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Qué es un Profeta


"El mundo acabará el 21 de mayo de 2011", declaraba a los 4 vientos un predicador de nombre Harold Camping. A la fecha, ha pasado más de un mes y... el mundo no se acabó. ¿Diría que este hombre era realmente un profeta?   


En las Escrituras, cerca del 25% de su contenido está enteramente dedicado a las profecías, predicciones de sucesos y acontecimientos que han de ocurrir de una manera específica, en un tiempo determinado por Dios. Y un profeta, era la persona mediante la cual Dios daba a conocer su voluntad y propósito. Eran personas inspiradas por espíritu santo, con mensajes inspirados, a quienes Jehová revelaba sus “asuntos secretos” (Jeremías 23:18, Amós 3:7).


Los profetas eran discernidores de la voluntad divina. No adivinaban o pronosticaban, sino que tenían la facultad dada por Jehová de percibir hacia qué rumbo marcaba la dirección del actuar de Dios. Poseían clarividencia, eran capaces de ver o entender aquello que no está al alcance de los hombres y mujeres en general. Y también eran receptores de mensajes divinos, que daban a conocer, al tiempo y manera de Dios.  



Los profetas vivían en el tiempo presente, en armonía con la voluntad de Dios, y amoldaban su vida a la voluntad divina. A pesar de sus propias opiniones personales, eran capaces de separar su punto de vista del mensaje divino que se les revelaba por diferentes medios. 


El primer profeta que Dios usó para transmitir un mensaje divino fue Enoc, con un mensaje centrado en el juicio de Dios contra los seres espirituales que tomaron cuerpos humanos y llegaron a ser padres de la raza de los nefilim, y la generación que vivió antes del Diluvio (Judas 14, 15).


Indudablemente, es Moisés el más destacado de los profetas de tiempos de antes de Jesucristo. Moisés predijo acontecimientos sobrenaturales, como las diez plagas y demás expresiones de juicio de parte de Dios y todas se cumplieron. Y es que la única manera de saber si una profecía viene de parte de Jehová, debe, en primer lugar, cumplirse, tiene que suceder. 


Un profeta llega a serlo, porque Dios le escoge como profeta, y eso es algo que todos los profetas mencionados en las Escrituras mencionaban. Era el espíritu santo el que les guiaba al discernimiento y entendimiento de cuál era el mensaje a proclamar, y cuándo hacerlo. Y, su predicción, siempre se cumplía. 


Jehová usó varios medios para inspirar a Sus profetas: ángeles, visiones, sueños o visiones nocturnas mientras dormían, y mensajes transmitidos cuando se hallaban en un estado de concentración, a veces favorecido por la música. 

Cómo reconocer a un verdadero profeta:


Hablaba en el nombre de Jehová
Su mensaje se cumplía 
Dios le respaldaba 

Recordamos que Jesús advirtió sobre la presencia de falsos profetas, que usarían Su nombre y ejecutarían "grandes señales y prodigios maravillosos para descarriar”, o extraviar hasta a los "escogidos". Pero, sus frutos, los resultados de su enseñanza y acciones, demostrarían que eran “hacedores de maldad” (puede leer citas como la de Mateo 7:15-23, o la de Mateo 24:23-28).



Saul, Samuel, 1 samuel 13, obey, obeys, obeyed, obeying, obedient, obediently, obedience, disobey, disobeys, disobeyed, disobeying, disobedient, disobedience, disobediently, sheeplike, subservient, Bow, defer, satisfy, insubordination, defiance, insurgence, disregard





Hay una constante que se observa en toda profecía bíblica: el principio de causalidad. Los acontecimientos y circunstancias que se predecían, eran siempre las consecuencias o resultados de las acciones de las personas. Gálatas 6:7 indica que de Dios uno no se puede mofar, lo que uno siembra, uno cosecha. Si eran obedientes y fieles a Jehová las personas, bendición, paz y prosperidad tendrían, como familias y nación, pero si eran desobedientes e infieles, segarían las consecuencias de sus errores. Ese era, en resumen, el contenido del mensaje profético.


Sin embargo, los falsos profetas engañaban al pueblo y a sus líderes con promesas tranquilizadoras de que, a pesar de su proceder de desobediencia, Dios todavía estaría con ellos para protegerles y hacerles prosperar. Sus palabras, melosas y agradables, le endulzaban el oído a la gente. En esencia les decían que no importaba qué hicieran, Dios estaría con ellos. Cosa cierta... a medias, porque si la gente no buscaba a Jehová y le obedecía, no podía esperar Su favor y protección.



Hoy en día, se requiere saber discernir el espíritu de "profecías", entendimientos proféticos, declaraciones y demás sucesos que están sucediendo, a medida que cumplen profecías bíblicas. El mantenerse alerta, en actitud de expectativa, bajo oración, usando perspicacia y prudencia, ayudará a saber reconocer el sonido distintivo de la verdad. Jesús dijo que Sus ovejas sabrían escuchar Su voz. Muchos buscan hacerse notar, y aprovecharse del poco conocimiento bíblico y la decepción de otros para posicionarse como "profetas". Prueba de ello, es que ciertamente muchas personas sí creyeron en la profecía fallida del sr. Camping, de que el mundo acabaría el 21 de mayo de 2011, e hicieron cambios en su vida, y todo por creer a alguien que, juzgue usted, si es un "profeta" de Jehová o no.


Jesucristo nos animó a estar alertas, a orar, a guardar aceite "extra", a esperar, a estar en expectativa. Ese es el tenor de su mensaje ante los tiempos que vivimos, y vale la pena recordar que Jesús es el más grande Profeta de Jehová. Vale la pena recordar Sus profecías, y preguntarnos en qué corriente del tiempo vivimos.

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