Cumbre del G-20: hacia un Gran Pacto Mundial
Durante la tercera cumbre del G20 en Pittsburg, celebrada en los días 24 y 25 de septiembre del 2009, el presidente Obama sentenció el deceso oficial de un cadáver: el G8.
En realidad, el G7, extensivo al G8 con Rusia, constituía prácticamente el predominio exclusivo económico del Mundo, donde Wall Street y la City de Londres manejaban las grandes finanzas del mundo. En un inicio, en el mundo occidental, desde su creación en 1976. Y luego, en el mundo entero gracias a la aplicación unilateral de la globalización financiera a partir de la disolución de la URSS desde 1991.
En otras palabras: el G-20 reemplazó al G-8 como Foro de concertación donde participan los líderes del Mundo, quienes tienen mayor peso económico. Hecho sucedido entre el 24 y 25 de septiembre de 2009, durante la Cumbre de Pittsburgh.
He aquí una lista de Cumbres celebradas del G-20 hasta la fecha:
La gran prioridad del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en las cumbres del fin de semana del G8 y el G20 en Toronto, Canadá, será reforzar una recuperación económica alentadora pero todavía frágil, sin dar marcha atrás con las medidas de estímulo aprobadas durante la reunión de mandatarios de 2009 en la capital británica. Si en Londres la comunidad internacional, ante la amenaza de una crisis global devastadora, decidió coordinar una respuesta de medidas de estímulo agresivas, ahora ese sentido de unidad -a los ojos de la Casa Blanca- se perdió gradualmente en el camino.
La oleada de medidas de ajuste económico lanzadas por varios países europeos, con aumentos de impuestos, baja de salarios y desinversión estatal, es vista con preocupación creciente en Washington. "No es este el momento de quitar el pie del acelerador -advirtió el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden-, debemos seguir creando puestos de trabajo y estimulando el crecimiento". "Nos reuniremos en Toronto en un momento de nuevos desafíos a la economía global", dijo por su lado Obama, en una carta enviada a los otros gobernantes del G20, en la que indicó la necesidad de "reafirmar en Canadá nuestra unidad de propósito".
Mañana empieza la Cumbre del G-20 en Toronto. Así como hace un año las principales discusiones estaban enfocadas en la crisis del sistema financiero y la solvencia de sus principales instituciones, hoy la discusión estará centrada en la delicada situación de las finanzas públicas de gran parte del mundo desarrollado.
Como preámbulo a la reunión, el Reino Unido anunció una serie de medidas muy enérgicas para enfrentar su creciente déficit público que probablemente sirvan como guía de lo que viene para el resto del mundo desarrollado y principalmente de Europa.
El “presupuesto de emergencia” anunciado por el canciller Osborne representa sacrificios importantes pero necesarios para que el Reino Unido pueda sanear sus finanzas públicas y sentar las bases para retomar una trayectoria de crecimiento económico sustentable.
En el contexto actual, el crecimiento de la economía global está siendo impulsado por los mercados emergentes y por EU. Es claro que la situación fiscal de EU no es sostenible en el mediano plazo y que pronto tendrá que venir un ajuste fiscal de grandes magnitudes. El gobierno de EU apuesta a que la reactivación económica se vuelva más robusta y autosustentable antes de implementar los ajustes necesarios para sanear sus finanzas públicas.
Con EU, el Reino Unido y la Unión Europea creciendo a tasas muy bajas, el crecimiento global estará principalmente impulsado por Asia Emergente y América Latina.
Podría ser lógico que Obama aborde esta agenda del G-20 para fortalecer la unión del grupo.
El presidente estadounidense Dwight Eisenhower dijo en una ocasión: “Si un problema no tiene solución, hay que agrandarlo”. El Gobierno estadounidense necesita una estrategia coherente de conjunto, un gran pacto mundial. Y qué mejor escenario que el G-20. Y qué mejor momento que este fin de semana, en el que la gente está metida de lleno en estar expectantes a lo que pase en el Mundial de Sudáfrica 2010.
