Las 10 plagas de Egipto
El Río Nilo convertido en sangre.
Egipto lleno de ranas.
Oscuridad.
Muerte.
Fueron 10 las plagas que Dios envió a Egipto. El Juicio de Dios contra Egipto fue tan completo y devastador, que no existe registro bíblico o histórico que describa una devastación nacional de tal magnitud que haya acabado con una nación, particularmente una nación que sea la más poderosa del mundo.
Egipto fue plagado por Dios.
¿Por qué?
¿Cuál era realmente la cuestión implicada en las 10 plagas?
¿Qué importancia tiene para nosotros hoy el significado de las 10 plagas?
Analicemos la información que nos ofrece la Biblia.
Moisés y Aarón fueron enviados a Faraón por orden de Jehová. Dice la Biblia:
Éxodo 5:1-2
Y después Moisés y Aarón entraron y procedieron a decir a Faraón: “Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‘Envía a mi pueblo para que me celebre una fiesta en el
desierto’”. 2 Pero dijo Faraón: “¿Quién es Jehová, para que yo obedezca su voz y envíe a Israel? No conozco a Jehová en absoluto y, lo que es más, no voy a enviar a Israel”.
Faraón (cuyo nombre se desconoce) fue arrogante, altivo, con un tono irónico dijo que no conocía a Jehová, por consiguiente, no le obedecería enviando a Israel en libertad.
El Salmo 14:1 nos recuerda que "El insensato ha dicho en su corazón: “No hay Jehová”".
Faraón no quiso reconocer a Jehová como Dios, a quien debía obediencia a su mandato.
Jehová determinó, como respuesta a la actitud terca de Faraón que "a causa de una mano fuerte los enviará (a los israelitas), y a causa de una mano fuerte los expulsará de su tierra” (Éxodo 6:1)".
De modo que fue la terquedad y arrogancia de Faraón la que causó las 10 plagas sobre Egipto. No fueron un ejercicio caprichoso y arbitrario de poder de parte de Jehová. Faraón podría haber accedido, y Egipto no hubiese sido devastado.
Pero, había algo más involucrado en el asunto: la Divinidad de Jehová.
¿Qué Dios prevalecería en esta lucha de dioses?
¿Prevalecerían los múltiples dioses egipcios, siendo Faraón mismo un dios?
¿O lo haría Jehová, el Dios de los hebreos?
Por cierto que, Jehová no era conocido. Faraón sabía que los israelitas, sus esclavos, tenían un Dios llamado Jehová. Una cosa es conocer a alguien, por su nombre, y otra muy distinta es reconocer a la persona por lo que es. Faraón no conocía a Jehová como Dios Todopoderoso, de hecho, tampoco así era reconocido por los israelitas. Ellos desconocían el ejercicio del poder de parte de Jehová. Por esa razón, Jehová expresó que
“Yo soy Jehová. 3 Y yo solía aparecerme a Abrahán, Isaac y Jacob como Dios Todopoderoso, pero en cuanto a mi nombre Jehová no me di a conocer a ellos. 4 Y también establecí mi pacto con ellos para darles la tierra de Canaán, la tierra de sus residencias como forasteros, en la cual residieron como forasteros. 5 Y yo, sí, yo, he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes los egipcios tienen esclavizados, y me acuerdo de mi pacto.
(Éxodo 6:2-5)
Jehová no era reconocido como un Dios leal a Su Pacto, ni el significado de Su nombre de YO RESULTARÉ SER LO QUE RESULTARÉ SER era entendido y asociado en relación a Su Divinidad.
Éxodo 9:16 indica:
Pero, en realidad, por esta causa te he mantenido en existencia, a fin de mostrarte mi poder y para que mi nombre sea declarado en toda la tierra.
Las 10 plagas fueron una demostración de quién es Jehová, cuánto poder posee, y cuán confiables son sus promesas.
En estos tiempos actuales, existen similitudes entre las 10 plagas de Egipto, y el simbolismo de los Juicios del Apocalipsis.
Faraón dijo que no conocía a Jehová. Y la gente, tampoco lo conoce. Significativamente,
2 Tesalonicenses 1:6-9 predice:
Esto toma en cuenta que es justo por parte de Dios pagar con tribulación a los que les causan tribulación, 7 pero, a ustedes que sufren la tribulación, con alivio juntamente con nosotros al tiempo de la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles 8 en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen a Dios y sobre los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús. 9 Estos mismos sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna de delante del Señor y de la gloria de su fuerza.
Conocer a Dios no sólo implica conocer Su Nombre, sino hacer reconocimiento de Su posición de Dios Todopoderoso, que merece obediencia, y respetuoso temor.
