Cuando Dios hablaba a Moisés...
40 días y 40 noches fue el tiempo que estuvo Moisés en el Monte Sinaí, recibiendo de Dios la Ley y otras instrucciones sagradas. Una de ellas, era la construcción de una edificación portátil: era el Tabernáculo, o tienda de reunión. Se trataba de una tienda especialmente diseñada con un propósito divino, pues sería el centro de la adoración a YHWH en Israel, sería un santuario, en el que objetos sagrados estarían apropiadamente ubicados dentro de ella. En el centro del campamento de tiendas de los israelitas, en el mismísimo centro, estaría el Tabernáculo.
Una vez listo, el Tabernáculo fue consagrado a YHWH. Desde el Arca del Pacto, hasta los sacerdotes que oficiarían en él, todo fue santificado por Moisés, para que los objetos y personas fueran debidamente consagrados para adorar a Dios. En Números 7 se destaca el hecho de cómo los 12 príncipes o líderes de las 12 tribus de Israel se presentaron ante el Tabernáculo con sus ofrendas. El Tabernáculo no era cosa sólo de Moisés o sacerdotes, sino que involucraba a todo hombre o mujer israelita, pues Dios estaba allí representado.
Una vez que el Tabernáculo estuvo ya consagrado, en Números 7:89 se cita algo particular que sucedía ahí, en ese Tabernáculo:
Moisés hablaba con YHWH. "Boca a boca", era una comunicación en la que Moisés podía hablar, preguntar, opinar, o hasta interceder ante Dios por Israel, y Dios responder. Moisés se ubicaba frente al Arca del Pacto, y oía una voz... la voz de Dios. En el texto bíblico citado, se menciona que esa voz se oía de entre los 2 querubines. Las Escrituras son consecuentes en señalar que Dios no está solo, que vive en medio de hijos que son ángeles, serafines o querubines. Son seres espirituales de un orden espiritual, sobrehumano, creados para habitar en su propio y debido lugar de vivir que YHWH les dio. Así como Dios hizo la Tierra para el hombre y la mujer, así existen lugares espirituales en los que residen estos seres espirituales, lugar que las Escrituras llaman sencillamente el "Cielo".
Estos querubines, serafines o ángeles, que tienen el honor de estar en la presencia de Dios, conocen su voz. En especial los querubines, seres espirituales de excelsa jerarquía, a quienes describió el apóstol Juan en el Apocalipsis 4 como "seres vivientes" que estaban ubicados rodeando el Trono de Dios. Obviamente, esa fue una visión de realidades celestiales, que simbólicamente estaban representadas en el Arca del Pacto. Y era de entre esos 2 querubines que estaban en el Arca del Pacto, que emanaba la voz de Dios que Moisés oía hablarle, recordando que encima del Arca del Pacto estaba la Presencia de Dios, por medio de una energía divina llamada "Shekinah".
Por supuesto que relatos como estos generan toda una gama de pensamientos que vienen a nuestra mente. Algunos se preguntarán si es posible que Dios hable así en estos tiempos a alguien, y si es posible que tantas interrogantes que tenemos sobre tantos temas pudieran ser respondidos de manera clara y directa.
Por ejemplo, se enseña que existe el "infierno", o que Dios es una "Trinidad", o que Jesús murió en una cruz y otros dicen que no es así. O si Jesús comenzó a reinar en 1914 o considera que el Papa de Roma es su "Vicario". Otros preguntarían si existen los extraterrestres, cómo sería el "fin del mundo", etc. La lista es... interminable.
Tal vez necesitamos recordar que Dios es comunicativo, un Dios que "revela secretos" como le diría Daniel a Nabucodonosor (Daniel 2:28), y que las respuestas están allí, existen. No están tan lejos como para no alcanzarlas, o tan imposibles de hallar. ¿Dónde?
Las Escrituras son "útiles para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre y la mujer de Dios sean perfectos, enteramente preparados para toda buena obra", según 2 Timoteo 3:16, 17. ¿Por qué no usarlas y tener el oído atento para escuchar la voz de Dios que nos hable, y nos aclare las inquietudes que tengamos?
Una vez listo, el Tabernáculo fue consagrado a YHWH. Desde el Arca del Pacto, hasta los sacerdotes que oficiarían en él, todo fue santificado por Moisés, para que los objetos y personas fueran debidamente consagrados para adorar a Dios. En Números 7 se destaca el hecho de cómo los 12 príncipes o líderes de las 12 tribus de Israel se presentaron ante el Tabernáculo con sus ofrendas. El Tabernáculo no era cosa sólo de Moisés o sacerdotes, sino que involucraba a todo hombre o mujer israelita, pues Dios estaba allí representado.
Una vez que el Tabernáculo estuvo ya consagrado, en Números 7:89 se cita algo particular que sucedía ahí, en ese Tabernáculo:
Cuando entraba Moisés en el Tabernáculo de reunión para hablar con Dios,
oía la voz que le hablaba de encima del propiciatorio que estaba sobre el Arca del Testimonio, de entre los dos querubines.
Así hablaba con Él.
Números 7:89
Estos querubines, serafines o ángeles, que tienen el honor de estar en la presencia de Dios, conocen su voz. En especial los querubines, seres espirituales de excelsa jerarquía, a quienes describió el apóstol Juan en el Apocalipsis 4 como "seres vivientes" que estaban ubicados rodeando el Trono de Dios. Obviamente, esa fue una visión de realidades celestiales, que simbólicamente estaban representadas en el Arca del Pacto. Y era de entre esos 2 querubines que estaban en el Arca del Pacto, que emanaba la voz de Dios que Moisés oía hablarle, recordando que encima del Arca del Pacto estaba la Presencia de Dios, por medio de una energía divina llamada "Shekinah".
Por supuesto que relatos como estos generan toda una gama de pensamientos que vienen a nuestra mente. Algunos se preguntarán si es posible que Dios hable así en estos tiempos a alguien, y si es posible que tantas interrogantes que tenemos sobre tantos temas pudieran ser respondidos de manera clara y directa.
Por ejemplo, se enseña que existe el "infierno", o que Dios es una "Trinidad", o que Jesús murió en una cruz y otros dicen que no es así. O si Jesús comenzó a reinar en 1914 o considera que el Papa de Roma es su "Vicario". Otros preguntarían si existen los extraterrestres, cómo sería el "fin del mundo", etc. La lista es... interminable.
Tal vez necesitamos recordar que Dios es comunicativo, un Dios que "revela secretos" como le diría Daniel a Nabucodonosor (Daniel 2:28), y que las respuestas están allí, existen. No están tan lejos como para no alcanzarlas, o tan imposibles de hallar. ¿Dónde?
Las Escrituras son "útiles para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre y la mujer de Dios sean perfectos, enteramente preparados para toda buena obra", según 2 Timoteo 3:16, 17. ¿Por qué no usarlas y tener el oído atento para escuchar la voz de Dios que nos hable, y nos aclare las inquietudes que tengamos?