¿Qué ves?
Los ojos son nuestro sentido más importante. Son nuestra ventana al mundo, por la cual podemos ver la realidad que tenemos al frente. Son también, nuestro canal de interacción con el mundo externo que nos permite formarnos una idea de cómo son las cosas.
Por supuesto hay cosas que no se ven. La energía térmica no se ve, no se ve el calor o el frío, ni las ondas de radio, ni el aire se pueden ver. Pero no dudamos que existan, y gracias a los avances tecnológicos hasta partículas subatómicas pueden ser evaluadas en su actividad, que por cierto, no vemos.
Sin embargo, nuestros ojos son realmente una especie de cámara que capta imágenes. Es nuestra mente la que "ve" lo que nuestros ojos captan. Es la mente la que tiene la capacidad de describir lo que ve, de darle sentido a esas imágenes que ven nuestros ojos. Este principio fisiológico sobre la visión humana lo manifiesta la Biblia, en palabras del apóstol Pablo:
Note que se dice que alguien conocido como el dios de este mundo, ha cegado las mentes de los incrédulos, para que ellos no sean capaces de ver las buenas nuevas sobre el Cristo. Porque es la mente la que ve, o es capaz de percibir y darle sentido a lo que se ve, con sus formas, colores, texturas, composición, estructura, etc.
La Biblia indica que hay un mundo material, y hay un mundo espiritual, y hay realidades materiales y hay realidades espirituales. Dios es un Espíritu, y por eso los ojos no pueden verlo. Nuestros ojos deben mirar lo que es la realidad material, o física, y la pregunta es: ¿es posible "ver" las realidades espirituales? ¿y es posible entender el significado de dichas realidades?
La pregunta que titula a esta entrada de "¿Qué ves?", se la hizo Jehová al profeta Zacarías. La hallamos en el contexto del capítulo 4 del libro de Zacarías, que nos permitirá entender la conexión entre ver espiritualmente - entender espiritualmente, y qué importancia tiene para nosotros hoy día:
Y el ángel que hablaba conmigo procedió a regresar y despertarme, como a hombre a quien se despierta de su sueño. 2 Entonces me dijo: “¿Qué ves?”. Así que dije: “He visto, y, ¡mira!, hay un candelabro, todo de oro, con un tazón encima. Y sus siete lámparas están encima, aun siete; y las lámparas que están encima de él tienen siete tubos. 3 Y hay dos olivos junto a él, uno al lado derecho del tazón y uno a su lado izquierdo”. 4 Entonces respondí y dije al ángel que hablaba conmigo, diciendo: “¿Qué significan estas [cosas], mi señor?”. 5 De modo que el ángel que hablaba conmigo respondió y me dijo: “¿No sabes realmente lo que estas cosas significan?”. A mi vez dije: “No, mi señor”. 6 De consiguiente, respondió y me dijo: “Esta es la palabra de Jehová a Zorobabel, y dice: ‘“No por una fuerza militar, ni por poder, sino por mi espíritu”, ha dicho Jehová de los ejércitos. 7 ¿Quién eres tú, oh gran montaña? Delante de Zorobabel [llegarás a ser] una tierra llana. Y él ciertamente sacará la piedra de remate. Habrá gritos a ella: “¡Qué encantadora! ¡Qué encantadora!”’”. 8 Y la palabra de Jehová continuó ocurriéndome, y dijo: 9 “Las mismas manos de Zorobabel han colocado el fundamento de esta casa, y sus propias manos [la] terminarán. Y tendrás que saber que Jehová de los ejércitos mismo me ha enviado a ustedes. 10 Porque, ¿quién ha despreciado el día de las cosas pequeñas? Y ciertamente se regocijarán, y verán la plomada en la mano de Zorobabel. Estos siete son los ojos de Jehová. Discurren por toda la tierra”. 11 Y procedí a responder y decirle: “¿Qué significan estos dos olivos, al lado derecho del candelabro y a su lado izquierdo?”. 12 Entonces respondí por segunda vez y le dije: “¿Qué son los dos manojos de ramitas de los olivos que, mediante los dos tubos de oro, derraman desde su interior el [líquido] dorado?”. 13 De modo que me dijo: “¿No sabes, realmente, lo que estas [cosas] significan?”. A mi vez dije: “No, mi señor”. 14 De consiguiente dijo: “Estos son los dos ungidos que están de pie al lado del Señor de toda la tierra”.
