Lo que enseña la Biblia sobre la interacción ángeles - humanos
En los primeros 3 capítulos del Génesis, se describe el inicio de la interacción entre 2 formas de vida diferentes, pero con el mismo origen: ángeles y humanos. Si recordamos lo que indica el Génesis sobre el origen de la Humanidad, es decir, del hombre y la mujer, ¿dónde fue? Fue en el Cielo, en la zona espiritual en la que residen Jehová y sus ángeles, donde se dio inicio a la Humanidad. El Dios Todopoderoso dijo:
27 Y creó Dios al hombre a su imagen,
a imagen de Dios lo creó;
varón y hembra los creó.
26 «Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y tenga potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y las bestias, sobre toda la tierra y sobre todo animal que se arrastra sobre la tierra».
27 Y creó Dios al hombre a su imagen,
a imagen de Dios lo creó;
varón y hembra los creó.
28 Los bendijo Dios y les dijo: «Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sometedla; ejerced potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y todas las bestias que se mueven sobre la tierra».
29 Después dijo Dios: «Mirad, os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, así como todo árbol en que hay fruto y da semilla. De todo esto podréis comer.
30 »Pero a toda bestia de la tierra, a todas las aves de los cielos y a todo lo que tiene vida y se arrastra sobre la tierra, les doy toda planta verde para comer».
Y fue así.
Génesis 1:26-30
Así que, el origen de la Humanidad fue extraterrestre, es decir, fuera de la Tierra. La Tierra, estaba sin forma, desierta y en oscuridad, cuando Dios inició el proceso creativo que culminó con la preparación y adecuación de este planeta singular, para que fuera capaz de albergar vida, una forma de vida nueva en el Universo: la vida
terrestre. Plantas, vegetales, aves, peces, animales, y otras formas de vida microscópica, surgieron de forma ordenada y gradual, tal como lo relata el Génesis.
Desde un principio, Jehová comunicó su deseo de originar a la Humanidad. Dios, por decirlo de esta manera, nos soñó, nos imaginó a los Humanos, Hombre y Mujer, a Su imagen y semejanza, y lo llevó a cabo. Por ello, en el Génesis 2:7, 8 se relata la creación de la Humanidad: el hombre y luego la mujer (Génesis 2:20-24).
¿A quiénes dijo Dios que haría al hombre y a la mujer a Su imagen y semejanza? En primer lugar y particularmente a un ángel, a Su Hijo, el Verbo de Dios. Este Verbo era el portavoz de Dios, el que comunicaba a Adán y a Eva los mensajes de Dios para ellos. Para Adán y Eva, era perfectamente normal y natural comunicarse con una forma de vida extraterrestre, con Dios a través del principal mensajero de este, el Logos, o Verbo. ¿Sentían temor, desconfianza o incertidumbre? No, pues sabían que eran parte de una familia universal, que eran hijo e hija de Dios. Sabían que no estaban solos en el Universo.
Es en el capítulo 3 del Génesis en el que encontramos la primera interacción clara entre ángeles y humanos: una negativa y una positiva. Ambas las protagonizan seres espirituales del orden de los querubines. ¿Cómo lo sabemos? Un ser espiritual, un querubín, usó a una serpiente para influir en Eva y Adán, sembrando la duda en el corazón de ella, y el resto de la historia la conocemos, pues ambos se rebelaron contra Dios. El resultado, fue que ambos fueron expulsados de su hogar, el jardín de Edén, y les fue cerrado el acceso al árbol de la vida. El mismo que era custodiado por seres espirituales, no humanos: querubines leales a Dios.
La interacción ángeles-humanos ha existido desde el mismísimo principio de la Humanidad, es una realidad que las Escrituras han mostrado. Lógicamente, debemos pensar que esa interacción, como lo indica la Biblia, ha sido positiva o negativa para la Humanidad, dependiendo de varios factores. Uno de ellos es la motivación de los ángeles al interactuar con los humanos. Hay ángeles que han intervenido a favor de la Humanidad, cumpliendo su rol de mensajeros de Dios. Por ejemplo, Gedeón fue comisionado por Dios mediante el mensaje de un ángel. Manóah, padre de Sansón, fue avisado por un ángel de que sería padre de un hombre dedicado a Dios como nazareo. Y sin duda alguna, recordamos cómo el evangelio de Lucas relata a un grupo de ángeles dando anuncio del nacimiento de Jesús, en un pesebre en Belén. En todos estos casos, la interacción de los ángeles fue positiva para la Humanidad puesto que se encargaron de dar anuncios definidos de parte de Jehová.
