Comentarios sobre: Aumento de la vigilancia sobre los ciudadanos
¿Se imagina vivir en un país que tenga 15 millones de cámaras de televisión vigilándole las 24 horas del día?
¿O que si acude a un cyber café a navegar en Internet usted sea fotografiado, para ser más fácilmente identificado por las autoridades?
No es Matrix. No es conspiranoia. Es real.
No es exageración. En una ciudad del norte de China, Urumqi, como se ve en esta imagen de la intersección de una calle con Shanxi Lane, un cruce muy concurrido en esta
metrópolis del norte de China, 11 cámaras de vigilancia registran todo
desde un caño de micrófono en una esquina. Y aún más cámaras miran
fijamente desde las otras tres esquinas 39 en total, para fotos fijas y
para videos de alta definición.
"Toda la ciudad está vigilada", dijo un comerciante que, al igual que muchos aquí, se negó a dar su nombre.
Pero no es ningún secreto. Hace aproximadamente un año, las poblaciones
étnicas de Urumqi protagonizaron los peores disturbios de la historia
moderna china, en los que perdieron la vida 197 personas. Los incidentes
tomaron desprevenidos al Partido Comunista y al gobierno.
Ahora, unas 47.000 cámaras escrutan la ciudad para garantizar que no haya más sorpresas. Para fin de año, habrá 60.000 cámaras.
La vigilancia por video no es algo novedoso en Occidente. Pero en
ninguna parte está creciendo de manera tan explosiva como en China,
donde ya se han instalado siete millones de cámaras que vigilan las
calles, los vestíbulos de los hoteles, las empresas y comercios, y hasta
las mezquitas y monasterios y donde, según los expertos, habrá otros
15 millones de cámaras para 2014.
Gran parte de esta proliferación obedece a los mismos motivos que en
Occidente: la escasez de fuerzas policiales, el incremento del delito,
el crecimiento desaforado de los embotellamientos y la exagerada
reacción burocrática ante cualquier mención del terrorismo.
Pero China también tiene otra preocupación fundamental: controlar el
orden social y monitorear el nivel de disenso. Y algunos defensores de
los derechos humanos temen que la combinación del avance de la
tecnología digital y la ausencia de restricciones legales para la
vigilancia pueda generar un control social verdaderamente orwelliano.
El software para video ya puede localizar a un determinado auto en medio
del tránsito a través de la lectura de la patente, y las cámaras han
progresado tanto que incluso son capaces de tomar fotos nítidas del
interior de los vehículos.
El software de reconocimiento facial está dando sus primeros pasos, pero
en China ya se exige que los usuarios de los cafés de Internet sean
fotografiados, para que las computadoras puedan identificarlos
independientemente del cibercafé que frecuenten.
"Todo esto forma parte de una estructura de vigilancia mucho más amplia, que incluye el monitoreo de Internet y la censura, las telecomunicaciones y bases de datos obligatorias", dijo Nicholas Bequelin, un investigador de Human Rights Watch en Hong Kong. "En China no existe salvaguarda de la intimidad, lo que le da al Estado completa libertad para movilizar su estructura de vigilancia con fines políticos."
No se sabe con precisión cuántas cámaras están controladas por el
gobierno. El Ministerio de Seguridad informó hace un año que la policía
había instalado 2,75 millones de cámaras, la mayoría de ellas en
espacios públicos, y que les había pedido a las fuerzas policiales
locales que instalaran más en zonas rurales.
IMS Research, una empresa de Inglaterra dedicada a investigar la
industria de la vigilancia china, estima que el 30% de las nuevas
cámaras tiene un uso gubernamental, desde la vigilancia policial hasta
las cámaras instaladas en bibliotecas o cárceles. Las cámaras callejeras
y de los aeropuertos, las de los subterráneos y de otros medios de
transporte también son muy comunes.
Pero ese cálculo subestima el grado de vigilancia estatal. Se exige que
las videocámaras de los cibercafés estén en red con las oficinas de
seguridad del gobierno. El año pasado, la provincia de Guandong ordenó a
los hoteles, pensiones, hospitales y sitios de entretenimiento instalar
cámaras en todas las habitaciones principales y áreas de recepción,
además de las que ya vigilan los museos, periódicos y emisoras de
televisión.
La cadena de "fiestas de presentación" organizadas por China desde las
Olimpíadas de 2008 hasta la Exposición de Shanghai y los Juegos
Asiáticos de Guangzou de este año ha sido precedida por drásticas
medidas de seguridad que incluyeron amplias instalaciones de cámaras.
Los funcionarios dicen que las cámaras incorporan la última tecnología a
la lucha contra el delito y el terrorismo. Pero en China la
videovigilancia tiene un aspecto más oscuro.
Después de los disturbios
en Tíbet, en 2008, y en Urumqi, en 2009, las autoridades instalaron
cámaras tanto dentro como fuera de los monasterios y las mezquitas, y a
los hoteles se les ordenó instalar cámaras y escáneres de alta calidad.
Colocar videocámaras destinadas a monitorear durante 24 horas a
disidentes y agitadores, como por ejemplo ciudadanos que pretendan
presentar sus quejas ante las autoridades, se ha convertido ahora en un
procedimiento estándar.
Noticias como estas ponen a pensar. Recientemente el FBI cerró 70.000 blogs de un solo plumazo, por que algunos eran una "amenaza terrorista". Y ya hay voces en favor de mayor "censura" a la red. ¿Por qué? ¿Qué amenaza representa el derecho al acceso a la información libre que cada persona desee tener? ¿Por qué organizaciones de todo tipo amenazan con averiguar IPs, tomar fotos, y hacer seguimientos a quienes divulguen información de manera libre?
Fuente:
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1291040