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Motivación en tiempos de crisis: transformar las dificultades en oportunidades

Los desafíos que enfrentamos requieren acción. Pero, ¿cuál? Hablamos de esas situaciones en las que nuestra estabilidad se ve amenazada, y en consecuencia necesitamos realizar cambios y movernos a fin de reestablecernos. Sea lo que sea que nos pase, hay una nueva realidad en nuestra vida, sea cual sea, y nuestro mundo de ideas se derrumba. 

Es interesante cómo nosotros los seres humanos buscamos la estabilidad. Nos encanta lo que estable, permanente y constante. Y cuando eso se acaba...

El cambio, las transiciones, y por supuesto, las crisis, son eventos a los que asociamos una connotación negativa. No nos gustan los cambios. Eso se relaciona con nuestra sensación de tenerlo todo bajo control. Nos encanta pensar que nos encontramos en control de las cosas: queremos controlar cómo sucederán las cosas (y así creamos expectativas), queremos controlar cómo actúan los demás (e idealizamos a otros, les exigimos y si no cumplen nos decepcionamos o los resentimos), queremos controlarnos a nosotros mismos (y así reprimimos nuestros deseos, nuestras necesidades y muchas veces nos comportamos de forma diferente a como realmente somos). De hecho, un problema es algo que está fuera de nuestro control.


Y no nos gustan los problemas. Los problemas son algo que necesita resolverse lo antes posible, y que mientras permanece genera todo tipo de emociones negativas: desde preocupaciones y miedo hasta rabia y frustración, sin olvidar la ansiedad, los nervios y los altos costos a nuestra autoestima. Pero ¿existe acaso alguna situación en la que realmente tengamos el control? Si empiezas a observar con detención probablemente pronto llegues a la siguiente conclusión: no, no estamos en control, pero para calmar nuestra mente, generamos una ilusión de control. Nos creamos una cajita de cristal que nos proteja y de paso nos esconda, pero que nos permita lograr un cierto nivel de estabilidad en el cual nos sea más cómodo y posible actuar.


Sin embargo, existen herramientas que nos permitirán transformar las dificultades en oportunidades. ¿Cuáles son? Veamos algunas:



La Introspección



Ahora, ¿cuál es el problema con la inestabilidad? Después de todo, ¿qué hay de malo con ella? No nos gusta la inestabilidad porque es ella la que nos enfrenta a nosotros mism@s. 

Y no estamos por lo general entrenados para mirarnos de verdad al espejo. 

P i é n s a l o, ¿te has dedicado últimamente unos 10 minutos para entender qué quiere esa persona que permanece frente a ti cuando te lavas los dientes? ¿te has preguntado qué necesita? ¿por qué está donde está, se ve como se ve, y hace lo que hace? 

Tal vez sea una buena idea comenzar a hacerlo periódicamente. Semanalmente, por ejemplo, apartar 10 minutos para autoevaluarse. Que sea un momento apartado, respetado para hacer mirada de miscroscopio hacia adentro. La introspección, ese mirarse hacia dentro, si bien ha estado de moda en los últimos años, sigue siendo una práctica poco corriente. Y hablamos de una verdadera introspección, no de leerse unos cuantos libros de autoayuda y luego creer que somos mejores personas, más felices y positivas. (No hay nada en contra de hacerlo, se trata de ir un paso más adelante). Hablamos de un verdadero recogimiento y una sincera confesión con nosotros mismos. De desentrañar lo que escondemos, abrazar lo que nos aterra, y de ser más dueños de quienes somos. Mientras no lo hacemos, nuestras limitaciones siguen teniendo el mando.

En estos tiempos que tanto se habla de liderazgo, un verdadero líder nace de adentro hacia fuera, un líder se lidera a sí mismo, lidera ese conflicto interno con el que todos convivimos para guiarlo hacia sus metas. La fuerza que impulsa el ir hacia adelante es centrífuga, del centro hacia afuera, de un@ mism@ hacia afuera, no centrípeta, de afuera hacia adentro. Muchas veces esperamos que nos motive algo o alguien externo a nosotros: la pareja, el jefe, los padres. No. La responsabilidad por motivarse a sí mism@ es solamente propia, y de nadie más. Si alguien o algo de afuera te ayuda a motivarte, maravilloso, pero no dependas de que algo afuera aparecerá para impulsarte a seguir adelante para el logro de tus metas. Eso es tu responsabilidad, y de nadie más.

