Qué significa la expresión ALELUYA
Es una transliteración de la expresión hebrea ha·lelu-Yáh, que aparece por primera vez en la Biblia en el Salmo 104:35. Aparece 24 veces en las Escrituras Hebreoarameas, y, excepto en el Salmo 135:3, sirve de marco introductorio y cierre de los Salmos 112, 115, 146, 147, 148, 149 y 150.
Es evidente que la Biblia exhorta a que genuinas y sinceras expresiones de “¡Aleluya!”, o “¡Alaben a Jah!” se expresen desde lo más profundo de nuestros corazones. Tristemente, sin embargo, no es fácil responder a esta exhortación. Hoy día la gente está sufriendo. Muchas personas están hambrientas, enfermas u oprimidas. Una gran cantidad de ellas soportan mucho dolor.
¿Cómo terminan los Salmos, la colección de canciones y expresiones de alabanzas, y gratitud a Dios? Finaliza con un "Aleluya" o "alaben a Jah", o "alabad a Yah".
Entendemos que la palabra "Aleluya" es una palabra de alabanza a Dios, de loor a Él. El loor a Yavé le corresponde por ser el Altísimo, por Su Dignidad. Los hombres
pueden expresarse alabanza entre sí mismos, pero el loor sólo aplica a Dios
por lo que "Aleluya" en su sentido más profundo se traduce como loor al Único
que Existe en Sí Mismo (Yah).
Yah es la abreviación poética del nombre
divino, Yavé. Éste nombre aparece más de siete mil veces en la Biblia, en sus variantes de traducción, dependiendo del idioma.
Hemos escuchado o dicho alguna vez esta expresión. Pero, para entender su significado, es importante dirigirse a las Escrituras y que ellas mismas indiquen qué significa realmente la palabra "Aleluya".
La primera vez que aparece la palabra Jah, o Yah, que es la abreviación del Divino Nombre, es en la cita de Éxodo 15:2:
Jah es mi fuerza y mi canción.
Ha sido mi salvación.
Este es mi Dios, a quien yo alabaré;
el Dios de mi padre, a quien yo enalteceré.
Ha sido mi salvación.
Este es mi Dios, a quien yo alabaré;
el Dios de mi padre, a quien yo enalteceré.
Los israelitas acababan de ver cómo las aguas del Mar Rojo se abalanzaban sobre el ejército egipcio. Yavé demostró su poder y Su Brazo Salvador. Los israelitas estaban jubilosos, exultantes. ¡Qué mejor forma de agradecer a Dios por liberarlos que cantarle y alabarle!
Por eso Moisés se sintió impulsado a componer una canción de alabanza a Yavé, por eso leemos que Jah o Yah, es la fuerza y la canción del pueblo de Israel. Que Él es Quien salva, por eso se le alababa y enaltecía Su gran nombre.
La misma razón por la cual se expresa alabanza a Yavé, o Aleluya, la expresa Isaías:
Isaías 12:2
He aquí, Dios es mi salvación;
me aseguraré y no temeré;
porque mi fortaleza y mi canción es Jah,Jehová,
quien ha sido salvación para mí.
me aseguraré y no temeré;
porque mi fortaleza y mi canción es Jah,Jehová,
quien ha sido salvación para mí.
Dios se merece alabanza, no sólo por ser Salvador y Guía. Hay muchas razones para alabar a Dios. Jah (Jehová) es el Creador y
Sustentador del vasto universo. Produjo los
ecosistemas, que hacen posible la vida en la Tierra. Es Quien sustenta la vida de todos los seres humanos, sean creyentes en Él o no. "Dios hace salir el Sol y llover sobre buenos y malos", dijo Jesucristo.
Es evidente que la Biblia exhorta a que genuinas y sinceras expresiones de “¡Aleluya!”, o “¡Alaben a Jah!” se expresen desde lo más profundo de nuestros corazones. Tristemente, sin embargo, no es fácil responder a esta exhortación. Hoy día la gente está sufriendo. Muchas personas están hambrientas, enfermas u oprimidas. Una gran cantidad de ellas soportan mucho dolor.
Tenemos la creencia de que alabar a Yavé, orarle solamente para alabar Su grandeza y Su Divinidad, darle gracias, y bendecirle, son cosas que dependen de nuestro estado de ánimo, o de lo bien que nos fue en el día, o de si tenemos la sensación de que tenemos a Dios haciendo lo que queremos. Esa es una actitud equivocada, que no demuestra que hemos entendido la verdadera dimensión de lo que significa el alabar a Yah, o bendecirle. Mientras uno no haga lugar en su vida para que la alabanza a Dios ocupe un lugar privilegiado, y veamos a Dios únicamente como el Garante de nuestra felicidad, entonces, como dijo Pablo, seremos pequeñuelos, o infantes espirituales, que piensan y dicen y hacen cosas propias de bebés espirituales.
Dios se merece alabanza, no como una repetición vacía, carente de sentido, como si decir 100 "Aleluyas" tiene peso y vigor. La expresión aleluya debe surgir de un corazón lleno de gratitud y reverencia a Yavé, independientemente de cómo estén las cosas en nuestra vida. Cuando Dios ve que más allá de nuestras circunstancias tenemos el ánimo y el corazón para alabar a Dios, entonces esas expresiones de alabanza serán gratas al Creador, y el efecto en nuestra vida demostrará, que estamos en el camino de adorar al Padre con espíritu y con verdad.