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Ser discípulos del Reino de los Cielos


http://elreinadodecristo.files.wordpress.com/2011/04/cielo11.jpgLa expresión “Reino de los Cielos” aparece alrededor de 30 veces en las Escrituras. Todas ellas, en el evangelio de Mateo. ¿Quiénes hablaron de ese Reino de los Cielos? ¿Qué enseñan las Escrituras sobre ese Reino? ¿Es importante que aprendamos esas preciosas verdades sobre el Reino de los Cielos en este tiempo? 

Fue Juan el Bautista el primero que habló sobre el Reino de los Cielos. Dijo:

“Arrepiéntanse, porque el Reino de los Cielos ha llegado”. Él es, de hecho, aquel de quien se habló por medio de Isaías el profeta con estas palabras: “¡Oigan! Alguien clama en el desierto: ‘¡Preparen el camino de Jehová! Hagan rectos sus caminos”
Mateo 3:2, 3

De manera impactante inició Juan el Bautista su labor profética en medio de la nación judía. Su mensaje, que llamaba al arrepentimiento, a cambiar la manera de andar ante Dios, para estar preparados para la venida del Mesías, sacudió conciencias, y movió a muchos a hacerse discípulos de Él. Fue él quien primero habló del Reino de los Cielos. ¿Por qué? Sin duda alguna, la operación del fluir del espíritu santo de Dios, le movió a proclamar que nuevas y maravillosas revelaciones de parte del Cielo se manifestarían, puesto que el Mesías las enseñaría. Su labor era preparar el camino, es decir, hacer que las personas asumieran su responsabilidad ante los ojos de Jehová, y buscaran a Dios. Pero no a la manera farisaica y tradicional, sino a la manera de Dios: con fe, sinceridad, y una actitud receptiva ante lo que Dios hará en el futuro, mediante el Mesías. Razón había entonces para que él fuera el primero en proclamar que “el Reino de los Cielos ha llegado”.

Después, apareció Jesús. Juan el Bautista lo bautizó en el Jordán, y fue testigo de cómo Jehová dio testimonio de que este era Su Hijo, el amado. La labor de Juan el Bautista ya había concluido, y ahora era el tiempo del Mesías, Jesús.

Meses después de ser bautizado, Jesús fue a Galilea. Juan el Bautista había sido arrestado. ¿Qué pasaría? ¿No habría ya más proclamación del Reino de los Cielos?
En Mateo 4:13-17 leemos sobre lo que hizo Jesús entonces, en Galilea: 

Después de salir de Nazaret, se quedó en Capernaum, a la orilla del mar, en los distritos de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo que habló el profeta Isaías, que dijo:
“¡Tierra de Zabulón y Neftalí, por el camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de las naciones!, el pueblo que estaba sentado en oscuridad vio una gran luz, y sobre los sentados en una región de sombra como de muerte, la luz se levantó sobre ellos”.
Desde aquel momento, Jesús comenzó a predicar y a decir:
“Arrepiéntanse, porque el Reino de los Cielos ha llegado”.

Allí, en Galilea, por primera vez, Jesús proclamó la llegada del Reino de los Cielos. Y, como lo describe Mateo, fue el cumplimiento de la profecía de Isaías 9:1, 2. El hecho de que por primera vez se Jesús anunciara la llegada del Reino de los Cielos, fue, como si una gran luz de repente iluminara en medio de la oscuridad. A partir de ese momento, Jesús comenzó a enseñar y anunciar sobre el Reino de los Cielos.

¿Qué es el Reino de los Cielos?