¿Cómo podría salir adelante este Gran Pacto Mundial? En primer lugar, hay que subrayar que el G-20 necesita la visión de una vía hacia adelante a la que podrían incorporarse otros. Tampoco sería una solución made in USA; indudablemente, EE UU ha aprendido de la experiencia en Irak que no puede resolver los problemas del planeta por sí solo.
El Gran Pacto Mundial crearía la sensación de que los problemas están ahí, pero los líderes del G-20 buscan el consenso y la unión para articularse y actuar. En la práctica, el gran pacto mundial abarcaría una mezcla de tratados y otras medidas. En algunos ámbitos, como la reforma de las instituciones globales y la creación de un fondo global para el desarrollo de energías limpias y renovables, serían necesarios pactos formales; en otros, quizá fueran preferibles enfoques más flexibles. Para lograr que empezasen a cooperar países poco cooperadores -en asuntos transnacionales como el medio ambiente, la agricultura y la proliferación nuclear.
¿Cómo y dónde debería negociarse y supervisarse el Gran Pacto Mundial? Recordemos que el G-20 es una liga de democracias. La posición en la que se encuentra hoy Estados Unidos recuerda a la que tenía después de la Segunda Guerra Mundial. El reto de construir las instituciones internacionales de la posguerra -Naciones Unidas, las instituciones de Bretton Woods, la OTAN, la Comunidad Económica Europea- es parecido a la tarea que tiene ahora por delante. Las organizaciones que nacieron entonces no formaban parte de un sistema único, sino que estaban conceptualmente relacionadas entre sí. Ahora hay muchos factores que indican que éstas, que se diseñaron para un mundo muy diferente, ya no son suficientes.
El argumento no es que el Gran Pacto Mundial vaya a ser fácil, sino que es la única alternativa para deshacer el bloqueo permanente en la mayoría de los problemas que afectan a todos.
En realidad, el G7, extensivo al G8 con Rusia, constituía prácticamente el predominio exclusivo económico del Mundo, donde Wall Street y la City de Londres manejaban las grandes finanzas del mundo. En un inicio, en el mundo occidental, desde su creación en 1976. Y luego, en el mundo entero gracias a la aplicación unilateral de la globalización financiera a partir de la disolución de la URSS desde 1991.
En otras palabras: el G-20 reemplazó al G-8 como Foro de concertación donde participan los líderes del Mundo, quienes tienen mayor peso económico. Hecho sucedido entre el 24 y 25 de septiembre de 2009, durante la Cumbre de Pittsburgh.
He aquí una lista de Cumbres celebradas del G-20 hasta la fecha:
- 2008: Washington D.C, Estados Unidos, 1ª Cumbre
- 2009: Londres, Reino Unido, 2ª Cumbre
- 2009: Pittsburgh, Estados Unidos, 3ª Cumbre
- 2010: Toronto, Canadá, 4ª Cumbre
La gran prioridad del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en las cumbres del fin de semana del G8 y el G20 en Toronto, Canadá, será reforzar una recuperación económica alentadora pero todavía frágil, sin dar marcha atrás con las medidas de estímulo aprobadas durante la reunión de mandatarios de 2009 en la capital británica. Si en Londres la comunidad internacional, ante la amenaza de una crisis global devastadora, decidió coordinar una respuesta de medidas de estímulo agresivas, ahora ese sentido de unidad -a los ojos de la Casa Blanca- se perdió gradualmente en el camino.
La oleada de medidas de ajuste económico lanzadas por varios países europeos, con aumentos de impuestos, baja de salarios y desinversión estatal, es vista con preocupación creciente en Washington. "No es este el momento de quitar el pie del acelerador -advirtió el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden-, debemos seguir creando puestos de trabajo y estimulando el crecimiento". "Nos reuniremos en Toronto en un momento de nuevos desafíos a la economía global", dijo por su lado Obama, en una carta enviada a los otros gobernantes del G20, en la que indicó la necesidad de "reafirmar en Canadá nuestra unidad de propósito".
