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Cambiar la manera de pensar





Para transformar los estados mentales, se debe usar el poder de la voluntad, concentrándose consciente y deliberadamente en ese estado mental deseado. El poder de la voluntad, concentrado, enfocado en lo que se desea lograr, centra la atención de la mente a lo que se desea, al objetivo fijado. 

Para transformar el temor en valor, por ejemplo, siendo ambos estados mentales, ¿qué hacer? ¿Sólo pedir a Dios que nos dé valor instantáneamente? Dios da valor, pero el objetivo es ser valeroso, valiente, siempre, independientemente de las circunstancias.   


Por ejemplo: si una persona desea consciente y deliberadamente aprender a pensar, meditar y reflexionar acertadamente, pero halla difícil el aprender a concentrarse, ¿debería centrar sus pensamientos en lo "difícil" de concentrarse? O quizás, si alguien desea tener fe en Dios, ¿leería relatos bíblicos, como el de Tomás, que decía que hay que "ver para creer"? 

Concéntrese en aquello que quiere. No en lo que NO quiere. 

Si uno tiene miedo, es inútil que pierda su tiempo tratando de matar el miedo. Debe cultivar el valor, y entonces el miedo desaparecerá. Si le falta fe, por ejemplo, céntrese en información que aumente la fe, y reflexione en ella. Piense en ella. Hable de ella. Téngale cariño a esa información. Y verá cómo su fe crece.

Si entramos a una habitación oscura, ¿trataríamos de arrojar afuera a la oscuridad? No. La oscuridad se acaba cuando se enciende la luz. 

Quizás alguien diga que es imposible cambiar la impaciencia por la paciencia, la duda por la confianza, la escasez por la abundancia, el resentimiento por el perdón, entre otras cualidades y actitudes espirituales. Lograr dicho cambio por las propias fuerzas no es posible, pero guiado por el espíritu de Dios, todas las cosas son posibles.

En las Sagradas Escrituras se habla claramente sobre aquello del "vino viejo y el vino nuevo". Nadie echaría, por ejemplo -dice Jesucristo- "vino nuevo en odre viejo", porque los odres viejos se romperían. Así pues, que para el vino nuevo se necesitan odres nuevos.

Y también dice el Jesús que a nadie se le ocurriría remendar o poner remiendos en ropa vieja con pedazos, dijéramos, de ropa nueva. "Verbigracia", por ejemplo, romper un traje nuevo para remendar uno viejo, eso sería absurdo, ¿verdad?

Así también, el hacer la voluntad de Dios implica enseñanza, es como el vino nuevo, que necesita odre nuevo. ¿Cuál es este odre? Pues la mente. Si no abandonamos las formas caducas de pensar, si seguimos pensando en los hábitos que antes teníamos, sencillamente estamos perdiendo el tiempo. Si se siguen las mismas actitudes y esquemas mentales, somos como aquellos que Pablo dijo que necesitaban que se les enseñara de nuevo lo básico en Cristo, porque eran bebés, debiendo ser ya maestros.


Pensamos que necesitamos aprender más cosas. Estar en sintonía con el espíritu de Dios. Se habla de un Nuevo Mundo, o Restauración que hará Dios de todas las cosas. ¿Y es posible entender esas nuevas realidades con la misma mente vieja caduca? Desde luego que no.


Necesitamos que las emociones negativas sean eliminadas de nosotros, porque esas emociones negativas, no permiten un cambio de fondo. Es imposible transformarnos si aún poseemos dentro de nosotros emociones negativas. Odio, temor, resentimiento, conflictos de nacionalidad, raza, complejos, prejuicios por razones de sexo, baja autoestima, relaciones en constante conflicto... todo eso impide ser transformado en el espíritu que impulsa la mente. Nosotros tenemos que erradicar de nuestro corazón las emociones de tipo negativo, que son verdaderamente perjudiciales en todo sentido. Una persona que se deja llevar por emociones negativas, no puede acceder a mayores y más profundos conocimientos.


Jesucristo habló de ser como niños. ¿Cómo es eso? Un niño no va a donde su padre a que le enseñe, y pretende saberlo todo, seguir creyendo lo que siempre había creído, o aferrándose al pasado. ¿Captamos la idea?


Así pues, debemos eliminar de nuestra naturaleza las emociones negativas. La mentira ciertamente es una conexión falsa, lo normal es que la Energía del Padre, la vida del Anciano de los Días, fluya a través de uno hasta llegar a la mente. Pero si nosotros hacemos una conexión falsa, entonces ya no puede fluir esa Energía. Es como si se cortara el alambre eléctrico, la energía eléctrica entonces no llegaría al foco, o a los focos que nos iluminan.

Una mente decrépita, llena de hábitos viejos, de hábitos de hace 20 y 30 años atrás, no está preparada para recibir el vino del espíritu. Una mente así necesita forzosamente pasar por un cambio total. Con todo esto ¿qué es lo que queremos saber? Pues despertar Consciencia ¿verdad? Esa es la verdad, eso es lo que queremos, despertar.

Es necesario saber meditar, comprender lo que es la meditación. El objeto de la meditación es muy simple, ¿qué es lo que queremos nosotros a través de la meditación? Paz, Iluminación, Entendimiento, Sabiduría, Conexión con el Padre, o Autoconocimiento, Libertad, Sentido de la Existencia y de la Trascendencia. Nadie podría tener tranquilidad mental, tener su mente en paz, la paz de Dios, si no ha eliminado de su centro el pensar caduco y extemporáneo que carga. Nadie podría tener paz en su corazón, sino hubiese eliminado de sí mismo previamente, las emociones negativas y perjudiciales.


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