Tenemos la necesidad natural y lógica de saber qué es. Y esa misma necesidad, hace que perdamos de vista el hecho de que siempre estamos aprendiendo, siempre estamos recibiendo conocimiento, discernimiento, e iluminación sobre las cosas de Dios. Eso sucede con el Reino de los Cielos. Podemos decir, desde un punto vista estrictamente bíblico, que el Reino de los Cielos es el reino o gobierno del Cielo, o de Dios, como lo enseñó Jesús, puesto que Él enseñó sobre ambos: el Reino de los Cielos y el Reino de Dios. El Reino de Dios es un gobierno, un reino, el gobierno del Cielo que rige a la Tierra y a la Humanidad desde el momento en que Jesucristo asume funciones reales sobre la Humanidad, hecho que Él mismo enseñó. “Mi  Reino no es de este mundo”, dijo a Pilato, en juicio por su vida (Juan 18:36). Claro, el Reino de Jesús es el Reino de Dios, el Reino de los Cielos.
Sí, hay un tiempo señalado por Dios a partir del cual Jesucristo comienza a reinar sobre la Humanidad. Apocalipsis 11:15 declara que “el Reino del Mundo sí llegó a ser del Señor y de Su Cristo”. Un tiempo que es descrito en detalle, con sus acontecimientos predichos ampliamente en las Escrituras, por ejemplo, todo el Apocalipsis es dedicado exclusivamente a mostrarlo.

Jesús, en Su gran profecía sobre el fin de fines, o fin del mundo como se le conoce, habló sobre la inminencia del establecimiento del Reino de Dios de esta manera:

”Habrá señales en el sol, la luna y las estrellas, y sobre la tierra, angustia entre las naciones, porque no conocen la salida, por causa del bramido del mar y su agitación. Los hombres desmayarán temerosos, y por la expectación de cosas que vienen sobre la tierra habitada, porque los poderes de los cielos serán sacudidos.

Y entonces verán al Hijo del Hombre viniendo en una nube con poder y gran gloria.
Pero al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen sus cabezas, porque su liberación se acerca.

Por ello les dijo una ilustración:

“Vean la higuera y todos los demás árboles: Cuando echa brotes, ustedes, al observarlo, saben para sí, que ya se acerca el verano. Así ustedes, cuando vean suceder estas cosas, sepan que el Reino de Dios está cerca. De verdad les digo: Esta generación no pasará, sin que todas estas cosas sucedan. Cielo y Tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”.

Lucas 21:25-33

Estas palabras de Jesús, el gran Profeta mayor que Moisés, no dejan lugar a dudas sobre la verdad del Reino de Dios y su establecimiento sobre la Tierra. Ahora bien, hemos estado considerando sobre el Reino de los Cielos, y hacemos referencia al Reino de Dios. Indudablemente que el Reino de Dios es el Reino de los Cielos, cuando Dios reina es como si el Cielo reinara. Por ello, la expresión Reino de los Cielos se refiere al Reino de Dios, pero la diferencia entre ambos destaca el origen y sustento del poder, la sabiduría y los principios que rigen al Reino de Dios, que proviene de Dios, de los Cielos, que es el lugar del Trono de Dios. 
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La expresión Reino de los Cielos destaca el carácter sublime, trascendente, eterno, espiritual, del Reino de Dios, rigiendo a la Humanidad y la Tierra. Uno no se puede imaginar el Reino de Dios sustentado por los principios y sabiduría terrenales, humanos, que se desgastan con el tiempo, pues resultan ineficaces. Jehová y Jesucristo, Su Hijo, no son ineficaces, ¿cierto? Pero los gobiernos humanos, terrestres, sí lo son.

Por supuesto, el Reino de Dios, al gobernar la Tierra y la Humanidad, manifiesta la aplicación efectiva y eficaz de los Principios Espirituales Eternos que provienen de Jehová, por eso también se le llama el Reino de los Cielos. Y, sobre esos Principios Espirituales Eternos, enseñó Jesús.

Debemos ser discípulos del Reino de los Cielos, porque el Maestro Divino, Cristo Jesús, nos instó a aprender de ese Reino. Él dijo que “bienaventurados son los que tienen consciencia de su necesidad espiritual, porque de ellos es el Reino de los Cielos”. Si quiero ser una persona bendita, entonces debo tener consciencia de mi necesidad espiritual, y entonces, me llega a pertenecer el Reino de los Cielos, llega a ser mío. Eso significa que mi vida, y todo lo que ella es, llega a estar en un estado de plenitud en todos los aspectos, porque me rijo por el Reino de los Cielos, que es el Reino de Dios.

