YHWH: Dios de relámpagos, voces y truenos
Y
del trono de Dios
proceden relámpagos,
truenos y
voces.
Hay
7 lámparas de
fuego ardiendo, delante
del trono, y estas son
los 7
espíritus de Dios.
Apocalipsis
4:5
Jesús
dijo que eran “bienaventurados” los de corazón limpio, porque
ellos “verán a Dios”. Ver a Dios, la sola idea
causa fascinación. ¿Es posible ver a Dios? ¿Percibirlo?
¿Tener una evidencia tangible de Él, de Su existencia, sin
ninguna duda?
Moisés,
al igual que cualquier mortal, quiso ver a Dios. Verlo en Su
gloria. No se trataba de querer ver a Dios para convencerse de
que existiera realmente, sino de observar cómo es el
Todopoderoso. “No puedes ver mi rostro y vivir, Moisés”,
respondió el Omnipotente Dios, pero sí le permitió ver algo
de Su gloria, pues le hizo esconderse en un peñasco. Allí, Moisés,
tuvo la manifestación radiante de la Presencia de YHWH, pero no
vio Su rostro, sino su “espalda”, tan sólo una pequeña parte de
Su esplendor.
“Dios
es un Espíritu”, dijo Jesús. Un Espíritu, al cual los ojos
humanos no pueden ver. Sin embargo, Dios se ha manifestado a sí
mismo a Su creación, de diversas maneras, haciendo así patente Su
Presencia y Su existencia. Y esas manifestaciones, han demostrado el
poder, sabiduría, esplendor radiante y Divinidad de YHWH, el
Único Dios Verdadero.
El
apóstol Juan, quien recibió de Jesucristo la Revelación del
Apocalipsis, pudo observar en 4 visiones diferentes,
manifestaciones de la Presencia y Divinidad de YHWH, que de manera
particular son mostradas ampliamente durante el “día del Señor”
(Apocalipsis 1:10).
Los
relámpagos, los truenos y las voces, son parte de esas
manifestaciones. ¿Son importantes esas manifestaciones?
Cuando
de repente vemos un relámpago y escuchamos un trueno, reaccionamos
de diversas maneras, pero es innegable que es imposible no ver
un relámpago o no escuchar un trueno. Un relámpago es
visible, y un trueno es audible.
En
las Escrituras, son diversas las profecías que mencionan el uso que
da YHWH a Sus relámpagos, lo cual nos ayuda a entender que sí
debemos prestar atención a los relámpagos y truenos como señales
divinas. Una de esas profecías, es esta:
El
sol y la luna, se pararon, en su lugar.
Como
luz
tus flechas
siguen yendo.
El
relámpago
de tu lanza sirve para resplandor.
Habacuc
3:11
Notemos
la profecía. Dios usa el relámpago como si fuera una lanza, que
sirve de resplandor, en medio de la oscuridad de la noche. El punto
es que, los relámpagos, por su visibilidad en medio de la oscuridad
de la noche, son una fuente de luz, instantánea, que produce un
ruido ensordecedor. En la simbología del Apocalipsis, los relámpagos
y truenos, son usados por YHWH para hacer manifiesta la
Presencia de Dios. Así como en tiempos del Éxodo en el desierto,
había una columna de nube y una de fuego que hacía manifiesta la
Presencia de YHWH en el Tabernáculo, particularmente, en el Arca,
en tiempos del Día del Señor Jesús, los relámpagos y truenos
manifiestan visiblemente la Presencia de YHWH.
Ahora
bien, la mención de “relámpagos, voces y truenos” en el
Apocalipsis, indica una particular manifestación del poder y
divinidad de YHWH durante el Día del Señor. Lo sabemos por las 4
veces que aparece esta expresión. Leemos:
Del
trono de Dios proceden relámpagos,
voces
y truenos.
Hay 7 lámparas de fuego ardiendo delante del trono, y estas son los
7 espíritus de Dios.
Apocalipsis
4:5
Enseguida,
el ángel tomó el incensario, y lo llenó con el fuego del altar, y
lo lanzó a la Tierra. Y sucedieron truenos,
voces,
relámpagos
y un terremoto.
Apocalipsis
8:5
Y
se abrió el Templo de Dios que está en el cielo, y se vio en él,
el Arca de Su pacto. Y sucedieron relámpagos,
voces, truenos y un terremoto, y un
gran granizo.
Apocalipsis
11:19
Y
el séptimo ángel derramó su copa sobre el aire. Con eso, una
fuerte voz salió del Santuario, desde el Trono, y dijo: “¡Hecho
está!”.
Y
ocurrieron relámpagos y voces y
truenos, y sucedió un gran
terremoto, uno que jamás había ocurrido, desde el tiempo en que los
hombres vinieron a estar en la tierra, un terremoto extenso y grande.
Apocalipsis
16:17-18
Como
podemos notar, hay una clara manifestación divina en momentos claves
mencionados en el Apocalipsis. Por ejemplo, la primera mención de
relámpagos, voces y truenos, es con relación al Trono de YHWH,
que de ese Trono emanan los 3 elementos: relámpagos, voces y
truenos. Luego, en Apocalipsis 8:5, antes de tocarse las 7 trompetas,
un ángel toma las oraciones, las tiene en un incensario, el cual
arroja a la Tierra. Entonces, truenos, voces, relámpagos y un
terremoto suceden, antes de iniciarse los toques de los ángeles y
sus 7 trompetas.
Y
las 2 veces finales en las que aparecen en el Apocalipsis los
truenos, voces, relámpagos, destacan los finales de juicios
divinos: el toque de la séptima trompeta y el derramamiento
de la séptima copa de la ira de YHWH. Por ello vemos que
en ambos casos, a los relámpagos, voces y truenos, se añaden otras
señales divinas, como un terremoto y un granizo, siendo el vinculado
al derramamiento de la séptima copa, un terremoto y una granizada
excepcionalmente extensos y grandes.