La Biblia enseña que la interacción entre los ángeles leales a Jehová y los humanos siempre tiene un objetivo: contribuir a que se realice el propósito y voluntad de Dios en la Tierra. En el Apocalipsis es más que notorio este hecho, pues son ángeles los encargados de realizar ciertas acciones de parte de Dios: tocar las 7 trompetas, derramar los 7 tazones, retener los vientos de la tribulación, ser guiados por el Rey de Reyes para la ejecución del juicio de Dios, mostrar cómo es la Nueva Jerusalén. Todo eso y otras acciones las realizan ángeles, que son destinados a venir a la Tierra en compañía de Cristo, para separar el trigo de la cizaña, viniendo con el glorioso Rey Cristo, para establecer el Reino de Dios en la Tierra.
¿A quiénes dijo Dios que haría al hombre y a la mujer a Su imagen y semejanza? En primer lugar y particularmente a un ángel, a Su Hijo, el Verbo de Dios. Este Verbo era el portavoz de Dios, el que comunicaba a Adán y a Eva los mensajes de Dios para ellos. Para Adán y Eva, era perfectamente normal y natural comunicarse con una forma de vida extraterrestre, con Dios a través del principal mensajero de este, el Logos, o Verbo. ¿Sentían temor, desconfianza o incertidumbre? No, pues sabían que eran parte de una familia universal, que eran hijo e hija de Dios. Sabían que no estaban solos en el Universo.
Es en el capítulo 3 del Génesis en el que encontramos la primera interacción clara entre ángeles y humanos: una negativa y una positiva. Ambas las protagonizan seres espirituales del orden de los querubines. ¿Cómo lo sabemos? Un ser espiritual, un querubín, usó a una serpiente para influir en Eva y Adán, sembrando la duda en el corazón de ella, y el resto de la historia la conocemos, pues ambos se rebelaron contra Dios. El resultado, fue que ambos fueron expulsados de su hogar, el jardín de Edén, y les fue cerrado el acceso al árbol de la vida. El mismo que era custodiado por seres espirituales, no humanos: querubines leales a Dios.
La interacción ángeles-humanos ha existido desde el mismísimo principio de la Humanidad, es una realidad que las Escrituras han mostrado. Lógicamente, debemos pensar que esa interacción, como lo indica la Biblia, ha sido positiva o negativa para la Humanidad, dependiendo de varios factores. Uno de ellos es la motivación de los ángeles al interactuar con los humanos. Hay ángeles que han intervenido a favor de la Humanidad, cumpliendo su rol de mensajeros de Dios. Por ejemplo, Gedeón fue comisionado por Dios mediante el mensaje de un ángel. Manóah, padre de Sansón, fue avisado por un ángel de que sería padre de un hombre dedicado a Dios como nazareo. Y sin duda alguna, recordamos cómo el evangelio de Lucas relata a un grupo de ángeles dando anuncio del nacimiento de Jesús, en un pesebre en Belén. En todos estos casos, la interacción de los ángeles fue positiva para la Humanidad puesto que se encargaron de dar anuncios definidos de parte de Jehová.
La Biblia enseña que la interacción entre los ángeles leales a Jehová y los humanos siempre tiene un objetivo: contribuir a que se realice el propósito y voluntad de Dios en la Tierra. En el Apocalipsis es más que notorio este hecho, pues son ángeles los encargados de realizar ciertas acciones de parte de Dios: tocar las 7 trompetas, derramar los 7 tazones, retener los vientos de la tribulación, ser guiados por el Rey de Reyes para la ejecución del juicio de Dios, mostrar cómo es la Nueva Jerusalén. Todo eso y otras acciones las realizan ángeles, que son destinados a venir a la Tierra en compañía de Cristo, para separar el trigo de la cizaña, viniendo con el glorioso Rey Cristo, para establecer el Reino de Dios en la Tierra.