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"Felices los que leen y los que oyen las Palabras de esta Profecía"

Enigma. Misterio. Símbolos. Eso es el libro del Apocalipsis o Revelación. Es el último de los 66 libros de la Biblia, y suscita intriga, fascinación y temor. ¿Por qué temor? Porque en su lenguaje simbólico, describe escenas e imágenes que, tomadas literalmente, son realmente escalofriantes.


Sin embargo, ¿era el objetivo del Originador del Apocalipsis llenarnos de temor o miedo ante el futuro? Una lectura de las palabras de apertura del Apocalipsis nos transmiten una sensación muy grata:


Dichoso el que lee y dichosos los que escuchan las palabras de este mensaje profético y hacen caso de lo que aquí está escrito, porque el tiempo de su cumplimiento está cerca.
Apocalipsis 1:3


Varias versiones de la Biblia traducen la palabra dichoso por bienaventurado, bendito, o feliz. Así que el Dios que inspiró al Apocalipsis tenía como objetivo la felicidad, la bienaventuranza o bendición divina para quien lee y para quienes oyen la lectura explicativa del mensaje profético del Apocalipsis. Las frases muestran el Principio de Causa-Efecto. La bendición de quien lee y de los que escuchan este mensaje profético es el efecto o resultado final. La causa es el hacer caso de lo que está escrito, el actuar en consonancia con lo que Dios expone en el mensaje del Apocalipsis. Eso significa que el mensaje profético no es solo para satisfacer nuestra curiosidad de saber qué significan el 666, o el mar vítreo, o los 4 jinetes del Apocalipsis. Dios espera que nos esmeremos en entender, en discernir los significados proféticos y actuar. Y si lo hacemos así, tendremos la bendición de Jehová, esa que enriquece en muchos aspectos y a la cual Dios no añade dolor.

¿No es acaso contradictorio que el Apocalipsis declare bendición para quienes hagan caso de su mensaje, y tenga contenidos de fuertes y contundentes mensajes de Juicio Divino a la Humanidad?

Recordemos la esencia de la naturaleza de Jehová. Dios es Bueno, dijo Jesucristo. Con Él, no hay oscuridad, Él es Luz. El libro de los Salmos, ¿cómo inicia? Declara bendito a quien lee día y noche en voz baja, o con meditación la Palabra de Dios. Así que la naturaleza de Dios es el Bien, la Luz, la Verdad, la Vida. Dijo el salmista del Salmo 23 que Dios era su Pastor, que nada le faltaría, y que Dios hace que el Bien y la Misericordia le sigan. ¿Es eso malo para alguien? No.

Dios es Amor. Pero en el mundo actual, desde que Adán y Eva cayeron del favor de Dios, en el mundo no reina el amor, la luz, la verdad, y eso es evidente. ¿Podría Jehová permanecer callado ante eso? NO. Él ha revelado a sus siervos los profetas lo que es Su punto de vista de los asuntos, y qué hará al respecto. El entender que Dios no tolerará indefinidamente el mal, y la mentira que han gobernado al mundo genera esperanza a quienes aman la paz y la justicia.

Ese es el mensaje más importante del Apocalipsis. La manifestación que progresivamente va haciendo Dios de sí mismo durante el llamado "Día del Señor". Cierto, tenemos la Biblia como escritura inspirada y provechosa. Pero la Biblia no contiene TODO el conocimiento de Dios. Hay conocimientos que Dios progresivamente revela, por eso Proverbios 4:18 indica que la senda de los justos es como la luz brillante, que va haciéndose más y más clara, hasta que el día, o propósito de Dios, queda establecido.

No hay razones para temer entender el Apocalipsis. El Dios de Paz rodeado de un arcoiris de color esmeralda, no invita al temor. Invita a la Paz y al amor. Pero esa invitación requiere de seguir pasos de nuestra parte. Requiere el compromiso de entender en sí misma la Revelación. ¿Qué quiere Dios enseñarnos? ¿La fecha del Armagedón? ¿Quién es el Falso Profeta? Esos asuntos son importantes. Sin embargo, hay cosas más profundas, eternas y duraderas que nos enseña el Apocalipsis. Por ejemplo, la naturaleza de la relación que deberíamos tener con Dios, con nosotros mismos y con el prójimo. ¿Hay revelación de esos asuntos en el Apocalipsis que tienen el poder de transformar mi vida, mi relación con Dios y con otros? Sin duda. 

Otros aspectos que contribuirían a nuestra bendición de entender el Apocalipsis tiene que ver con los mensajes de juicio. Por ejemplo, el Apocalipsis habla de una ramera, Babilonia la Grande. ¿Qué es realmente Babilonia la Grande? ¿Cómo ha extraviado a las naciones por medio de su práctica espiritista? ¿Cómo evitar ser extraviado por ella? O respecto de la bestia salvaje de 2 cuernos de cordero, que habla como dragón, ¿hemos escuchado ya su hablar de "cosas grandiosas"? ¿hemos discernido ese hablar con dichos ambiguos, ese bajar fuego del cielo para maravillar a la gente y extraviarla?

Vale la pena leer el Apocalipsis sin búsqueda de que fascine nuestra imaginación, o como para confirmar nuestras ideas preconcebidas. Somos libres de hacerlo, como somos libres de hacer lo que queramos, pero la pregunta es: ¿me es de bendición lo que sé del Apocalipsis? Dios promete que es bendito quien escucha su mensaje, y si uno no está participando de la bendición prometida a quien lee y a quienes escuchan las palabras de esta profecía, significa que algo no está bien. Y si ese es su caso, quizás sea el momento de revisar de qué fuente estamos recibiendo información confiable del Apocalipsis.  
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