La gente prefiere no conocer a Dios. Es más cómodo vivir sin rendir cuentas a Dios. Es mejor ser uno su propio "dios", fijando las normas del Bien y el Mal.
Hasta quienes dicen reconocer que Jehová es Dios en su vida, han caído en una cómoda somnolencia. Es mejor servir a Dios en una rutina sin complicaciones, que me haga quedar bien ante otros, que siga a la mayoría como lo aceptable. Convertir el servir a Dios en una especie de ritual de varias reuniones religiosas, hablar un poco de Dios, y portarse bien. Parece la receta
perfecta para tener contento a Dios.
No se trata de crear una barrera psicológica que nos impida ser leales a Jehová. Se trata de no dar por sentado que ya se está "en la Verdad", "ya estoy salvado", o de "estoy en un paraíso espiritual, y sólo falta el paraíso físico".
Jehová no busca horas de servicio, ni fachadas de piedad, o la venta de una imagen de santidad. Son los corazones de humildad, aquellos que quieren ser como odre nuevo para que Jehová lo llene de vino nuevo.
Jehová dejó que Faraón se hiciera obstinado.
Esa obstinación puede ser cualquier endurecimiento del corazón en proseguir con un derrotero, que puede parecer recto a los ojos de Dios, pero no está alineado con Su voluntad.
Si estos son tiempos de juicio, de más contundencia que los vividos por Egipto con sus 10 plagas, es importante plantearse qué posición adoptar.
Dice la Biblia:
Revelación 9:20-21
Pero los demás de los hombres que no fueron muertos por estas plagas no se arrepintieron de las obras de sus manos, de manera que no adoraran a los demonios ni a los ídolos de oro y de plata y de cobre y de piedra y de madera, los cuales no pueden ver ni oír ni andar; 21 y no se arrepintieron de sus asesinatos ni de sus prácticas espiritistas ni de su fornicación ni de sus robos.
¿Cuál fue el resultado predicho por los toques de trompeta del Apocalipsis, juicios contra la "tercera parte" de la Tierra?
"No se arrepintieron", dice la Biblia.
Las lecciones de las 10 plagas de Egipto son claras: reconocer humilde y voluntariamente la Divinidad de Jehová y Su voluntad, son la única manera de ser librados de los Juicios contra este mundo.
Egipto lleno de ranas.
Oscuridad.
Muerte.
Fueron 10 las plagas que Dios envió a Egipto. El Juicio de Dios contra Egipto fue tan completo y devastador, que no existe registro bíblico o histórico que describa una devastación nacional de tal magnitud que haya acabado con una nación, particularmente una nación que sea la más poderosa del mundo.
Egipto fue plagado por Dios.
¿Por qué?
¿Cuál era realmente la cuestión implicada en las 10 plagas?
¿Qué importancia tiene para nosotros hoy el significado de las 10 plagas?
Analicemos la información que nos ofrece la Biblia.
Moisés y Aarón fueron enviados a Faraón por orden de Jehová. Dice la Biblia:
Éxodo 5:1-2
Y después Moisés y Aarón entraron y procedieron a decir a Faraón: “Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‘Envía a mi pueblo para que me celebre una fiesta en el
desierto’”. 2 Pero dijo Faraón: “¿Quién es Jehová, para que yo obedezca su voz y envíe a Israel? No conozco a Jehová en absoluto y, lo que es más, no voy a enviar a Israel”.
Faraón (cuyo nombre se desconoce) fue arrogante, altivo, con un tono irónico dijo que no conocía a Jehová, por consiguiente, no le obedecería enviando a Israel en libertad.
El Salmo 14:1 nos recuerda que "El insensato ha dicho en su corazón: “No hay Jehová”".
Faraón no quiso reconocer a Jehová como Dios, a quien debía obediencia a su mandato.
Jehová determinó, como respuesta a la actitud terca de Faraón que "a causa de una mano fuerte los enviará (a los israelitas), y a causa de una mano fuerte los expulsará de su tierra” (Éxodo 6:1)".
De modo que fue la terquedad y arrogancia de Faraón la que causó las 10 plagas sobre Egipto. No fueron un ejercicio caprichoso y arbitrario de poder de parte de Jehová. Faraón podría haber accedido, y Egipto no hubiese sido devastado.
Pero, había algo más involucrado en el asunto: la Divinidad de Jehová.
¿Qué Dios prevalecería en esta lucha de dioses?
¿Prevalecerían los múltiples dioses egipcios, siendo Faraón mismo un dios?
¿O lo haría Jehová, el Dios de los hebreos?