El bajo crecimiento económico de las naciones desarrolladas apunta a que serán Asia y América Latina las que reflejen cifras de crecimiento económico.
Lo que indica que países como México, Brasil y Argentina tienen una gran oportunidad. Igual Colombia, que no es miembro del G-20, pero su actual Presidente, Álvaro Uribe, ha sido invitado a participar en la Cumbre de Toronto.
Lo que indica que países como México, Brasil y Argentina tienen una gran oportunidad. Igual Colombia, que no es miembro del G-20, pero su actual Presidente, Álvaro Uribe, ha sido invitado a participar en la Cumbre de Toronto.
Como preámbulo a la reunión, el Reino Unido anunció una serie de medidas muy enérgicas para enfrentar su creciente déficit público que probablemente sirvan como guía de lo que viene para el resto del mundo desarrollado y principalmente de Europa.
El “presupuesto de emergencia” anunciado por el canciller Osborne representa sacrificios importantes pero necesarios para que el Reino Unido pueda sanear sus finanzas públicas y sentar las bases para retomar una trayectoria de crecimiento económico sustentable.
En el contexto actual, el crecimiento de la economía global está siendo impulsado por los mercados emergentes y por EU. Es claro que la situación fiscal de EU no es sostenible en el mediano plazo y que pronto tendrá que venir un ajuste fiscal de grandes magnitudes. El gobierno de EU apuesta a que la reactivación económica se vuelva más robusta y autosustentable antes de implementar los ajustes necesarios para sanear sus finanzas públicas.
Con EU, el Reino Unido y la Unión Europea creciendo a tasas muy bajas, el crecimiento global estará principalmente impulsado por Asia Emergente y América Latina.
Podría ser lógico que Obama aborde esta agenda del G-20 para fortalecer la unión del grupo.
El presidente estadounidense Dwight Eisenhower dijo en una ocasión: “Si un problema no tiene solución, hay que agrandarlo”. El Gobierno estadounidense necesita una estrategia coherente de conjunto, un gran pacto mundial. Y qué mejor escenario que el G-20. Y qué mejor momento que este fin de semana, en el que la gente está metida de lleno en estar expectantes a lo que pase en el Mundial de Sudáfrica 2010.
¿Cómo podría salir adelante este Gran Pacto Mundial? En primer lugar, hay que subrayar que el G-20 necesita la visión de una vía hacia adelante a la que podrían incorporarse otros. Tampoco sería una solución made in USA; indudablemente, EE UU ha aprendido de la experiencia en Irak que no puede resolver los problemas del planeta por sí solo.
El Gran Pacto Mundial crearía la sensación de que los problemas están ahí, pero los líderes del G-20 buscan el consenso y la unión para articularse y actuar. En la práctica, el gran pacto mundial abarcaría una mezcla de tratados y otras medidas. En algunos ámbitos, como la reforma de las instituciones globales y la creación de un fondo global para el desarrollo de energías limpias y renovables, serían necesarios pactos formales; en otros, quizá fueran preferibles enfoques más flexibles. Para lograr que empezasen a cooperar países poco cooperadores -en asuntos transnacionales como el medio ambiente, la agricultura y la proliferación nuclear.
¿Cómo y dónde debería negociarse y supervisarse el Gran Pacto Mundial? Recordemos que el G-20 es una liga de democracias. La posición en la que se encuentra hoy Estados Unidos recuerda a la que tenía después de la Segunda Guerra Mundial. El reto de construir las instituciones internacionales de la posguerra -Naciones Unidas, las instituciones de Bretton Woods, la OTAN, la Comunidad Económica Europea- es parecido a la tarea que tiene ahora por delante. Las organizaciones que nacieron entonces no formaban parte de un sistema único, sino que estaban conceptualmente relacionadas entre sí. Ahora hay muchos factores que indican que éstas, que se diseñaron para un mundo muy diferente, ya no son suficientes.
El argumento no es que el Gran Pacto Mundial vaya a ser fácil, sino que es la única alternativa para deshacer el bloqueo permanente en la mayoría de los problemas que afectan a todos.