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Cómo entender: qué es La Bendición de Jehová

En Venezuela existe una costumbre: la de bendecir. Es una tradición pedir la bendición como forma para saludar a los padres, abuelos, y otras personas mayores de la familia. Así se oye en todos los estratos sociales:



Bendición, mamá...Dios te bendiga (Dios te cuide o Dios te
proteja).


Esta respuesta puede ampliarse: Dios te bendiga y te favorezca. 


Esto se les inculca a los niños desde muy pequeños. En algunas zonas del país es tan arraigado su uso que cuando los niños todavía no hablan se les enseña a pedir la bendición con gestos.


Esta forma de saludar no indica en la mayoría de los casos religiosidad, pero es un índice de respeto.


Es agradable escuchar a alguien decir: "Dios te bendiga". Inmediatamente se siente una sensación placentera, grata. Después de todo, ¿hay algo mejor que la bendición de Jehová?


Escudriñando las Escrituras, vemos muy temprano en el Génesis que alguien bendice... es Dios. ¿Qué bendijo Dios? A Su Creación, a cada día creativo, al ver lo que había hecho, Dios vio que era "bueno" lo que había creado.


Pero específicamente se reservó la bendición a una muy especial de Sus creaciones. ¿Cuál?


y los bendijo con estas palabras: 

   «Sean fructíferos y multiplíquense;
      llenen la tierra y sométanla;
   dominen a los peces del mar y a las aves del cielo,
      y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo.» 

Génesis 1:28



Los creó hombre y mujer, y los bendijo. El día que fueron creados los llamó «seres humanos».

Génesis 5:2



Sí, Dios creó al hombre y a la mujer, y a ambos Dios los bendijo. ¿Por qué a ambos? Porque eran sus hijos e hijas. Dios quería tener hijos varones benditos, e hijas hembras benditas. Y dentro de su bendición conferida a ambos, se destaca el que ambos, el hombre y la mujer, fueran fructíferos, y llenaran la Tierra y la dominaran. Cada uno, el hombre y la mujer, aportaría su energía, su sabiduría, sus potencialidades para hacer de la Tierra un Paraíso. Todo sería como el Edén.


Sabemos lo que pasó. El hombre y la mujer cayeron del favor de Dios por el pecado, y tuvieron que sufrir las consecuencias de sus actos.


¿Y qué pasaría con la bendición de Dios a la Humanidad?


Dios seguía deseando bendecir a la Humanidad. Por ello le vemos en el Génesis 12:2, llamando a Abrán a salir de Ur de los caldeos, a la Tierra Prometida. Abrán recibió una especial promesa de Dios:




Haré de ti una nación grande, te bendeciré, engrandeceré tu nombre y serás bendición.
  


Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra». 


Génesis 12:2, 3

Vemos las palabras bendecir, bendición y benditas que aparecen varias veces en 2 versículos. Dios promete bendecir a Abrán, y que él será una bendición, hasta para todas las familias de la Tierra. 

Al leer esta promesa pareciera que se trataba de una bendición personal. Pero vemos que la bendición prometida a Abrán se transformaría en bendición para TODA la Humanidad. ¿Era importante esto? Sí. Recordemos que la maldición del pecado y la muerte debe ser anulada o cancelada por la bendición. Tiene más poder la bendición que la maldición. ¿Cómo revertir la maldición a la Humanidad por el pecado de Adán? La solución era la bendición divina, direccionada por medio de Abrán y su descendencia.

La importancia de la bendición divina la hallamos en el primer relato de la Biblia que menciona que un humano bendijo a otro humano, y bendice a Dios. Tras vencer a una coalición de reyes y rescatar a Lot, aparece en escena Melquisedec, sacerdote del Dios Altísimo:

Y Melquisedec rey de Salem sacó pan y vino, y él era sacerdote del Dios Altísimo. 19 Entonces lo bendijo y dijo:
“¡Bendito sea Abrán del Dios Altísimo,
Productor de cielo y tierra;
20 y bendito sea el Dios Altísimo,
que ha entregado a tus opresores en tu mano!”.
Ante aquello, Abrán le dio el décimo de todo.
Génesis 14:18-20

Melquisedec, como sacerdote, da pan y vino a Abrán. Y es bendecido por Melquisedec. Melquisedec, como representante de Dios, estaba autorizado para invocar la bendición de Jehová sobre el hombre que tenía la promesa de bendición, que era Abrán. Además, Melquisedec bendice a Dios, el Dios Altísimo, y le alaba como Productor de Cielo y Tierra.

Aquí vemos la conexión que existe entre la bendición de Jehová, como Productor de Cielo y Tierra, y la protección que sobre una persona pende por ser bendecida por Dios.

Porque, ¿qué es la bendición? Es una solicitud a Dios para que conceda Su favor divino. Para que manifieste Su bondad, Su Bien, sobre una persona. El favor de Dios ensalza a una persona como santa o sagrada, implica glorificarla, hablar bien de ella. La bendición de Jehová implica proteger o guardar del mal y traer felicidad y paz.

