Guarda tu corazón, porque él es la fuente de tu vida
¿Ve esa imagen? Es la troponina.
La troponina es una proteína globular de gran peso o masa molecular, presente en el músculo estriado y en el músculo cardiaco.
Su función es la de regular, a nivel molecular, la contracción muscular. Su importancia radica en que, en condiciones normales, la concentración de troponina en sangre es tan baja que no puede medirse. Pero al ocurrir infarto al miocardio, los niveles en sangre de esta proteína se elevan, sirviendo la medición de este componente indicativo de que efectivamente ha sucedido un infarto, esto, por supuesto, acompañado de los síntomas de dolor agudo en el pecho, entumecimiento del brazo izquierdo, etc. En pocas palabras: los niveles de troponina en sangre indican, con un porcentaje elevado de especificidad que realmente hay daño del músculo cardiaco, lo que permite una pronta atención médica para tratar con urgencia a la persona.
La ciencia médica ha avanzado mucho para tener mayor conocimiento del corazón, para poder tratar eficazmente las diversas dolencias que afectan a este órgano, singular para el buen funcionamiento de nuestra vida. Por eso es de agradecer que existan indicadores médicos que sean útiles para detectar con rapidez cualquier daño que pudiera sufrir nuestro corazón literal.
Sin embargo, hemos de admitir que en las páginas de la Biblia hallamos mucha información sobre nuestro corazón, y cómo este requiere de un cuidado y uso adecuado, que nos permita vivir mejor. A Dios le interesa sobremanera nuestro corazón, y cómo tratarlo. Por eso, encontramos en la Biblia más de mil referencias al corazón. ¿Qué es el corazón? Es nuestro subconsciente, la sede de nuestros pensamientos, sentimientos, emociones, imaginaciones, reflexiones, razonamientos. (Para mayor información, lea los temas Qué es el corazón y Los riñones en la Biblia).
Una de las citas bíblicas más conocidas que hablan sobre el corazón, es Proverbios 4:23 que dice así:
Sobre toda cosa que guardes, guarda tu corazón,
porque de él mana la vida.
¿Cómo entenderlo? Es importante, porque Jesucristo dijo unas palabras muy similares a estas:
El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo, porque de la abundancia del corazón habla la boca.
Nadie, en su sano juicio, quiere tener dentro de sí un mal tesoro, y que ese mal sea el que sale de su boca todo el tiempo, ¿cierto?
Pero, considerando un poco más profundamente el texto de Proverbios 4:23, que fue escrito en hebreo, su traducción literal de este idioma al español sería así:
Guarda tu corazón con vigilancia, porque de él
son las fuentes de la vida.
La primera palabra que aparece es "guarda". ¿Qué significa? En español, uno podría entender que debe guardar, o dejar al corazón en un lugar seguro, una especie de caja fuerte, por ejemplo.
Pero en hebreo original, este es un verbo, natsar.
Significa hacer guardia, proteger de los peligros, observar, mantener en secreto, bloquear (como con una cerradura). Así
que el "guardar" el corazón representa una serie múltiple de acciones que tenemos que ejercer sobre nuestras emociones y sentimientos, razonamientos e imaginaciones.
¿Es eso tan importante? Podemos mostrarlo con un ejemplo. En Ezequiel 28:12-19 se describe a un personaje, el querubín ungido o que cubre, una especie de príncipe que estaba a cargo del Edén. Era un excelso ser, lleno de virtudes espirituales. Al leer el relato, se le describe como un ser cuya sabiduría era comparable a la de piedras preciosas. Eran símbolo de cualidades divinas, apropiadamente manifestadas en este ser. ¿Nos imaginamos un poco el corazón de este ser? Estaba lleno de buenos pensamientos, imaginaciones, sentimientos y emociones.
»Tú eras el sello de la perfección,
lleno de sabiduría,y de acabada hermosura.
13 En Edén, en el huerto de Dios, estuviste.
De toda piedra preciosa era tu vestidura:
de cornerina, topacio, jaspe,
crisólito, berilo y ónice;
de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro.
