"Por inspiración llegué a estar en el Día del Señor"
Las cosas no pintaban bien. Una ola de persecuciones se había desatado por todo el Imperio Romano. ¿Objetivo? Los seguidores de un judío llamado Jesús, que diseminaron por todas las tierras bajo el poder de Roma el mensaje de las buenas nuevas o evangelio del Reino de Dios.
¿Cómo lo habían logrado siendo pocos? Su Señor, Jesucristo, les había dicho que recibirían poder cuando el espíritu llegara y serían comunicadores activos del mensaje del reino hasta la parte más lejana de la Tierra.
Para Juan, quien oyó a Jesucristo hacer esta promesa, era obvio que ciertamente el objetivo se cumplió. El espíritu santo les guió, y pudieron demostrar el poder del evangelio crístico a quienes quisieron oírlo: judíos, elamitas, habitantes de Tarsis, macedonios, filipenses, romanos, y muchos más, recibieron la oportunidad de comprobar que Dios no estaba lejos de ellos, y que Dios no es parcial, y el que le teme y obra justicia le es de agrado.
Pero ahora, hacia el final del Siglo I, y tras más de 6 décadas de labor cristiana, Juan estaba preso en la isla de Patmos. Tenía más de 90 años, pero era considerado un peligro. Era mejor tenerle encerrado, lejos de poder atraer a más personas a los pies de Jesucristo.
Había tiempo para pensar, reflexionar, quizás preguntarse, ¿y ahora qué?
Juan estaba en Patmos, preso, aparentemente dejado a su suerte, a que se acabase su vida ahí, solo, sin poder aportar más a la causa que con tanto celo defendió.
Pero Dios tenía una voluntad que debía ser dada a conocer. Habían nuevas y vigorosas revelaciones de la voluntad divina que debían ser dadas a conocer. ¿Cómo? Jehová, por medio de Su Hijo, Jesucristo, le reveló las cosas que debían suceder al tiempo de Dios.
¿Qué tiempo era ese?
A Juan debió sorprenderle que un ángel apareciera en ese lugar de Patmos y le indicara que no era momento de lamentarse por la prisión temporal que sufría. Era tiempo de recibir un mensaje de parte de Jesucristo. Era momento de recibir el mensaje del Apocalipsis.
Serían 16 visiones en total las que recibiría Juan, incluidos el mensaje de saludo y despedida de parte de Jesucristo.
Ese sería el único libro profético de las Escrituras Griegas Cristianas o Nuevo Testamento. Siendo el Antiguo Testamento tan repleto de libros proféticos, y una vasta variedad de profetas y mensajes de profecías, ¿por qué sólo Apocalipsis es el libro profético del Nuevo Testamento?
Recordemos que Jesucristo era el Mesías, el cumplidor de las profecías de las Escrituras Hebreas. Y los apóstoles y demás miembros de la Iglesia o Congregación Cristiana se empeñaron en dar a conocer a Jesucristo como el Mesías predicho.
Pero, ¿qué pasaría con las profecías en las que el Mesías sería un glorioso Rey que dominaría al mundo? ¿cómo se cumpliría que los reyes de la Tierra tendrían que "besar" al Hijo o encarar destrucción?
Estas y muchas y otras preguntas se responderían en el mensaje del Apocalipsis. Y, ¿cuándo?
¿En qué tiempo se cumplirían estas cosas predichas?
Juan declara que por inspiración llegó a estar en el Día del Señor, y ubica en este período de tiempo los sucesos en los que se desenvuelve el Apocalipsis.
Que las profecías del Apocalipsis se cumplirían en el marco de un período de tiempo definido lo sabemos porque lo indica Apocalipsis 1:10, cuando Juan declara que por inspiración llegó a estar en el Día del Señor. Esto recuerda a Daniel, cuando, antes de informar al rey Nabucodonosor el contenido de su sueño de la imagen y su interpretación, le dice lo siguiente sobre Dios:
Daniel 2:28
El profeta declaró que se cumpliría su sueño en los últimos días. No dice que se cumpliría durante su vida, o en 250 años. Sería específicamente durante los últimos días.
Algo similar entendemos del Día del Señor. Las profecías apocalípticas y circunstancias señaladas en este mensaje profético, sólo se cumplen durante el Día del Señor, no antes ni después.
¿Cómo entender que Juan estuvo por inspiración en el Día del Señor, el tiempo del cumplimiento de las profecías del Apocalipsis?
La inspiración divina es un estado de consciencia en el cual el espíritu de Dios opera en la mente de la persona, Juan, y le permite ver, y escuchar imágenes y escenas que Dios trae a su mente. Un ángel le transmite la información divina, y Juan debía redactarla.
