Las Escrituras, inspiradas de Dios
Las Escrituras, la Santa Biblia, o, simplemente, la Biblia, es un libro singular. Es el libro más vendido de todos los tiempos y el más traducido.
¿Son las Escrituras un libro sagrado o religioso, como cualquier otro? La pregunta es importante, puesto que existen otros escritos que afirman ser de origen divino, y son de gran importancia para religiones y movimientos espirituales, los cuales basan sus creencias en esos libros, y si deseamos saber cuáles son, basta que busquemos por Internet y nos enteremos de su existencia.
Para responder la pregunta ya planteada sobre si las Escrituras están al mismo nivel de otros escritos "sagrados" o "inspirados", vale la pena examinar lo que es la inspiración divina de las Escrituras.
En 2 Timoteo 3:16, 17, leemos:
Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto (apto), equipado para toda buena obra.
Toda Escritura, toda ella, es inspirada por Dios. ¿Qué Dios? Porque hemos de reconocer que la palabra Dios puede ser usada por cualquier ente o ser divino. Para los griegos antiguos, Zeus o Apolo eran dioses. Obviamente, nadie en este siglo XXI creería que Zeus o Apolo realmente existen, ¿cierto?
El punto es que las Escrituras indican que son inspiradas sobrenaturalmente por un Dios. ¿Quién es el Dios que inspiró las Escrituras? Su Nombre, revelado, es el que identifica a la Persona que es llamada por el Tetragrámaton: Y H W H. Fue Él el que inspiró las Escrituras.
Sabemos que no fue que Dios de su puño y letra escribió los 66 libros de las Escrituras, nos los mandó por medio de un ángel o ángeles, y llegaron a nuestras manos. Durante alrededor de 1.610 años, unos 50 hombres de diversos antecedentes, personalidades, ocupaciones, y puntos de vista, sirvieron de escritores del mensaje. Un mensaje, no de ellos, sino de YHWH.
YHWH usó Su espíritu santo, a fin de guiar la escritura de cada uno de los componentes de los 66 libros que conforman nuestras Escrituras. YHWH, mediante Su espíritu influyó en la mente y corazón de los escritores para dirigirlos en los contenidos, enfoques e información que colocarían por escrito.Por ejemplo, en Juan 21:24, 25, se encuentran las palabras de cierre del Evangelio de Juan, escrito por el apóstol Juan. Este evangelio, en particular, nos ofrece información particular sobre Jesucristo, sin embargo, Juan reconoce lo siguiente:
Éste (Juan) es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos que su testimonio es verdadero.
Hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales, si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén.
Hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales, si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén.
Juan reconoce que sus escritos son un testimonio. Y ese testimonio es verdadero, pues de hecho él vio y oyó a Jesucristo realizar las cosas que escribió, y era un hombre inspirado por espíritu santo. Pero añade que no escribió todo sobre Jesús. ¿Por qué? Porque no cabría su contenido en muchos libros. Y eso haría redundante el mensaje. Sencillamente, lo escrito por Juan, Mateo, Marcos y Lucas era suficiente para tener un testimonio verdadero, genuino de Jesucristo, y ejercer fe en Él.
Por supuesto, existen otros escritos de inspiración divina, es decir, de un origen no humano, sobrenatural. Y algunos de ellos ofrecen información y perspectivas que parecen "complementar" o ayudar al entendimiento de las Escrituras.
¿Verdaderamente existen otros escritos "inspirados" necesarios para complementar la información que está en las Escrituras?
Este es un asunto que plantea varias cuestiones. Uno de ellos es nuestro deseo de tener más información sobre sucesos y verdades que no se mencionan en las Escrituras, o sobre los que no se dice prácticamente nada. Y es en ese "vacío" de información, en el que entran otros escritos, que aparentemente nos llenan esa "falta" de información de las Escrituras.
¿Quién o quiénes están detrás de esos escritos?
El punto no es que dicen otros libros o mensajes "inspirados", sino más bien cuánta fe y confianza en las Escrituras tenemos. Después de todo, quien desee adorar al Padre con espíritu y verdad debe preguntarse en sintonía con qué espíritu y verdad desea estar.
El espíritu de YHWH y Su verdad están expuestos en las Escrituras, y si hay "vacíos" de información en las Escrituras, entonces eso nos lleva a cuestionar a... YHWH mismo. Tendremos que creer entonces que a YHWH se le olvidó dar más información sobre algún asunto, o que no sabe hacer un libro sagrado.
El ejercer fe en las Escrituras como la única verdad que YHWH ha revelado a la Humanidad puede ser la diferencia para acceder al conocimiento de cosas profundas de Dios, y del entendimiento sobre profecías y otros asuntos. Es cuestión de fe, tanto en las Escrituras como en el Dios que inspiró las Escrituras: YHWH.