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El mundo de realidades aparentes y medias verdades

Todos los días vemos noticias. Y las noticias reflejan acontecimientos. ¿Qué significado tienen esos acontecimientos?


Personalmente, podemos darle valor a un hecho, a una noticia, o a un suceso del pasado. Lamentablemente, sucede que a menudo, las masas de la Humanidad permiten que centros de poder les digan qué es importante y qué no. Y aquello que realmente es importante, urgente y vital, es enmascarado bajo matrices de opinión, y tachado como "falso", "satánico", "malo". Son etiquetas que les colocan los poderosos a hechos verdaderamente importantes, y que les son incómodos a quienes controlan o pretenden seguir manipulando las mentes de la Humanidad.


¿Es de extrañar eso? ¿Le parece raro? No. Si hace 2.000 años, un hombre, a quien hoy llamamos justo y santo, le crucificaron como un maldito hereje. La historia cambia sus etiquetas, como el viento cambia de dirección. Sí, ahora entendemos la historia, pero, ¿la entendieron los judíos que pedían a gritos a Pilato "crucifícale" en el Gólgota?


Y ahora, 2.000 años después, la propaganda mediática tiene efectos en las mentes de las personas, que, bombardeadas vez tras vez, califican de "bueno", "malo", "trascendental", las noticias, según sea la conveniencia de los poderosos de los centros de poder. Bien dijo el Maestro Jesús el Cristo que las "perlas no se echan a los cerdos", pero cuán necesario es a veces buscar que se encienda la luz de la inteligencia, la razón y la profunda consciencia espiritual, en uno mismo, y en quienes sinceramente, desean mirar las cosas desde el cristal correcto, y no según le indiquen las élites de la información, al política y la economía.


En la película "A few good men", un arrogante Jack Nicholson, interpretando el papel de un coronel de la Marina del ejército de EE. UU., le dijo al abogado defensor de unos pobres acusados, interpretado por Tom Cruise esta frase:

"You can't handle the truth"


En español sería:


"No puedes manejar la verdad"


El sentido de esta frase es que hay verdades, que están allí, listas para ser descubiertas, reconocidas, asumidas y aceptadas. El punto es cuán dispuesto o dispuesta está una persona a manejar la verdad. Saber entenderla, aceptarla, y manejarla

Hay un argumento que expone el apóstol Pablo a un grupo de creyentes del Siglo I D. C., y que vale la pena recordar. Está escrito en Hebreos 5:12-14:

   12 Debiendo ser ya maestros después de tanto tiempo, tienen necesidad de que se les vuelva a enseñar cuáles son las cosas básicas de las palabras de Dios, y han llegado a ser tales, que tienen necesidad de leche y no de alimento sólido.
    13 Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño.
    14 El alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.


Pablo les dice que deberían ser maestros. Estar facultados para saber discernir lo bueno de lo malo, lo importante y esencial de lo que no lo es. Pero eran bebés, infantes en la enseñanza de Cristo. Eran personas que requerían ser llevados como en un coche como si fueran bebés. Necesitaban que otro, u otros les dieran de comer. Eso sí, leche, lo más básico. ¿Alimento sólido? Imposible, pues su organismo no estaba preparado para digerir esa comida pesada.


Espiritualmente, muchos creyentes siguen estancados, a pesar del tiempo y de la evidencia, en diatribas y cuestiones que debieron haber aclarado en sus mentes hace tiempo. Su inmadurez les hace seguir navegando las aguas de la indecisión. Necesitan estar siendo llevados por otros, aunque tienen la evidencia frente a sus ojos. 

Un verdadero creyente debe aprender a ser consecuente y coherente con lo que cree. Así nos enseña Jesucristo. Es un camino estrecho, angosto, no es seguido por la mayoría, a la que le gusta que le digan qué hacer, qué creer, o por dónde caminar, hasta cómo vestirse y qué comer. El camino angosto que enseñó el Maestro a veces es más angosto de lo que quisiéramos o nos gustaría, pero es el camino, el que lleva a la vida eterna. ¿Quién, en su sano juicio, diría que es mejor seguir el camino ancho de la mayoría de la gente, camino que culmina con el resultado de no acercarse a Dios y Su bendición? 

Sí, vivimos en un mundo de realidades aparentes y medias verdades. Por ello, necesitamos la guía del Único que verdaderamente nos muestra la realidad y la verdad por medio de Cristo Jesús, YHWH. Él es la Fuente de Luz y Verdad. Acercarse a Él mediante la oración, la reflexión en Sus caminos, una lectura en Su Escritura, nos conecta con el sendero de la Verdad. Nuestro Padre nos ama, pero desea que asumamos la responsabilidad de buscarle, mantenernos alertas y vigilantes en amor y verdad, en este tiempo en el que tenemos tantas presiones. Sus brazos eternos están dispuestos a cobijarnos, pero tenemos que acercarnos a Él, buscar Su Rostro, Su Luz y Amor. YHWH es la única realidad y verdad absoluta, y andando en Sus caminos, poco a poco vamos disfrutando de la plenitud de lo que Él es y da. Busquemos esa realidad y verdad.







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