Para recordar: Dios ayuda, Salmo 59
¿Quién no necesita la ayuda de Dios hoy día?
No cabe duda de que en medio de las situaciones que vivimos, la ayuda de Dios nos permite seguir adelante y superar dificultades.
Pero, ¿cómo Dios nos ayuda?
Dejemos que la Biblia nos responda esta pregunta. Uno de los salmos, el Salmo 59, fue escrito por un hombre que experimentó la ayuda de Dios, y de su experiencia podemos sacar valiosas lecciones que nos muestren cómo podemos nosostros también recibir la ayuda de Dios.
El hombre que estaba en problemas era David. ¿Cuál era su problema? Que el rey Saúl quería matarlo.
David era un hombre joven, apuesto, y un gran guerrero. Tras vencer a Goliat, los israelitas vieron en él a un líder fuerte, seguro, valiente, que los conducía de victoria en victoria frente a sus enemigos. Era muy popular. Más que Saúl, el rey de Israel.
Pero, ¿cómo Dios nos ayuda?
Dejemos que la Biblia nos responda esta pregunta. Uno de los salmos, el Salmo 59, fue escrito por un hombre que experimentó la ayuda de Dios, y de su experiencia podemos sacar valiosas lecciones que nos muestren cómo podemos nosostros también recibir la ayuda de Dios.
El hombre que estaba en problemas era David. ¿Cuál era su problema? Que el rey Saúl quería matarlo.
David era un hombre joven, apuesto, y un gran guerrero. Tras vencer a Goliat, los israelitas vieron en él a un líder fuerte, seguro, valiente, que los conducía de victoria en victoria frente a sus enemigos. Era muy popular. Más que Saúl, el rey de Israel.
Y a Saúl no le fue agradable perder el protagonismo entre los israelitas. Ya no era el hombre más admirado, el más querido. Y lo peor de todo, era que el espíritu de Dios ya no estaba con Saúl.
Lleno de envidia y resentimiento, Saúl trató 2 veces de matar a David, arrojándole una lanza, mientras este le tocaba instrumentos de cuerda, para calmar ese "espíritu malo" que tenía Saúl. La tercera vez que Saúl trató de matar a David, este huyó. David se fue del palacio real, y llegó a su casa, donde vivía con su esposa Mical, hija de Saúl.
Saúl entonces mandó mensajeros a casa de David para que lo vigilaran y lo mataran por la mañana. Es decir, al día siguiente, David sería hombre muerto.
Saúl entonces mandó mensajeros a casa de David para que lo vigilaran y lo mataran por la mañana. Es decir, al día siguiente, David sería hombre muerto.
Así que vemos a David amenazado de muerte por el hombre más poderoso de Israel. Y aquí vemos una de las formas de las que Jehová se valió para ayudar a David: le hizo detectar el peligro en el que estaba.
¿Recuerda que Jesús dijo que había que ser "astutos" como la serpiente? Eso hizo David en ese momento: tuvo la astucia, o perspicacia para saber que estaba en peligro. Dios nos ayuda guiándonos, haciéndonos ver los peligrosantes de que las cosas empeoren. Es la esencia del consejo de Proverbios 22:3:
El prudente ve el peligro y lo evita;
el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias.
Nueva Versión Internacional (NVI)
Fíjese en el punto: el prudente ve el peligro antes de que le afecte, entiende que va a meterse en problemas si sigue por ese curso, y lo evita. ¿Y el inexperto? ve el mismo peligro, pero no entiende que va a meterse en problemas, y sigue adelante. Y se mete de cabeza en el problema, sufriendo las consecuencias.
¿Qué más hace David?
Llega a su casa. Habla con su esposa, Mical, hija de Saúl. Conociendo los planes de su padre Saúl, Mical, la esposa de David, le dijo:
«Si no salvas tu vida esta noche, mañana estarás muerto».
Vemos aquí otra forma en la que Dios ayudó a David: pudo hablar del problema con franqueza con su esposa, y ella comprendió el peligro en el que estaba David. Y llegaron a un acuerdo sobre cómo actuar. Es lo que recomienda Proverbios 15:22:
Sin consulta, los planes se frustran,
pero con muchos consejeros, triunfan.
La Biblia de las Américas (LBLA)
David solo, no se hubiera salvado. Pero él, al hablar del asunto con su esposa, logra un plan de acción que él solo no hubiera logrado hacer.
La ayuda de Mical a David fue determinante. Dios impulsa en ocasiones a personas en momentos clave para ayudarnos. Puede ser que nos ayuden dándonos un consejo, haciéndonos ver el problema desde otro ángulo, o nos proporcionan ayuda económica o material si es preciso.
Con respecto de la ayuda que recibimos en forma de consejo, es bueno buscarlo en primer lugar de la persona más Sabia del Universo: Jehová Dios. ¿Cómo? Orando sobre el asunto, y buscando en las Escrituras el consejo que sea guiado por Dios. Nadie puede ayudarnos con su sabiduría mejor que Jehová. Pero hay que pedirla, buscarla, hallarla y actuar según lo que indique la respuesta de Dios.
¿Qué hizo David? Porque los soldados de Saúl estaban fuera de la casa, la tenían rodeada. ¿Cómo salir y huir?
Mical entonces descolgó a David por una ventana. Era de noche, muy de noche.
Él se fue y huyó poniéndose a salvo.
