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Fe estratégica

Siempre que se habla de la fe, se asume una posición de creencia, de convicción. Pero la fe es eficaz. Tiene poder.

EN la Biblia se declara que la fe sin obras es muerta. Si se muere, es porque también puede vivir, y nutrirse todos los días.

La fe logra lo imposible.

¿Cómo?

Estamos acostumbrados a querer algo y pretendemos que simplemente aparezca.

Eso es magia, no fe.

Si queremos un carro, esperamos que aparezca, pero ¿quién dice que ahorrar no es fe?

La fe es como un tren que hace que todas las cosas que se creen imposibles
sencillamente se acerquen a uno, caminen hacia uno, es un tren lleno de oportunidades. Por ejemplo, ¿buscas pareja?. Es sencillo, hay cosas que usted tiene que hacer para que se le acerque esa mujer, u hombre, como peinarse, arreglarse, tratar de hacer el mejor arreglo que usted pueda hacer, no es sólo cuestión de fe.

Jesús habló de una fe en particular y la comparó al grano de mostaza.

El grano de mostaza

J
esús dijo:

Por su poca fe; porque de cierto digo, que si tuvieran fe como un grano de mostaza, dirían a esta montaña: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada les será imposible.

Realmente en las palabras originales de Jesús Él quiso decir “incredulidad”. Jesús nos da la clave para aumentar y reforzar nuestra fe: orar.

¿Cómo eliminar la incredulidad? Buscando a Dios con todo el corazón. Las cosas buenas suceden cuando erradicamos la incredulidad. Tener una fe como la del grano de mostaza, significa no tenerla de un tamaño minúsculo, sino ser de temple y carácter, ser capaz de promover grandes cosas.

Es vital comprender que, como pequeñas semillas de mostaza, tenemos un gran potencial para crecer y dar frutos.

Jamás se menosprecian los inicios.

Tod@s tenemos algo que cambiar. ¿Un mal hábito? ¿Es hora de renovar una relación? ¿Qué hay de la familia? ¿Qué hay de ti?

La más pequeña de las semillas, como la mostaza, estaba convencida de su gran capacidad de crecimiento. Imagina a la semilla de mostaza junto a una de naranja, durazno o aguacate. No dejaría que la humillaran. Seguramente les diría: ahora soy pequeña, pero ya verán lo grande que llegaré a ser cuando me siembren, abonen y rieguen. No lo olvides, la Palabra te hará grande.


Nota que la Biblia dice que “se hace árbol”, no que “la hacen árbol”. Ella va más allá de su naturaleza y aunque está destinada a ser hortaliza, su fe la lleva a cambiar de especie y convertirse en árbol. No importa si es un árbol pequeño, lo importante es que trascendió sus propias fronteras y no se conformó con ser una hortaliza grande.

Además, viene la mejor parte, en sus ramas resistentes y frondosas anidan las aves del cielo. Las bendiciones de Jehová anidan en las personas que luchan por sus sueños y crecen como la semilla de mostaza. Dios siempre hará algo más si usas tu fe para creerle y alcanzar tus metas.

Confía en el Creador y en ti que eres su criatura. Eres su obra y te hizo maravilloso. Ten la humildad de imitar a la semilla de mostaza y al rey David. Tú puedes cambiar. Tú puedes ser mejor. Tú puedes salir de ese foso emocional y reinventarte.

Tienes un gran potencial. Da gracias por las oportunidades que tiene, cultiva la fe en tu corazón.

De la fe del grano de mostaza a la acción estratégica

Fe estratégica significa confiar en Dios y actuar. Actuar con excelencia, con perseverancia para lograr lo que se quiere. ¿Hay que recorrer la milla extra? Se recorre.

La Biblia declara: Sin fe es imposible agradar a Dios. Pero ¿cómo es tener fe? ¿Qué es tenerla?

Hay dos ejemplos de fe de dos personas, uno es
Abraham. Lo que él hizo fue entregar. Abraham fue estimulado por Dios, ¿quién fue el de la idea de ofrecerle todas las estrellas y arena? Cuando había perdido toda la esperanza, él le dice que su descendencia será como las estrellas. Dios tiene su forma de motivarnos. Se para Abraham y le entrega a su único hijo, su promesa, y delante de Dios, Jehová le hace una propuesta: “Ofréceme a tu hijo, entrégamelo”. Que Dios le da algo para quitárselo, para que usted retroceda en su fe, El no es así. Abraham llegó a entregar a su único hijo. Cuando lo hizo, él lo que le estaba haciendo era entregarle a Dios, estaba haciendo una obra.

La segunda historia es la de
Rahab. Dice aquí: “Cuando recibió, a los mensajeros ella hizo algo”. ¿No será que no recibimos porque no estamos haciendo algo? Si es algo que alimenta a nuestra fe, son nuestras obras. Vamos a ser congruentes.

Póngase de pie con fe. ¿Qué cosas has dejado de creer? Analiza qué piensas. ¿Has dejado de creer que tus hijos pueden servir a Dios? ¿Has dejado de creer que puedes amar a tu mujer, deleitarse en ella y ella en ti? ¿Por qué no haces obras? Arréglate. ¿Quién dice que por arreglarse bien y hacer un buen CV han logrado entrar a una buena empresa? Pero, ¿quién dice que hay eminencias que se confiaron y no tienen empleo? ¿Cuántos quieren vivir en una congruencia con lo que hacen y dicen? ¿Qué dicen si hoy le ponemos rieles a nuestra fe, y la estimulamos?


La fe estratégica hace las cosas correctas, de la manera correcta, en los momentos correctos. Y confía en Jehová en que Él dará el éxito.
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