Hallan relación entre la física cuántica y la conducta de varios animales
Un equipo de físicos del Institut für
Theoretische Physik, de la Universidad de
Innsbruck, en Austria, ha descubierto que un fenómeno de la física
cuántica conocido como entrelazamiento
cuántico podría tener un papel en la magnetorrecepción
de los animales.
El entrelazamiento cuántico (quantum entanglement, en inglés), es un fenómeno cuántico, sin equivalente clásico, en el cual los estados cuánticos de dos o más objetos se deben describir haciendo referencia a los estados cuánticos de todos los objetos del sistema, incluso si los objetos están separados espacialmente.
La magnetorrecepción es la capacidad que tienen ciertas especies de detectar la dirección y el sentido del campo magnético en el que se encuentran, y que les ayuda a orientarse. Aunque aún queda por determinar con exactitud qué moléculas estarían implicadas en dicha capacidad, este descubrimiento demuestra que el entrelazamiento cuántico, como efecto cuántico genuino, podría ser observado no sólo en sistemas de laboratorio aislados y altamente controlados sino, también, en sistemas biológicos.
En concreto, los científicos lo observaron en estados atómicos que también se encuentran en las brújulas químicas de los animales. Según declaró uno de los autores del estudio, el profesor de física teórica de dicha Universidad, Hans Briegel, para la revista Physorg, la presente investigación supondría, por tanto, una vía a seguir para la investigación experimental del factor cuántico subyacente en la capacidad de orientación por campos magnéticos.
Dos hipótesis posibles
Hasta ahora, la magnetorrecepción había sido observada en diversos animales y organismos, incluidos los pájaros, las tortugas, las vacas, los hongos o las bacterias, pero los especialistas no habían podido comprender completamente sus mecanismos subyacentes.
Los físicos del Institut für Theoretische Physik investigaron interacciones cuánticas --o de las partículas subatómicas- que también se dan en la magnetorrecepción, y demostraron que las tecnologías cuánticas podrían usarse para potenciar o reducir el rendimiento de las brújulas químicas de los animales. Potencialmente, estas mismas tecnologías podrían servir también para controlar otras funciones biológicas.
El entrelazamiento cuántico (quantum entanglement, en inglés), es un fenómeno cuántico, sin equivalente clásico, en el cual los estados cuánticos de dos o más objetos se deben describir haciendo referencia a los estados cuánticos de todos los objetos del sistema, incluso si los objetos están separados espacialmente.
La magnetorrecepción es la capacidad que tienen ciertas especies de detectar la dirección y el sentido del campo magnético en el que se encuentran, y que les ayuda a orientarse. Aunque aún queda por determinar con exactitud qué moléculas estarían implicadas en dicha capacidad, este descubrimiento demuestra que el entrelazamiento cuántico, como efecto cuántico genuino, podría ser observado no sólo en sistemas de laboratorio aislados y altamente controlados sino, también, en sistemas biológicos.
En concreto, los científicos lo observaron en estados atómicos que también se encuentran en las brújulas químicas de los animales. Según declaró uno de los autores del estudio, el profesor de física teórica de dicha Universidad, Hans Briegel, para la revista Physorg, la presente investigación supondría, por tanto, una vía a seguir para la investigación experimental del factor cuántico subyacente en la capacidad de orientación por campos magnéticos.
Dos hipótesis posibles
Hasta ahora, la magnetorrecepción había sido observada en diversos animales y organismos, incluidos los pájaros, las tortugas, las vacas, los hongos o las bacterias, pero los especialistas no habían podido comprender completamente sus mecanismos subyacentes.
Los físicos del Institut für Theoretische Physik investigaron interacciones cuánticas --o de las partículas subatómicas- que también se dan en la magnetorrecepción, y demostraron que las tecnologías cuánticas podrían usarse para potenciar o reducir el rendimiento de las brújulas químicas de los animales. Potencialmente, estas mismas tecnologías podrían servir también para controlar otras funciones biológicas.
Según explican los propios investigadores en un artículo aparecido en Physical Review Letters, actualmente existen dos hipótesis principales que explican la magnetorrecepción.
Una de ellas está basada en el mecanismo de pares de radicales: los receptores magnéticos presentes en los ojos de los animales se activarían mediante fotones (partículas portadoras de todas las formas de radiación electromagnética, entre ellas la luz) para producir un par de radicales libres (átomos o grupos de átomos que tienen un electrón -o partícula subatómica negativa- desapareado y con capacidad de aparearse, por lo que son muy reactivos). La interacción entre estos radicales libres y el campo magnético del entorno puede ocasionar que los animales “vean” dicho campo magnético.
La otra teoría sobre la magnetorrecepción propone que esta capacidad se da gracias a la existencia de procesos en los que intervienen partículas de un mineral de hierro conocido como magnetita, presente en el organismo de los animales, que haría las veces de sensor, proporcionando a éstos la información para el mapa de navegación. La relación entre los procesos cuánticos y la orientación, en este caso de los pájaros, ha sido también establecida recientemente por científicos de la Universidad de Oxford y de la Universidad de Creta.
Según estos investigadores, los pájaros dispondrían de moléculas posicionadas detrás de sus ojos, sobre la retina, que serían sensibles tanto a los fotones de luz recibidos por el ojo, como al campo magnético terrestre.
Es increíble descubrir como todas las cosas en la Creación están coordinadas para beneficio y sostén de todas las formas de vida que hay en el planeta.
Salmo 104:24 dice: “¡Cuántas son tus obras, oh Jehová! Con sabiduría las has hecho todas. La tierra está llena de tus producciones”. Ciertamente, se observa la sabiduría de Jehová en sus creaciones. Las criaturas son “instintivamente sabias” (Proverbios 30:24). Se sabe que las aves migratorias se orientan por las estrellas, por el campo magnético terrestre o por algún tipo de mapa interno. ¿Cómo entender estas conductas complejas? Todavía nos falta mucho por aprender de lo que Dios ha hecho, pero, como expresó el apóstol Pablo:
Porque las cualidades invisibles de él se ven claramente desde la creación del mundo en adelante, porque se perciben por las cosas hechas, hasta su poder sempiterno y Divinidad, de modo que ellos son inexcusables
Romanos
1:20
¡Oh la profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán inescrutables son sus juicios e ininvestigables sus caminos! 34 Porque “¿quién ha llegado a conocer la mente de Jehová, o quién se ha hecho su consejero?”. 35 O, “¿Quién le ha dado primero, para que tenga que pagársele?”. 36 Porque procedentes de él y por él y para él son todas las cosas. A él sea la gloria para siempre. Amén.
Romanos 11:33-36
Romanos 11:33-36