Por
cierto que, nota aparte de la consideración de este tema sobre los
relámpagos, voces y truenos mencionados en el Apocalipsis, ¿ha
notado como prácticamente nadie siente interés por considerar los
toques de trompetas y las copas de la ira de Dios, como realidades
de cosas sobre las que hay que mantenerse alerta? Por supuesto, estos
son asuntos “escatológicos” y mejor es hablar de otros temas más
“comerciales”, más agradables al oído de la feligresía, o más
apegados a las doctrinas de las diversas iglesias, antes que prestar
“más” de la atención acostumbrada al cumplimiento de la palabra
profética de YHWH y el Reino de Dios. Lamentablemente, son pocos
los que están investigando con atención los cumplimientos
proféticos de las Escrituras aplicables a estos tiempos.
Relámpagos,
voces y truenos: significado
Es
evidente que grandes e impactantes destellos de iluminación
espiritual suceden durante los tiempos del Día del Señor. Sucesos,
acontecimientos, y otras circunstancias, indican, de parte de YHWH,
que aquellas creencias, doctrinas, postulados filosóficos, de origen
religioso, político, social y moral son demostrados como lo que son:
falsedades, falacias construidas para engañar y oscurecer el
entendimiento de la Humanidad.
No
es desconocido para los estudiosos de las Escrituras, que oscuras y
malignas fuerzas han estado detrás de las religiones, doctrinas
filosóficas, y movimientos políticos que han gobernado a la
Humanidad desde sus inicios, desde la caída de Adán. Cristo Jesús
denunció que existía un “padre” de la mentira, un oscuro ser
que ha manipulado las mentes de las personas, guiándolas a un
sistema de creencias que las han alejado de Dios, de la verdad, y de
la posibilidad de tener una vida en armonía con Dios.
Los
“relámpagos, voces y truenos”, muestran las cosas como son, y
eso no coincide con lo que se ha enseñado hasta ahora. ¿Proceden de
Harvard, Yale, Oxford, y otros grandes centros de enseñanza estos
relampagueos? ¿O del Vaticano? ¿O de líderes políticos usan a
Dios como bandera política? ¿O de autodenominados “profetas”?
Jesús
dijo que “las piedras clamarían” (Lucas 19:40). Significa que,
las cosas relacionadas con el propósito de Dios serían reveladas y
anunciadas, y si hay quienes deben anunciarlo (líderes religiosos,
gente del clero), y no lo hacen, no hay problema: ¡Dios puede hacer
que hasta las cosas inertes y aparentemente insignificantes como
piedras, sirvan como portavoces de las buenas nuevas del Reino de
Dios y Su propósito!
Por
ello, no sorprende que personas sinceras, vean que, en los
instrumentos más “insignificantes” del mundo actual, puedan
hallarse esclarecimientos, y nuevas perspectivas sobre enseñanzas
dadas por sentado como verdades. Además, no podemos negar que en
estos tiempos, las crisis de sistemas políticos y económicos de las
grandes potencias, son, por sí mismos, evidencia de que son un
chasco para la Humanidad, para la gente que creyó en que esas era
“la solución”.
Para
citar un ejemplo, note la crisis en Japón. ¿No es Japón una gran
potencia científica, tecnológica, militar, orgullo del mundo
moderno, por haberse levantado de las cenizas de la II Guerra
Mundial? ¿No quedó en evidencia con el terremoto y tsunami
recientes, que ni la potencia más tecnológicamente avanzada, no
puede hacer frente a una catástrofe de gran magnitud?
¿Qué
decir de EE. UU.? ¿Qué pasó con el “sueño americano”? ¿No es
EE. UU. Una nación “bajo Dios”? Pero vemos, día a día, cómo
se desmorona la gran potencia.
Estos
sucesos, y otros, no han estado escondidos. Todos los hemos podido
ver, están en las noticias, y no se puede negar que significan algo.
Cierto, no hay una voz del cielo que diga “esta noticia significa
esto” o “este suceso indica…”. Pero, si ejercemos el sentido
de alerta espiritual, y discernimiento, y en algunos casos no hay que
hacer mucho esfuerzo, las cosas se ven obvias, claras. ¿Qué
debemos hacer, ante los “relámpagos, voces y truenos” que
procedan del trono de Dios?
Un
mensaje de alerta: no todo suceso “impactante” es un
relampagueo de Jah. Por ello en Apocalipsis 16:15 se nos advierte:
“He
aquí, vengo como ladrón. Bienaventurado el que se mantiene
despierto y guardando sus ropas, para que no ande desnudo y miren su
vergüenza”
Apocalipsis
16:15
La
Presencia del Hijo del Hombre es inesperada: como la de un ladrón.
Mantenerse despierto, en vela, y cuidando la identificación de
cristianos verdaderos. El mantenerse despierto es una necesidad en
estos tiempos, prestando atención a las señales, a los
acontecimientos mundiales.
Recordemos
que los “relámpagos, voces y truenos” proceden del trono de
Dios. Esto nos hace pensar en lo primero en que debemos estar
despiertos: nuestra relación con Dios. ¿Cómo están nuestras
oraciones? ¿Cómo está nuestro corazón?
¿Nos sentimos cerca o... l
e j o s del Padre?
Es
importante reflexionar en estas cosas, dedicar tiempo a meditar, a la
lectura de las Escrituras con corazón abierto y receptivo. “Acércate
a Dios, y Él se acercará a ti” (Santiago 4:8).