Investigaciones sobre lesiones cerebrales han ido
proporcionando, en los últimos años, interesantes datos sobre el
funcionamiento de la mente humana, y también sobre la actividad neuronal de la religiosidad y la espiritualidad humanas. Un
estudio realizado por científicos del Institute of Neurology de Londres,
ha revelado recientemente que lesiones en el lóbulo temporal derecho
del cerebro pueden propiciar la “hiperreligiosidad” de los pacientes.
Esta investigación viene a sumarse a otras que han demostrado, por
ejemplo, que los daños en el lóbulo parietal derecho propician la
espiritualidad o que los tumores situados en las zonas parietales
posteriores del cerebro generan una mayor “autotrascendencia”.
Las investigaciones sobre las lesiones cerebrales proporcionan un
conocimiento único sobre el funcionamiento de la mente. Si el
comportamiento humano se ve modificado por daños en alguna región del
cerebro, eso implica que dicha región tiene una función particular, que
puede definirse. Existe una lesión cerebral que consiste en la atrofia de los lóbulos
temporales, que son regiones del cerebro situadas aproximadamente
detrás de cada sien y que se cree están implicadas en tareas visuales
complejas, como el reconocimiento de caras; que son el "centro primario
del olfato" del cerebro y, también, que regulan ciertas emociones como
la ansiedad, el placer o la ira.
Un estudio reciente sobre esta lesión de los lóbulos temporales,
realizado por el neurólogo del Institute of
Neurology de Londres, Dennis Chan,
ha revelado que, además, uno de estos lóbulos podría estar vinculado
con la religiosidad humana. Según publica la revista Epiphenom,
se trataría del lóbulo temporal derecho. La atrofia de este lóbulo
temporal concreto se produce raramente, y consiste en que la mayoría del
lado derecho del cerebro simplemente se “marchita”.
Chan y sus colaboradores compararon a veinte pacientes con esta
atrofia cerebral particular con otros veinte pacientes que presentaban
el mismo tipo de lesión, pero en el lóbulo temporal izquierdo.
Ambos grupos de individuos presentaban problemas psicológicos
serios, derivados de sus lesiones cerebrales. Sin embargo, en ambos
casos los síntomas no eran los mismos. Esta diferencia radicaría en que el hemisferio cerebral izquierdo
controla el habla y la mano diestra. Las lesiones en esta parte del
cerebro se notan, por tanto, enseguida. Por el contrario, la atrofia del
lóbulo temporal derecho es más sutil.
En el caso de los veinte individuos con atrofia del lóbulo
temporal derecho estudiados, se demostró, además, que dos de ellos
tenían alucionaciones visuales con objetos inanimados y otros dos
experimentaban las señales recibidas por uno de sus sentidos como
captadas por otro sentido diferente.
Además, tres de ellos eran “hiperreligiosos”. En el caso de la
otra veintena de pacientes, ninguno presentó esta característica. Los
resultados de esta investigación han sido publicados por la revista Brain.
Las lesiones en la parte derecha del cerebro habían sido
vinculadas anteriormente con la religiosidad. En un estudio
publicado en 2008, y realizado por científicos de la University of
Missouri-Columbia, en Estados Unidos, se estableció que los daños en los
lóbulos parietales de dicho hemisferio cerebral propiciaban que la
gente que los padecía puntuara más alto en mediciones estándar sobre su
espiritualidad.
En este caso, fuero analizados 26 adultos con lesiones cerebrales
traumáticas en estas áreas del cerebro.
El lóbulo parietal derecho está relacionado con la conciencia del
yo en referencia a otros objetos en el espacio, con la conciencia del yo
tal y como lo perciben otros en situaciones sociales y con la capacidad
de evaluar de manera crítica las capacidades propias.
Región parietal posterior y autotrascendencia
Por otra parte, un estudio publicado por la revista Neuron en
febrero de 2010 y realizado por científicos de la Universidad de Udine,
reveló a principios de 2010 que los tumores situados en las zonas
parietales posteriores del cerebro también provocan rápidos cambios
relacionados con la religiosidad.
Esta investigación reveló que, en personas que sufrían tumores
cerebrales, sólo aquéllas a las que se les extirparon tumores de las
zonas parietales posteriores del cerebro vieron modificados sus niveles
de “autotrascendencia”, que es una de las tres dimensiones del carácter
que, según la psicología, agrupa las características de espiritualidad,
misticismo, pensamiento mágico y religioso, así como la visión de uno
mismo como parte integral del universo.
La autotrascendencia, en definitiva, nos hace sentirnos como una
parte integral del universo y, desde el punto de vista científico, sirve
para medir el comportamiento espiritual de cada individuo.
Religión y cerebro
Desde hace unos años, y gracias a los avances tecnológicos
alcanzados, que permiten el registro de a actividad neuronal del
cerebro, la neurociencia ha intentado explicar la religiosidad y la
espiritualidad humanas desde una perspectiva puramente fisiológica.
Así, por ejemplo, en investigaciones neurológicas recientes se han
descubierto las zonas del cerebro implicadas en las experiencias
místicas e, incluso, se ha llegado a crear un mapa que definiría el “cerebro
místico”.
Estos avances abren un interesante debate sobre si estos
descubrimientos pueden considerarse una demostración de la existencia de
Dios o, por el contrario, constatarían únicamente que la experiencia
religiosa es tan sólo un producto más de la actividad cerebral del ser
humano.
Para más información, consulte:
http://www.tendencias21.net/Un-estudio-vincula-la-religiosidad-con-el-lobulo-temporal-derecho-del-cerebro_a4561.html
Investigaciones confirman zonas del cerebro "espirituales"
Reviewed by
Orion
on
julio 08, 2010
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