En hebreo, las palabras que por lo general se traducen “bendecir” o “bendición” aparecen unas cuatrocientas veces en las Escrituras. El verbo ba·rákj se suele traducir “bendecir”. 

Significa el “desear el bien” a alguien o felicitarle. En griego, e
l significado literal del verbo griego eu·lo·gué·ō es “hablar bien de”. 

Teniendo presente lo importante que es entender que bendecir significa invocar el apoyo divino y favor sobre una persona, y que 
“la bendición de Jehová... eso es lo que enriquece, y él no añade dolor con ella” (Léase Proverbios 10:22), se puede decir que cuando Jehová bendice a una persona la protege, favorece, guía, hace que prospere y cubre sus necesidades, satisface sus deseos, le ilumina con entendimiento, otorga sus peticiones, con el consecuente beneficio para esas personas.

Eso lo tenía claro Moisés, al pronunciar bendición sobre Israel. Antes de morir sobre el Monte Nebo, Moisés bendijo a Israel. Y de dicha bendición podemos beneficiarnos. 

1 Esta es la bendición con la cual Moisés, varón de Dios, bendijo a los hijos de Israel, antes de morir.    2 Él dijo:
    «Jehová vino de Sinaí,

    de Seir los alumbró,
    resplandeció desde el monte de Parán,
    avanzó entre diez millares de santos,

    con la ley de fuego a su mano derecha.

   
 
3 Aún amó a su pueblo;
    todos los consagrados a Él estaban en su mano.
    Por tanto, ellos siguieron tus pasos,
    recibiendo dirección de ti.





Deuteronomio 33:1-3

Moisés era un hombre de Dios. Era el representante de Dios ante el pueblo. Por eso lo primero que dice para iniciar la bendición sobre Israel, es hablar del Poderoso Dios de Israel, que resplandeció para ellos en el Sinaí, junto con sus diez millares de santos ángeles.

Es una bendición ver a Dios y conocerle como Aquel que ilumina, guía y protege. La gente está acostumbrada a escuchar sermones, charlas, discursos o libros que dibujan a un Dios iracundo, inflexible, que no se satisface con nada. Pero el conocer a Dios como Padre, llena de alivio y paz al corazón.

Es contradictorio creer que Dios bendiga y al mismo tiempo sea enseñado que sólo quiere juzgar, destruir, traer el Armagedón, etc. No se puede confundir la revelación que hace Dios de sí mismo, de su naturaleza que es Amor, con los juicios que sobre sí misma se ha traído la gente e instituciones que rechazan a Dios. 

En los versículos 6-25 del capítulo 33 se alistan las bendiciones de Moisés al pueblo. Destaca el hecho de que todas las 12 tribus reciben una bendición de parte de Moisés. El punto era que cada israelita se beneficiara de aquello en lo cual Dios bendecía a una tribu. Por ejemplo, que Jehová bendijera a la tribu de sacerdotes y levitas, los que portaban el Urim y Tumim y debían enseñar la Ley, beneficiaría a la nación. 

Finalmente, Moisés finaliza la bendición a Israel así:

 26 »No hay como el Dios de Jesurún (un nombre de honra para Israel),
    quien cabalga sobre los cielos para tu ayuda,
    y sobre las nubes
 con su grandeza.
   
 
27 El Dios eterno es tu refugio
    y sus brazos eternos 
son tu apoyo.
    Él echó al enemigo delante de ti,
    y dijo: "¡Destruye!"

   
 
28 Israel habitará confiado,
    la fuente de Jacob habitará sola
    en tierra de grano y de vino;
    hasta sus cielos destilarán rocío.

   
 
29 ¡Bienaventurado tú, Israel!
    ¿Quién como tú,pueblo salvado por Jehová?
    Él es tu escudo protector,
    la espada de tu triunfo.
    Así que tus enemigos serán humillados,
    y tú pisotearás sus lugares altos».



Deuteronomio 33:26-29



Dios cabalga por las nubes en tu ayuda, el Dios eterno es tu refugio, y Sus brazos eternos son tu apoyo. Cuando Moisés dijo esas palabras a los israelitas, no sabemos qué sintieron. Pero, ¿qué sentiría usted si lee que el Dios eterno es su refugio? Si está pasando por un momento difícil, y alguien le recuerda que los brazos eternos de Dios le abrazan y apoyan, ¿no se sentiría automáticamente mejor?

Si no tiene a su lado quién se lo diga, léalo en la Biblia. Pues el leerlo y creerlo es en sí misma una bendición. Saber que Dios es quien le ayuda, eso es una bendición. 

La bendición de Jehová es manifiesta de muchas formas. A veces, de formas aparentemente "pequeñas". Si lo vive y lo siente, ha entendido qué es la bendición de Jehová.

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