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La paz de Dios protege la mente

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Vivimos en los llamados “tiempos críticos, difíciles de manejar”. Eso hace que a veces atravesemos momentos de intenso sufrimiento emocional. ¿Qué hacer en ese caso? Un sabio consejo del apóstol Pablo dado a los creyentes fue que arrojaran sus inquietudes sobre Jehová Dios mediante la oración. ¿Con qué resultado? “La paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús” (Filipenses 4:7).

¿Qué es esta “paz de Dios”? Es el sosiego, el sentimiento de calma y serenidad, de confianza en Dios, que se obtiene de tener una relación estrecha con el Creador. Dicha intimidad nos da la confianza de que, sin importar cuáles sean nuestras angustias, el momento que estemos viviendo, y ese momento puede ser justo ahora mismo, Jehová “no dejará solos a los suyos” (Léase Salmo 94:14, Versión Popular.)
La paz de Dios puede proporcionar alivio, es eficaz en nuestra vida. ¿De qué modo?

Pablo escribió que la paz de Dios “supera a todo pensamiento” o, como se vierte en la versión de Agustín Magaña, “supera todo sentimiento”. La inquietud puede hacer que experimentemos todo tipo de sentimientos angustiosos. Pero la paz de Dios puede darnos estabilidad, especialmente cuando necesitamos “poder que es más allá de lo normal”. 

Además, la paz de Dios sirve de protección. “Guardará sus corazones y sus facultades mentales”, como escribió Pablo a los filipenses. La palabra griega traducida “guardará” es un término militar que evocaba la imagen mental de centinelas haciendo guardia día y noche. Del mismo modo, la paz de Dios puede hacer de guardia de nuestros corazones y facultades mentales las veinticuatro horas del día.  

La paz de Dios, que guardará nuestros corazones y facultades mentales, nos provee protección contra esos pensamientos angustiosos, y por el contrario, la seguridad del creyente hasta el final en el cuidado protector de Dios le sostiene, aún en la más recia de las tormentas. Es el sentido de aquella seguridad que se hace parte de ti cuando uno pone todos sus asuntos en manos de Dios. La paz de Dios no es meramente protección, sino una muy especial protección interna por parte del espíritu santo guardándonos como si estuviéramos en una guarnición en.

Por ejemplo, en estos tiempos de escasez económica y alto costo de la vida, debemos mantenernos alerta. ¿Sobre qué? Jesucristo dijo esta exhortación dirigida a los creyentes que vivieran en el tiempo del fin:

Mas presten atención a sí mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso, y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente como un lazo. Porque vendrá sobre todos los que moran sobre la haz de toda la tierra. Manténganse despiertos, pues, en todo tiempo haciendo ruego para que logren escapar de todas estas cosas que están destinadas a suceder, y estar en pie delante del Hijo del hombre.
 Lucas 21:34-36

Es interesante reflexionar en estas palabras. Jesús predijo hambres y escaseces de alimento, y en el libro de Apocalipsis se predice "un litro de trigo por un denario", es decir, un alto costo de la vida, en el que la gente trabaja para satisfacer las necesidades básicas de la vida, es decir, "un litro de trigo", o una poca cantidad de comida, a cambio de "un denario", es decir, el salario de todo un día laboral. Y eso lo estamos viviendo. 


Por otra parte, ¿cómo entender que el Maestro nos exhorta a "prestar atención a nosotros mismos"? Lo entendemos como la necesidad de vigilar nuestros propios estados emocionales, nuestro propio estado de ánimo, y cómo vemos nuestras propias situaciones personales, en particular, en lo referente a la comida y la bebida. El peligro es que nuestros corazones, lleguen a estar "cargados", o como lo traduce en inglés, overcharged. Overcharged significa una sobrecarga, una carga que supera lo normal. Y ese es precisamente el peligro, que nuestra mente, nuestras emociones, nuestra percepción espiritual se halle ocupada, o sobrecargada, con la preocupación por la comida, la bebida, o por las inquietudes de la vida. Las inquietudes de la vida van desde pagar la cuenta del teléfono hasta hacer la compra de ese kilo o libra de arroz para la comida de mañana. Jesús nos advirtió sobre el peligro de permitir que, día a día, lo cotidiano nos robe la condición de corazón apropiada para mantenernos alertas ante los sucesos y acontecimientos, y ver cómo la palabra profética de Dios se cumple.

Debemos pedir a Dios que nos ayude a tener el debido balance en nuestras vidas. A ocuparnos con presteza de nuestros asuntos personales hasta el grado que nos corresponda, y mantenernos alertas, despiertos, vigilantes ante lo que sucede, tanto dentro de nuestros corazones como en el mundo actual. Muchos reconocen que sucesos extraordinarios están aconteciendo, pero siguen "dormidos" en sentido espiritual. Jesucristo lo predijo, que había el peligro de que ese "Día" señalado de la Presencia de Cristo nos tome como en un lazo, o trampa. ¿Qué trampa? La de ignorar las señales que nos dan los sucesos mundiales y locales que cumplen profecías bíblicas, la de desechar los llamados de atención que nos hace nuestra "voz interior", cuando nos advierte sobre algo, y la desoímos.

Tome en cuenta el lector que estas palabras no son algo nuevo. Y como toda advertencia, que se da vez tras vez, es responsabilidad individual tomarla o dejarla.


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