Zacarías 4:1-14
Zacarías, profeta de Dios, estaba durmiendo. Un ángel le despierta, y le muestra una visión. Le pregunta el ángel: ¿Qué ves?, y acto seguido, Zacarías describe lo que ve. Pero, como lo que ve es simbólico, aparentemente sin sentido, Zacarías le pregunta al ángel: ¿Qué significan estas cosas, mi señor?
Detengámonos por un momento en esto. Zacarías ve algo que Jehová quiere que vea. El ángel al preguntarle sobre qué ve, se asegura de agitar el pensamiento y la percepción de Zacarías, para que este centre toda su visión en lo que Jehová desea mostrarle. Y además, Zacarías debe ser capaz de describir lo que ve. Obviamente, lo que ve Zacarías no es una imagen común y corriente, no es la imagen de un árbol, o de un ave. Lo que observa Zacarías es una imagen simbólica, una visión de Dios, por tanto, debe fijarla en su mente.
Las facultades mentales de Zacarías le hacen ver la visión, pero no entiende qué significa. Por eso le pregunta al ángel el significado de lo que ve.
Ver y entender son 2 acciones separadas, y una sigue a la otra. Primero, uno ve. Segundo, uno entiende el significado. En este punto hablamos de realidades espirituales, no de realidades materiales. Zacarías quería entender qué realidades espirituales, qué propósito divino estaba siendo mostrado ante él, y él quería entenderlo.
Si hiciéramos un paralelo entre estos principios que vemos en la experiencia de Zacarías, y los tiempos actuales, vemos una similitud. Estamos viendo realidades físicas, en forma de terremotos, guerras, informes de guerras, hambres, escasez de alimentos, crisis financiera mundial, contaminación del planeta como nunca antes, y otras diversas realidades que están sucediendo aquí y ahora. Pero entendemos que estos acontecimientos mundiales que están ocurriendo, que los podemos ver TODOS los casi 7 mil millones de seres humanos que vivimos en este mundo, son la manifestación de realidades espirituales. Estamos viviendo lo que Jehová por medio de su más grande Profeta, Jesucristo, predijo, y los acontecimientos que hace 2.000 años eran parte de las visiones del Apocalipsis, ahora son vistas como realidades, en forma de noticias, estadísticas, informes de estudios, etc. ¿Puede alguien negarlo, que estamos viviendo en un tiempo extraordinario?
Es como si en este momento, Jehová por medio de sus ángeles, nos despertara del sueño, de un sueño espiritual, y nos sacudiera la capacidad de percibir, y nos preguntara: ¿Qué ves? ¿Qué estoy viendo?
Porque así como la fe sigue a lo oído, es decir, primero se oye y luego se tiene fe, primero se ve, y luego se entiende. Obviamente, ver las noticias, los acontecimientos mundiales, ver lo que sucede en nuestra propia vida, ver lo que otras personas perciben, debe impactar nuestra capacidad de buscarle el significado.
Pero debemos tener presente un hecho. Las mentes de muchas personas están cegadas. Ven, y no entienden el significado de los acontecimientos. Y hablar de los acontecimientos, no se trata sólo de las noticias. También se refiere al por qué muchos creyentes tienen la percepción de que su religión les ha engañado, o se han dado cuenta de que su religión no es la "verdad" que creían. ¿Qué significan estas cosas?
Porque al ver esta imagen, está claro que cumple profecías bíblicas:
Esta es una imagen que muestra sismos, o terremotos en un lugar tras otro. No hace falta mucho discernimiento o perspicacia para entender que esta profecía se está cumpliendo. Pero otras profecías, que apuntan como dardos directo a establecer otras realidades espirituales, no son tan obvias. ¿Cómo puede saber un creyente si su religión realmente es respaldada por Jehová y Jesucristo? ¿Cómo discernir entre falsos cristos y verdaderos cristos o entre falsos profetas y verdaderos?
Retornando a la escena en la que Zacarías ve la visión del candelabro con los 2 olivos, el ángel asegura a Zacarías: "Estos siete son los ojos de Jehová. Discurren por toda la tierra". Notemos que el poder que respaldó la reedificación del templo de Jerusalén en el siglo VI a. C., fue el de Jehová, con sus 7 ojos discurriendo por toda la Tierra. Y del Jesucristo, Rey de Reyes y Señor de Señores, indica el Apocalipsis que posee 7 espíritus de Dios, 7 ojos, y 7 cuernos.
Sólo con la ayuda de Dios puede discernirse y percibirse las realidades espirituales que hoy en día están ocurriendo. Sólo a través de ese espíritu de Dios, que no conduce a error, ni se equivoca, ni requiere de constante "luz e iluminación", es que es posible percibir las realidades espirituales que están puestas de manifiesto, que están ocurriendo.