La Oportunidad



Una crisis es una gran oportunidad. Una oportunidad de resolver las dudas, superar los temores y re-establecerte en ti, confirmando que eres el propio líder de tu vida. Las crisis implican cambio, y eso puede ser muy positivo, siempre y cuando elijamos movernos con el cambio, cambiar nosotros para obtener un beneficio. 

Lo que probablemente nos frene a cambiar es que no lo creemos muy posible. No nos creemos muy capaces de producir una diferencia, no confiamos plenamente en nuestras capacidades para generar un buen negocio, no creemos que tengamos un diferencial muy importante como para que alguien más se interese en nosotros. Mantenemos un paradigma que nos limita a cambiar, y obtener un provecho de la situación presente, en vez de adoptar creencias e ideas que nos apoyen a crear algo que funcione para nosotros. 
Quienes se mueven con el cambio y permanecen atentos a las oportunidades en vez de enfocarse en las dificultades, hacen negocios, mejoran sus relaciones, crecen o ganan dinero.

Las invenciones, innovaciones y los grandes avances de la humanidad se producen porque alguien piensa de una manera diferente a la que todo el resto de la humanidad ha pensado hasta ahora. ¿Qué tal si pudiéramos atrevernos a eso? A pensar diferente y por ende crear una diferencia. Lo que quiero decir es que cualquier cosa que presente el día, cualquiera, sea de nuestro agrado o no, esté bajo nuestra zona de influencia o no, puede transformarse en un éxito si así lo elegimos. 

El secreto está en el enfoque, si eliges que esa situación funcione para ti, probablemente logres obtener algo positivo de ella. Si eliges aprender acerca de aquello que se presenta, toda experiencia será un éxito. Por más inconveniente, complicada y fuera de tu control que esté la situación, si obtienes un aprendizaje de ella, estarás un paso más cerca de tu éxito. En cambio, cuando te estancas y reprochas acerca de las dificultades, no haces nada por aproximarte a tu meta, al contrario, te desgastas en el afán de reclamar tu razón acerca de cómo debieran ser las cosas. Generalmente las cosas son como son. Y si quieres tener poder acerca de lo que sucede, comienza a elegir con más cuidado tu actitud. Es lo que realmente puede hacer una diferencia.

Así que si es crisis lo que presenta tu vida actual, aprovecha el momentum que ésta ofrece y plantéate la reflexión. Mírate, chequea qué te mueve internamente, acerca de qué cosas te sientes inseguro y qué acciones puedes tomar para superarte.

La Motivación



Es cierto que lo planteado es un desafío, pero ¿acaso no nos motivan los desafíos? ¿no es bueno sentirse vivo, buscando ir más allá de lo que siempre hacemos? 
La incertidumbre produce miedo. Pero es en la incertidumbre donde residen las oportunidades, es ese resorte hacia adelante. Cuando uno se siente seguro y protegido, no se mueve adelante, cae en la conformidad de las cosas. Hay que asumir el compromiso de enfrentarnos a nosotros mismos, y que la motivación para emprender cada día, sea crecer un poco más, conquistar y conquistarnos a fin de alcanzar un mayor nivel de libertad.

En resumen:


Reconocer que lo único que no cambia es el cambio


Aprovecha la crisis para replantearte, conocerte y superar lo que te atemoriza


Cambia y aprovecha el cambio para generar nuevas oportunidades


Utiliza toda experiencia como una oportunidad de aprendizaje


Enfócate en conseguir mayor libertad interna y externa


Establécete como un líder, al conocerte mejor y reorientar las situaciones que te presenta la realidad a favor de tus objetivos
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