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Acercarse a Dios


Si nos dejan
Buscamos un rincón cerca del cielo
Si nos dejan

Haremos con las nubes terciopelo

Y ahí juntitos los dos

Cerquita de Dios

Será lo que soñamos

Si nos dejan

Te llevo de la mano corazón

Y ahí nos vamos


(Si nos dejan, de José Alfredo Jiménez)

A veces en canciones expresamos ideas que comúnmente no pensamos. Esa estrofa de la canción SI nos dejan, habla del deseo de un hombre de llevar a su amada a vivir, en un lugar donde los sueños de la pareja se hacen realidad. ¿Dónde está ese lugar? Es un rincón cerca del cielo, y allí, cerquita de Dios, todo será felicidad...

¿Será que para acercarse a Dios hay que buscar un rincón cerca del Cielo?

Muchas religiones enseñan que para ser feliz, y vivir cerca de Dios, hay que ir al Cielo.

Pero, ¿es realmente imposible sentirse cerca de Dios aquí en la Tierra, y ahora mismo?

En tiempos antiguos, para acercarse a Dios, la gente no pensaba en ir al Cielo. Un historiador comenta qué hacían en tiempos pasados los hombres y mujeres para acercarse a Dios:

SACRIFICAR le parecía al hombre tan ‘natural’ como orar; lo primero indica lo que el hombre siente acerca de sí mismo, lo otro lo que siente con respecto a Dios”: Alfred Edersheim.

Ciertamente el dolor de la culpa, el desamparo y el alejamiento de Dios, son males terribles que afrontamos, seamos conscientes de ello o no, o lo queramos ignorar. El hombre y la mujer necesitan liberarse de estos males. Necesitan sentir una sana autoestima, paz interior, una vida mejor. Es fácil de entender que cuando la gente se encuentra en una situación desesperada piensa que debe recurrir a Dios por ayuda.

En tiempos pasados, la gente podía acercarse a Dios haciendo sacrificios, como se mostró arriba. Por ejemplo, el libro bíblico de Levítico, cap. 3, habla del “sacrificio de ofrendas de paz”. En hebreo la palabra “paz”, shalom, denota mucho más que la ausencia de guerra o disturbio.

“En la Biblia denota esto y también el estado o relación de paz con Dios, prosperidad, gozo y felicidad”, dice el libro Studies in the Mosaic Institutions (Estudio de las instituciones mosaicas).


De modo que los sacrificios no se ofrecían para conseguir la paz con Dios, como si hubiera que apaciguarlo, sino para expresar gratitud o celebrar la bendita condición de paz con Dios de la que gozan los que tienen su aprobación. Los sacerdotes y el oferente participaban del sacrificio después de ofrecer a Jehová la sangre y la grasa. Era una hermosa ocasión en la que el oferente, los sacerdotes y Jehová Dios participaban simbólicamente de una comida que denotaba la pacífica relación que existía entre ellos.


Por supuesto, esa era La Ley mosaica, con todos sus sacrificios y ofrendas, que se dio a los israelitas para que pudieran acercarse a Dios y conseguir y conservar su favor y bendición hasta la llegada del Mesías. “La Ley ha llegado a ser nuestro tutor que nos conduce a Cristo, para que se nos declarara justos debido a fe”, indica la Escritura como finalidad de la Ley Mosaica.

¿Le sirvió a la nación de Israel el poder acercarse a Dios haciendo sacrificios y ofrendas? Bueno, se supone que una nación bajo relación de Pacto con Jehová, tiene asegurada la bendición y el favor de Dios, y la presencia bendita del espíritu divino.
Porque, a fin de cuentas, cuando un@ se acerca a Dios, ¿qué busca realmente? ¿Simplemente sentirse bien, o arreglar un problema que agobia, o pedir perdón?

Sin entrar a detallar las razones de buscar acercarse a Dios, sin duda uno quiere acercarse a Jehová para tener Su favor, bendición y aprobación. Y ese favor, bendición y presencia de Dios se manifiesta en la vida propia: en la situación emocional, en el sentimiento de paz y sosiego, en la situación económica, en la sabiduría, que se tenga.


Hoy en día se ha enseñado a acercarse a Dios por medio de sacrificios, o acciones que supuestamente Dios pide para tener su favor. Sinceramente las personas en su corazón hacen sacrificios para agradar a Dios, y acercarse a Él. Vale la pena mirarse en el espejo de los judíos. Dijo Dios de la nación israelita, que se alejó de Dios en su corazón: "sus muchos sacrificios se hicieron repugnantes... Suficiente he tenido ya de holocaustos de carneros y de la grasa de animales bien alimentados; y en la sangre de toros jóvenes y corderos y machos cabríos no me he deleitado”.

Los judíos, con su templo y sacerdocio, creían tener contento a Dios. Se sentían cerca de Dios, seguros.
Son la humildad, la fe, el amor, la gratitud, el sentimiento de alabanza, lo que hace que la oración, la forma principal de acercarse a Dios permita comenzar a experimentar cambios sustantivos en la vida propia. Sí es posible acercarse a Dios, y la prueba de ello es que la oración es eficaz. Siempre lo ha sido. Y siempre lo será.
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