¡Los primores de tus tamboriles y flautas
fueron preparados para ti en el día de tu creación!
14 Tú, querubín grande, protector,
yo te puse en el santo monte de Dios.
Allí estuviste, y en medio de las piedras de fuego te paseabas.
15 Perfecto eras en todos tus caminos
desde el día en que fuiste creado
hasta que se halló en ti maldad.
16 A causa de tu intenso trato comercial,
te llenaste de iniquidad
y pecaste,
por lo cual yo te eché del monte de Dios
y te arrojé de entre las piedras del fuego,
querubín protector.
17 Se enalteció tu corazón
a causa de tu hermosura,
corrompiste tu sabiduría
a causa de tu esplendor;
yo te arrojaré por tierra,
y delante de los reyes
te pondré por espectáculo.
18 Con tus muchas maldades
y con la iniquidad de tus tratos comerciales
profanaste tu santuario;
yo, pues, saqué fuego
de en medio de ti, el cual te consumió,
y te puse en ceniza sobre la tierra
ante los ojos de todos los que te miran.
19 Todos los que te conocieron de entre los pueblos
se quedarán atónitos por causa tuya;
serás objeto de espanto,
y para siempre dejarás de ser"».
Hasta que...
Hasta que se halló injusticia en él, o maldad. ¿Cómo entender eso? El corazón de este ser hace un cambio. Un giro. Ya no hay amor para Dios. No hay deseo de que se haga Su voluntad. Ya no hay corazón para la alabanza. Al imaginarse a la Tierra cuando el hombre y la mujer lo habitaran, llenando al planeta del conocimiento de Jehová, de Su gloria... eso no le deleitó. También hubo un proceso de autoengaño. Después de todo, ¿no podría Jehová Dios y el Arcángel Miguel alabar el acto de hablar con Eva en Edén? ¿Por qué no podría ocurrir que Dios y Su Hijo, el Verbo o Logos estuvieran de acuerdo en hacer de la Tierra una especie de "experimento", sometida a este ser querúbico?
El corazón piensa, analiza, razona. Se llena de ideas, positivas o negativas. Le pasó a un ser querúbico perfecto, que no guardó o vigiló su propio corazón. No tiene por qué pasarle a uno. Las cosas escritas en la Biblia son para instruirnos, para enseñarnos a tener éxito.
Del corazón mana, o brota la vida. ¿Qué vida tenemos? Eso está vinculado a la calidad de vida mental que tenemos. ¿Qué ideas predominan en nuestra mente? Ideas positivas, espirituales, sanas, que fortalecen la fe, esas deberían estar en nuestro corazón. Y a esas debemos darle cabida y terreno en nuestra mente.
Allí entra en juego lo que escribió Salomón por inspiración divina: al corazón se le guarda con "vigilancia". Dicha vigilancia consiste en monitorear los pensamientos y emociones que tenemos en nuestra mente.
¿Qué pienso realmente de mí?
¿Qué pienso realmente de mi pareja?
¿Qué siento por mis padres?
Qué pienso de...
Qué siento de...
Esas preguntas son importantes. Hacerlas y responderlas. Con honestidad, sin autoengaños.
A un pensamiento le sigue una emoción. Si vivimos estresados, ¿no será que es porque vivimos pensando mal, pensando en temor sobre el futuro?
La fuente de nuestra vida e nuestro corazón. La calidad de vida, de relación que tengamos con nosotros mismos, o con otras personas, y con Dios, depende de qué hay en el corazón. De qué pensamos durante el día.
Podemos valernos del consejo inspirado de Filipenses 4:8:
Podemos valernos del consejo inspirado de Filipenses 4:8:
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo loamable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto piensen.
¿En qué pensar? En lo que Dios enseña, en lo verdadero, espiritual. Existe el libre albedrío, y somos libres de usar nuestro corazón para lo que queramos, pero no podemos negar el Principio de Causalidad: lo que el hombre siembre, esto segará. En otras palabras, lo que sembremos como semillas en la forma de pensamientos en nuestra mente, eso segaremos.
Y esa es la calidad de vida que tendremos.