesús es sencillo: orar, pedir al Padre que nos dé el pan nuestro hoy, para cada día, y dejar de estar en ansiedad y angustia.

Orar a Dios sobre nuestra situación económica nos ayudará. Los pensamientos y conductas que nos inculcaron en relación a los asuntos económicos, son muros que nos impiden avanzar. Nos enseñaron que es malo el dinero, que el dinero no crece en los árboles, y un sinnúmero de creencias falsas que han hecho que la gente se centre en la escasez, la pobreza, y la falta de recursos. Cuando lo cierto es que Dios nos creó con el potencial pleno para crear abundancia y bienestar en nuestras vidas.

La fe para el ahora, es una fe dinámica, que nos mueve a actuar con decisión, y que al mismo tiempo, nos deja ver el triunfo que buscamos, aún cuando las circnstancias no lo permiten ver. Vemos, con el ojo del Espíritu, que tendremos aquello que estamos buscando.

Entonces, lo que necesitamos es orar. Y actuar en consecuencia. Orar al Padre para que nos dé sabiduría creativa, que nos permita avanzar económicamente, y crear bienestar y abundancia a nuestras vidas. 

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