El que Juan por inspiración llegara a estar en el Día del Señor fue como si hubiese viajado en el tiempo. Es como ver una película en un su desarrollo final, y saber cómo, exactamente será ese final. Juan vio los sucesos, los acontecimientos, y las características de lo que pasaría durante ese período de tiempo.
¿Qué es el Día del Señor? Es un período de tiempo que incluye la entronización como rey de Jesucristo en los cielos, los sucesos que tienen lugar en la Tierra durante Su Presencia, Su victoria sobre sus enemigos, el reinado de Mil Años junto a sus reyes-sacerdotes del Orden de Melquisedec, hasta el momento en que entrega el Reino a Su Dios y Padre, cuando el último enemigo, la muerte, es reducida a nada, para que Dios sea todas las cosas para con todos.
¿Es posible viajar en el tiempo hacia el futuro? Sin duda, Juan por medio del espíritu santo lo hizo. Viajó en el tiempo, por medio del espíritu santo, y vio cosas que representó en símbolos o señales, que son las 16 visiones del Apocalipsis. Para Dios todas las cosas son posibles. Así como Pablo en 2 Corintios 12:1-5 relata que hubo un hombre que fue "arrebatado" al Tercer Cielo y vio cosas extraordinarias, trasladado en una especie de viaje en el espacio, ¿no es posible pensar en un viaje espacio-temporal ubicado hacia el llamado Día del Señor? Desde luego que sí.
El punto más pertinente sería saber cuándo comienza el Día del Señor. ¿Existe forma de saberlo? Jesucristo predijo una serie de sucesos que serían la Señal de Su Presencia y de la conclusión del sistema de cosas o final de los tiempos.
Jesucristo predijo guerras, hambres, pestes, terremotos, la aparición de falsos cristos y profetas. Lo predijo como una gran señal. Sin embargo, hay que reconocer que esas mismísimas cosas siempre han sucedido, aunque en estos tiempos nadie podría negar una escalada sin precedentes de estos sucesos.
Entonces, ¿qué podríamos decir? ¿ya comenzó el Día del Señor? ¿desde cuándo? ¿o no ha comenzado aún?
¿Cómo saber la respuesta a estas preguntas con absoluta certeza? ¿Será que el Dios que inspiró las visiones proféticas del Día del Señor no sabe cómo dar la certeza en el conocimiento de estas cosas, sin lugar a dudas o cuestionamientos?
¿Cómo lo habían logrado siendo pocos? Su Señor, Jesucristo, les había dicho que recibirían poder cuando el espíritu llegara y serían comunicadores activos del mensaje del reino hasta la parte más lejana de la Tierra.
Para Juan, quien oyó a Jesucristo hacer esta promesa, era obvio que ciertamente el objetivo se cumplió. El espíritu santo les guió, y pudieron demostrar el poder del evangelio crístico a quienes quisieron oírlo: judíos, elamitas, habitantes de Tarsis, macedonios, filipenses, romanos, y muchos más, recibieron la oportunidad de comprobar que Dios no estaba lejos de ellos, y que Dios no es parcial, y el que le teme y obra justicia le es de agrado.
Pero ahora, hacia el final del Siglo I, y tras más de 6 décadas de labor cristiana, Juan estaba preso en la isla de Patmos. Tenía más de 90 años, pero era considerado un peligro. Era mejor tenerle encerrado, lejos de poder atraer a más personas a los pies de Jesucristo.
Había tiempo para pensar, reflexionar, quizás preguntarse, ¿y ahora qué?
Juan estaba en Patmos, preso, aparentemente dejado a su suerte, a que se acabase su vida ahí, solo, sin poder aportar más a la causa que con tanto celo defendió.
Pero Dios tenía una voluntad que debía ser dada a conocer. Habían nuevas y vigorosas revelaciones de la voluntad divina que debían ser dadas a conocer. ¿Cómo? Jehová, por medio de Su Hijo, Jesucristo, le reveló las cosas que debían suceder al tiempo de Dios.
¿Qué tiempo era ese?
A Juan debió sorprenderle que un ángel apareciera en ese lugar de Patmos y le indicara que no era momento de lamentarse por la prisión temporal que sufría. Era tiempo de recibir un mensaje de parte de Jesucristo. Era momento de recibir el mensaje del Apocalipsis.
Serían 16 visiones en total las que recibiría Juan, incluidos el mensaje de saludo y despedida de parte de Jesucristo.
Ese sería el único libro profético de las Escrituras Griegas Cristianas o Nuevo Testamento. Siendo el Antiguo Testamento tan repleto de libros proféticos, y una vasta variedad de profetas y mensajes de profecías, ¿por qué sólo Apocalipsis es el libro profético del Nuevo Testamento?