Por cierto que, Jehová no era conocido. Faraón sabía que los israelitas, sus esclavos, tenían un Dios llamado Jehová. Una cosa es conocer a alguien, por su nombre, y otra muy distinta es reconocer a la persona por lo que es. Faraón no conocía a Jehová como Dios Todopoderoso, de hecho, tampoco así era reconocido por los israelitas. Ellos desconocían el ejercicio del poder de parte de Jehová. Por esa razón, Jehová expresó que
“Yo soy Jehová. 3 Y yo solía aparecerme a Abrahán, Isaac y Jacob como Dios Todopoderoso, pero en cuanto a mi nombre Jehová no me di a conocer a ellos. 4 Y también establecí mi pacto con ellos para darles la tierra de Canaán, la tierra de sus residencias como forasteros, en la cual residieron como forasteros. 5 Y yo, sí, yo, he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes los egipcios tienen esclavizados, y me acuerdo de mi pacto.
(Éxodo 6:2-5)
Jehová no era reconocido como un Dios leal a Su Pacto, ni el significado de Su nombre de YO RESULTARÉ SER LO QUE RESULTARÉ SER era entendido y asociado en relación a Su Divinidad.
Éxodo 9:16 indica:
Pero, en realidad, por esta causa te he mantenido en existencia, a fin de mostrarte mi poder y para que mi nombre sea declarado en toda la tierra.
Las 10 plagas fueron una demostración de quién es Jehová, cuánto poder posee, y cuán confiables son sus promesas.
En estos tiempos actuales, existen similitudes entre las 10 plagas de Egipto, y el simbolismo de los Juicios del Apocalipsis.
Faraón dijo que no conocía a Jehová. Y la gente, tampoco lo conoce. Significativamente,
2 Tesalonicenses 1:6-9 predice:
Esto toma en cuenta que es justo por parte de Dios pagar con tribulación a los que les causan tribulación, 7 pero, a ustedes que sufren la tribulación, con alivio juntamente con nosotros al tiempo de la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles 8 en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen a Dios y sobre los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús. 9 Estos mismos sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna de delante del Señor y de la gloria de su fuerza.
Conocer a Dios no sólo implica conocer Su Nombre, sino hacer reconocimiento de Su posición de Dios Todopoderoso, que merece obediencia, y respetuoso temor.
La gente prefiere no conocer a Dios. Es más cómodo vivir sin rendir cuentas a Dios. Es mejor ser uno su propio "dios", fijando las normas del Bien y el Mal.
Hasta quienes dicen reconocer que Jehová es Dios en su vida, han caído en una cómoda somnolencia. Es mejor servir a Dios en una rutina sin complicaciones, que me haga quedar bien ante otros, que siga a la mayoría como lo aceptable. Convertir el servir a Dios en una especie de ritual de varias reuniones religiosas, hablar un poco de Dios, y portarse bien. Parece la receta
perfecta para tener contento a Dios.
No se trata de crear una barrera psicológica que nos impida ser leales a Jehová. Se trata de no dar por sentado que ya se está "en la Verdad", "ya estoy salvado", o de "estoy en un paraíso espiritual, y sólo falta el paraíso físico".
Jehová no busca horas de servicio, ni fachadas de piedad, o la venta de una imagen de santidad. Son los corazones de humildad, aquellos que quieren ser como odre nuevo para que Jehová lo llene de vino nuevo.
Jehová dejó que Faraón se hiciera obstinado.
Esa obstinación puede ser cualquier endurecimiento del corazón en proseguir con un derrotero, que puede parecer recto a los ojos de Dios, pero no está alineado con Su voluntad.
Si estos son tiempos de juicio, de más contundencia que los vividos por Egipto con sus 10 plagas, es importante plantearse qué posición adoptar.
Dice la Biblia:
Revelación 9:20-21
Pero los demás de los hombres que no fueron muertos por estas plagas no se arrepintieron de las obras de sus manos, de manera que no adoraran a los demonios ni a los ídolos de oro y de plata y de cobre y de piedra y de madera, los cuales no pueden ver ni oír ni andar; 21 y no se arrepintieron de sus asesinatos ni de sus prácticas espiritistas ni de su fornicación ni de sus robos.
¿Cuál fue el resultado predicho por los toques de trompeta del Apocalipsis, juicios contra la "tercera parte" de la Tierra?
"No se arrepintieron", dice la Biblia.
Las lecciones de las 10 plagas de Egipto son claras: reconocer humilde y voluntariamente la Divinidad de Jehová y Su voluntad, son la única manera de ser librados de los Juicios contra este mundo.