El desafío de conocer a Dios
¿Cuánto conocemos a Dios? ¿De qué valor práctico es el conocer a Dios?
Para muchos, el conocer a Dios es asunto de estudio para teólogos, intérpretes y estudiosos de la Biblia, y se piensa que conocer a Dios es una de esas cosas complejas, profundas y misteriosas que no tienen explicación posible. ¿Es realmente tan difícil conocer a Dios?
Las Escrituras nos revelan mucha información sencilla, clara y contundente sobre Dios, el Ser Divino, cuyo nombre son 4 letras, que conocemos como el Tetragrammaton. ¿Cómo es este Ser? El Hijo Unigénito de este Ser Divino, Cristo Jesús, dijo que Él es un Espíritu (Juan 4:24). Y como Espíritu, es en esencia, diferente a la vida humana, material, no es de carne y hueso, y no vive ni puede vivir en un templo, lugar, ni Sus “necesidades” son atendidas por alguien. ¿Cómo imaginarnos a Dios, el Espíritu? No podemos imaginarlo como alguien semejante al oro, la plata, o algo imaginado o creado por el hombre. “A Dios, ningún hombre lo ha visto, jamás”, expresó el apóstol Juan (Juan 1:18).
Para muchos, el conocer a Dios es asunto de estudio para teólogos, intérpretes y estudiosos de la Biblia, y se piensa que conocer a Dios es una de esas cosas complejas, profundas y misteriosas que no tienen explicación posible. ¿Es realmente tan difícil conocer a Dios?
Las Escrituras nos revelan mucha información sencilla, clara y contundente sobre Dios, el Ser Divino, cuyo nombre son 4 letras, que conocemos como el Tetragrammaton. ¿Cómo es este Ser? El Hijo Unigénito de este Ser Divino, Cristo Jesús, dijo que Él es un Espíritu (Juan 4:24). Y como Espíritu, es en esencia, diferente a la vida humana, material, no es de carne y hueso, y no vive ni puede vivir en un templo, lugar, ni Sus “necesidades” son atendidas por alguien. ¿Cómo imaginarnos a Dios, el Espíritu? No podemos imaginarlo como alguien semejante al oro, la plata, o algo imaginado o creado por el hombre. “A Dios, ningún hombre lo ha visto, jamás”, expresó el apóstol Juan (Juan 1:18).
El hecho de no poder ver a Dios con los ojos físicos, hace que muchos
planteen que no es posible conocer a Dios, de hecho, la palabra “agnóstico”, transmite la idea de la existencia de un Dios
Desconocido. ¿Es cierto que no es posible conocer a Dios, o confirmar si existe la verdad
absoluta en asuntos espirituales?
No podemos ver a Dios. Pero el apóstol Pablo, en Romanos 1:20,
nos señala una forma por medio de la cual, quien lo desee puede esclarecer para
sí mismo si existe o no Dios y conocerle. “Porque las cualidades
invisibles de Dios
se ven claramente desde la Creación del mundo, pues se perciben por las cosas creadas,
hasta Su poder sempiterno y Divinidad”,
indica Pablo. El apóstol insta a percibir la Divinidad
del Creador, por medio de observar la
Creación, y buscar en ella las cualidades invisibles de Dios. La Divinidad
a la que se refiere Pablo se refiere a
la cualidad de Divino del Creador. Su argumento es: “no podemos ver a Dios, pero sí podemos percibir
la esencia de su carácter divino en grado absoluto, excelso y
superlativo, observando con detalle e interés a Su Creación”.
La validez del argumento de Pablo es obvia: evaluamos a una persona y
sus cualidades por medio de sus obras. Si hacemos eso con Jehová, el Divino,
Su Divinidad o carácter en Sus cualidades sublimes y
excelsas, patentes en Su Creación, nos acercarán a Él. Y quienes se niegan ante
la evidencia de la Creación, son “inexcusables”, según plantea Pablo, pues
quien se niega a ver lo que está ante sus ojos, ¿tiene excusa alguna de que no “puede”
conocer a Dios?
La Divinidad de Jehová, es infinita, pues abarca sus
cualidades que en forma excelsa, sublime, superlativa, suprema y absoluta,
manifiesta en cada una de Sus obras y acciones. Posee omnisciencia, presciencia
(conocimiento del futuro de antemano), es todopoderoso, sublime en poder, Su
Providencia conserva y rige a toda Su Creación. Sabiduría, poder, justicia,
ternura, sentido del humor, encanto, son cualidades que son parte de Su Divinidad . Y, de manera absoluta, ES
amor.
Hoy en día es más fácil encontrar información bíblica sobre diversos temas, pero, el gran tema ausente, es el que nos enseña y nos instruye acerca de Dios. No le podemos conocer al 100%, eso no es posible, pero la base de toda experiencia auténticamente espiritual inicia con el conocer a Dios, un conocerle que por cierto jamás culmina, pues son tantas sus obras y verdades, hay tantas cosas maravillosas por aprender de Él, que por ello, seres espirituales en los Cielos le alaban continuamente.
El desafío de conocer a Dios pasa por desinstalar primero el software religioso tradicional que nos han enseñado, en el que se presenta a Jehová como un ser alejado de la Humanidad, que está pendiente de nuestros errores y fallos para poner allí la lupa y agrandarlos, haciéndonos sentir que no somos valiosos, dignos de amor y de confianza. Otro reto a vencer para poder conocer a Dios es el de aceptar la existencia de los espiritual, de aquello sobrenatural y sobrehumano que es Dios y lo divino, y aceptar que hay cosas que van más allá del entendimiento. Eso no significa renunciar a la razón, sino usar la lógica para comprender lo superlativamente glorioso que es Jehová, el Altísimo.