Al día siguiente Mical tomó una estatua y la puso sobre la cama, le acomodó por cabecera una almohada de pelo de cabra y la cubrió con la ropa. Cuando Saúl envió mensajeros para capturar a David, ella dijo: «Está enfermo». Entonces volvió Saúl a enviar mensajeros en busca de David, y les dijo: «Tráiganlo de la cama para que lo mate». Cuando los mensajeros entraron, encontraron la estatua en la cama, y una almohada de pelo de cabra a su cabecera.
¿Y David? Huyó hacia Ramá, donde vivía Samuel. A partir de entonces, durante años, David tuvo que huir como fugitivo, confiando en el amparo de Dios para seguir vivo día a día, hasta el momento en que Dios le colocara en el trono de Israel como rey. (Léase el relato en 1 Samuel 18 y 19).
Vemos que David huyó de noche. No esperó al día siguiente para huir. Era en la noche, porque en la mañana sería hombre muerto. Seguramente Mical espiaba desde la ventana hacia la calle, e hizo bajar a David en el momento en el que los soldados ya no vigilaban en un instante o momento. Había que actuar con rapidez.
En momentos de dificultad, o de vida o muerte, actuar con rapidez es importante. Por supuesto, podría haber pasado que David, al bajar por la ventana, fuera descubierto por los soldados. Y sería hombre muerto. Pero si se quedaba en la casa, también sería hombre muerto.
Hay situaciones así. Si no haces nada, estás perdido. Y tu única opción, es arriesgada, y no tienes la certeza al 100% de que lograrás tu objetivo. Pero es tu única salida. El valor y el actuar con decisión fue lo que ayudó a David. Y nos ayudará a nosotros.
Y fin del relato. David empezó a vivir como fugitivo por años, perseguido por Saúl. Esta fue la experiencia que inspiró a David a componer el Salmo 59. Es una oración. Una oración en la que David pide ser librado de sus enemigos.
¿Se siente identificado o identificada con la situación de David?
Cuántas situaciones y circunstancias parecen rodearnos en estos momentos, así como los soldados de Saúl rodearon la casa de David.
Obviamente, hay individuos como Saúl. Personas en posición de poder: religioso, económico o político, que buscan usar su poder para emplearlo contra los más débiles y vulnerables.
También, los Saúles en nuestra vida pueden ser esas situaciones que de repente se alzan en nuestra contra, amenazando nuestra vida o seguridad.
Si ese es nuestro caso, tengamos presente el poder espiritual presente en el Salmo 59: que Dios ayuda.
Note lo que pidió David en esta oración, registrada en el Salmo 59. Veamos algunas peticiones de David a Dios, que podemos ver en este salmo:
Líbrame de mis enemigos, Dios mío; ponme a salvo de los que se levantan contra mí. Líbrame de los que cometen maldad y sálvame de hombres sanguinarios, porque están acechando mi vida; se han juntado contra mí poderosos, no por falta mía, ni pecado mío,Jehová; sin delito mío corren y se preparan.
Despierta para venir a mi encuentro, y mira.
Note que el salmista pide ser librado. "Líbrame", pide David a Jehová, de sus enemigos y los que cometen maldad. ¿Era culpa de David? No. David no había hecho nada para merecer ese trato despiadado. Ser alguien sin culpa ante Dios es importante. Actuar con rectitud, con honestidad, para evitar las consecuencias de los errores, es parte de adorar a Dios con espíritu y con verdad.
¿Es cierto que por tiempo indefinido Dios permite estas cosas? No. Confiando en esto, David pide a Dios:
Y tú, Jehová, Dios de los ejércitos, Dios de Israel, despierta para castigar a todas las naciones; no tengas misericordia de todos los que se rebelan con maldad. Volverán a la tarde, ladrarán como perros y rodearán la ciudad. Declaran con su boca; espadas hay en sus labios, pues dicen: «¿Quién oye?» Mas tú, Jehová, te reirás de ellos; te burlarás de todas las naciones.
El Dios de David, Jehová, es el Jehová de los ejércitos. Es un Dios guerrero, porque sabe que la paz y la justicia necesitan ser establecidas en medio de los enemigos de Dios y los suyos. Pareciera que los problemas y circunstancias, cual enemigos, ladran como perros. Empeoran. También, personas malvadas creen que Dios nunca actuará. Pero Dios se reirá de ellos, al actuar a favor de los suyos.
A causa del poder del enemigo esperaré en ti, porque Dios es mi defensa. El Dios de mi misericordia irá delante de mí; Dios hará que vea en mis enemigos mi deseo.
Dios es mi defensa. ¡Qué frase tan poderosa! No estamos solos o solas para luchar por nuestros problemas, dificultades, o los enemigos en nuestra vida. Si Jehová está conmigo, ¿quién o qué contra mí?
Los 2 versículos finales del Salmo 59 son un llamado del salmista a confiar plenamente en Dios:
Pero yo cantaré de tu poder,
alabaré de mañana tu misericordia,
porque has sido mi amparo
y refugio en el día de mi angustia.
Fortaleza mía, a ti cantaré,
porque eres, Dios, mi refugio,
el Dios de mi misericordia.
David canta a Jehová. Por Su poder, por Su misericordia, porque ha sido el amparo y refugio de David, en ese día de angustia. En nuestros momentos de angustia, no tenemos por qué afrontarlos solos. Dios puede ser nuestro refugio si le buscamos en oración y seguimos su guía.
No existe nada que nos impida orar a Dios. El Salmo 59 es parte de esas "cosas escritas para nuestra instrucción" espiritual. Leerlo y meditarlo nos da ideas claves, pensamientos de Dios en los cuales confiar y usar para orar y reflexionar en el amparo de Dios. Si Dios ayudó a David, ¿no nos ayudará a quienes le pedimos su auxilio hoy día?