 Porque , el Reino de Dios reina la Tierra, y es ese Reino por el que Jesús pidió que se orara “venga tu Reino”. Pero, a título individual, como creyente, cada persona tiene la responsabilidad de vivir bajo el Reino de Dios, es una decisión personal. Hace 2.000 años, Jesús enseñó a vivir regido bajo el Reino de los Cielos, para que, al tiempo de Dios, cada creyente sea introducido, a un nivel externo, en las bendiciones del Reino. “Entonces dirá el Rey (Cristo Jesús) a los de su derecha: ‘vengan, ustedes que han sido bendecidos por mi Padre, hereden el Reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo (Mateo 25:34).

Los creyentes somos herederos. ¿Qué heredamos? “Si somos hijos (de Dios), también somos herederos: herederos por cierto de Dios, pero coherederos con Cristo” (Romanos 8:17). Los herederos y herederas de Dios heredan el Reino, el Reino preparado desde la fundación del mundo, el Reino preparado por Dios. Por ello es importante ser discípulo del Reino de los Cielos, porque, ¿qué Reino voy a heredar sino sé de qué se trata?

Lamentablemente, muchos creyentes no tienen consciencia de su condición de hijos e hijas de Dios, ni de ser herederos y herederas del Reino de Dios. Ninguna parte en las Escrituras enseña que hay cristianos de primera o de segunda, que unos heredan el Reino y otros no.

Todo seguidor de Jesucristo es heredero y heredera del Reino de Dios.

Ahora bien, ¿cómo se manifiesta esa herencia? Eso es algo que sólo Dios tiene preparado para cada cual, según Su propósito eterno, pero lo cierto del caso es que esa herencia existe.


No es posible en una entrada de un blog, enseñar TODO lo que es el Reino de los Cielos según las enseñanzas de Jesús, y hablar sobre el Reino de Dios. ¿Por qué? Porque es una realidad espiritual, dinámica, individual, que cada hombre y mujer que siga a Jesús debe tener hambre de conocer y aprender. Jesús, después de enseñar diversas parábolas sobre el Reino de los Cielos, dijo:

“Todo instructor público, al ser enseñado sobre el Reino de los Cielos, es semejante a un hombre, un amo de casa, que cuando saca de su tesoro, saca cosas nuevas y viejas”
Mateo 13:52

Jesús dijo que, si somos enseñados sobre el Reino de los Cielos, seremos capaces de extraer del buen tesoro de nuestro corazón, cosas “nuevas”, nuevos conocimientos sobre cómo opera Dios, destellos de iluminación y revelación sobre Su propósito, y, al relacionarlos sobre lo que hemos aprendido, es como si sacáramos cosas “viejas”, seremos capaces de eslabonar lo que ya conocemos con lo nuevo. Y eso nos ayuda a adquirir esa sabiduría de arriba, la sabiduría de Dios.
En estos tiempos, en los que debemos mantenernos alertas, es importante repasar lo que enseñan las Escrituras sobre el Reino de los Cielos, pues es parte del propósito divino que ha de realizarse. A continuación, se da la lista de los lugares en las Escrituras donde aparece la expresión “Reino de los Cielos”. Ore, y lea el contexto de cada cita bíblica, y vea por sí mismo/misma, los invaluables tesoros de conocimiento que hay sobre el Reino de los Cielos en cada uno de ellos. 

Mateo 3:2
Mateo 4:17
Mateo 5:3
Mateo 5:10
Mateo 5:19
Mateo 5:20
Mateo 7:21
Mateo 8:11
Mateo 10:7
Mateo 11:11
Mateo 11:12
Mateo 13:11
Mateo 13:24
Mateo 13:31
Mateo 13:33
Mateo 13:44
Mateo 13:45
Mateo 13:46
Mateo 13:47
Mateo 13:52
Mateo 16:19
Mateo 18:1
Mateo 18:3
Mateo 18:4
Mateo 18:23
Mateo 19:12
Mateo 19:14
Mateo 19:23
Mateo 20:1
Mateo 22:2
Mateo 23:13
Mateo 25:1
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