Recordemos que Jesucristo era el Mesías, el cumplidor de las profecías de las Escrituras Hebreas. Y los apóstoles y demás miembros de la Iglesia o Congregación Cristiana se empeñaron en dar a conocer a Jesucristo como el Mesías predicho.
Pero, ¿qué pasaría con las profecías en las que el Mesías sería un glorioso Rey que dominaría al mundo? ¿cómo se cumpliría que los reyes de la Tierra tendrían que "besar" al Hijo o encarar destrucción?
Estas y muchas y otras preguntas se responderían en el mensaje del Apocalipsis. Y, ¿cuándo?
¿En qué tiempo se cumplirían estas cosas predichas?
Juan declara que por inspiración llegó a estar en el Día del Señor, y ubica en este período de tiempo los sucesos en los que se desenvuelve el Apocalipsis.
Que las profecías del Apocalipsis se cumplirían en el marco de un período de tiempo definido lo sabemos porque lo indica Apocalipsis 1:10, cuando Juan declara que por inspiración llegó a estar en el Día del Señor. Esto recuerda a Daniel, cuando, antes de informar al rey Nabucodonosor el contenido de su sueño de la imagen y su interpretación, le dice lo siguiente sobre Dios:
Pero hay un Dios en los cielos que revela los misterios, y él ha hecho
saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los últimos días.
Estos son tu sueño y las visiones que has tenido en tu cama.
El profeta declaró que se cumpliría su sueño en los últimos días. No dice que se cumpliría durante su vida, o en 250 años. Sería específicamente durante los últimos días.
Algo similar entendemos del Día del Señor. Las profecías apocalípticas y circunstancias señaladas en este mensaje profético, sólo se cumplen durante el Día del Señor, no antes ni después.
¿Cómo entender que Juan estuvo por inspiración en el Día del Señor, el tiempo del cumplimiento de las profecías del Apocalipsis?
La inspiración divina es un estado de consciencia en el cual el espíritu de Dios opera en la mente de la persona, Juan, y le permite ver, y escuchar imágenes y escenas que Dios trae a su mente. Un ángel le transmite la información divina, y Juan debía redactarla.
El que Juan por inspiración llegara a estar en el Día del Señor fue como si hubiese viajado en el tiempo. Es como ver una película en un su desarrollo final, y saber cómo, exactamente será ese final. Juan vio los sucesos, los acontecimientos, y las características de lo que pasaría durante ese período de tiempo.
¿Qué es el Día del Señor? Es un período de tiempo que incluye la entronización como rey de Jesucristo en los cielos, los sucesos que tienen lugar en la Tierra durante Su Presencia, Su victoria sobre sus enemigos, el reinado de Mil Años junto a sus reyes-sacerdotes del Orden de Melquisedec, hasta el momento en que entrega el Reino a Su Dios y Padre, cuando el último enemigo, la muerte, es reducida a nada, para que Dios sea todas las cosas para con todos.
¿Es posible viajar en el tiempo hacia el futuro? Sin duda, Juan por medio del espíritu santo lo hizo. Viajó en el tiempo, por medio del espíritu santo, y vio cosas que representó en símbolos o señales, que son las 16 visiones del Apocalipsis. Para Dios todas las cosas son posibles. Así como Pablo en 2 Corintios 12:1-5 relata que hubo un hombre que fue "arrebatado" al Tercer Cielo y vio cosas extraordinarias, trasladado en una especie de viaje en el espacio, ¿no es posible pensar en un viaje espacio-temporal ubicado hacia el llamado Día del Señor? Desde luego que sí.
El punto más pertinente sería saber cuándo comienza el Día del Señor. ¿Existe forma de saberlo? Jesucristo predijo una serie de sucesos que serían la Señal de Su Presencia y de la conclusión del sistema de cosas o final de los tiempos.
Jesucristo predijo guerras, hambres, pestes, terremotos, la aparición de falsos cristos y profetas. Lo predijo como una gran señal. Sin embargo, hay que reconocer que esas mismísimas cosas siempre han sucedido, aunque en estos tiempos nadie podría negar una escalada sin precedentes de estos sucesos.
Entonces, ¿qué podríamos decir? ¿ya comenzó el Día del Señor? ¿desde cuándo? ¿o no ha comenzado aún?
¿Cómo saber la respuesta a estas preguntas con absoluta certeza? ¿Será que el Dios que inspiró las visiones proféticas del Día del Señor no sabe cómo dar la certeza en el conocimiento de estas cosas, sin lugar a dudas o cuestionamientos?