"Miren a las aves del Cielo"
Juan Salvador es una gaviota que ama volar sobre todas las cosas. Es su pasión. Es su vida. Por ello, en su Bandada, lo único que hace es practicar su vuelo para alcanzar la perfección y no se dedica a hacer lo que hacen las demás gaviotas: comer y dormir. El ser distinto a los demás hará que la Bandada lo exilie por violar la dignidad y la tradición de la Familia de las Gaviotas. Pero Juan, a pesar de estar solo y exiliado sigue practicando y persiguiendo su meta, hasta que tras un gran golpe sube al cielo donde Chiang, una Gaviota Mayor que le enseña a Juan a volar le da seguridad para que cumpla sus sueños.
Un instructor, Rafael, le enseña a desplazarse tan rápido como el pensamiento y a moverse en el tiempo, y le ayuda a alcanzar la perfección del vuelo instruyéndole desde su llegada.
Finalmente Juan Salvador vuelve a la Tierra para enseñar a las gaviotas que deseen aprender a volar ante todas las cosas, lo que ha aprendido. Toma un discípulo llamado Pedro, y luego ocho más. La bandada les rechaza porque son exiliados. Pero poco a poco algunas gaviotas abandonan la Bandada para volar como sus compañeras. Al final Pedro se estrella contra una roca y Juan le resucita, le pregunta qué prefiere, si vivir y enseñar a la bandada, o ir al otro mundo, a lo que Pedro responde la primera opción. Finalmente se separan y Pedro descubre que él es como Juan Salvador puesto que nadie tiene límites a la hora de conseguir lo que desea.
Finalmente Juan Salvador vuelve a la Tierra para enseñar a las gaviotas que deseen aprender a volar ante todas las cosas, lo que ha aprendido. Toma un discípulo llamado Pedro, y luego ocho más. La bandada les rechaza porque son exiliados. Pero poco a poco algunas gaviotas abandonan la Bandada para volar como sus compañeras. Al final Pedro se estrella contra una roca y Juan le resucita, le pregunta qué prefiere, si vivir y enseñar a la bandada, o ir al otro mundo, a lo que Pedro responde la primera opción. Finalmente se separan y Pedro descubre que él es como Juan Salvador puesto que nadie tiene límites a la hora de conseguir lo que desea.
Ese es el resumen del libro Juan Salvador Gaviota, de Richard Bach. Es una gaviota mediante la cual se muestra la vida de un modo representativo de lo que es la sociedad, en esa percepción actual en la que si no eres alguien que sigues las reglas de todos no puedes pertenecer a un grupo.
El autor nos dice mediante su obra que nunca abandonemos nuestros sueños ya que para ser lo que queremos en la vida tenemos que perseguir esas metas aunque uno no sea aceptado. Se trata de elegir la libertad: es más importante que seas feliz contigo mismo que con los demás.
Busca la libertad total pero afronta las consecuencias que vayan con ella, aprende cada día más y trata de enseñar a los demás lo que has aprendido ya que puedes aprender de ellos y ellos de ti. No te sometas a algo que te “corte las alas” para que sigas con tus anhelos en la vida; busca siempre la manera de continuar luchando y por último, aunque a veces parezca que todo el mundo te da la espalda y estás solo. Siempre habrá alguien que persiga lo mismo que tú. Siempre habrá una señal, un indicio, algo que te ayude a salir adelante. Verás que al final tu vida va a ser mejor, si lo sueñas y actúas con perseverancia y dedicación.
El autor nos dice mediante su obra que nunca abandonemos nuestros sueños ya que para ser lo que queremos en la vida tenemos que perseguir esas metas aunque uno no sea aceptado. Se trata de elegir la libertad: es más importante que seas feliz contigo mismo que con los demás.
Busca la libertad total pero afronta las consecuencias que vayan con ella, aprende cada día más y trata de enseñar a los demás lo que has aprendido ya que puedes aprender de ellos y ellos de ti. No te sometas a algo que te “corte las alas” para que sigas con tus anhelos en la vida; busca siempre la manera de continuar luchando y por último, aunque a veces parezca que todo el mundo te da la espalda y estás solo. Siempre habrá alguien que persiga lo mismo que tú. Siempre habrá una señal, un indicio, algo que te ayude a salir adelante. Verás que al final tu vida va a ser mejor, si lo sueñas y actúas con perseverancia y dedicación.
El afán de la lucha por la vida diaria hace que se pierdan de vista los sueños, el deseo de ser libre. Cuando en el Sermón del Monte Jesucristo habló de mirar a las aves del Cielo, dijo lo siguiente:
»Por tanto os digo: No os angustiéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido?
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y, sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
Mateo 6:25, 26
La angustia, el afán, la inquietud por la vida, por saber qué comer, o qué beber, o qué vestir está siempre presente. Pero Jesucristo hace una punzante reflexión: ¿no vale más la vida que la comida y el cuerpo que el vestido? Sí.
Recordemos que Jesucristo no andaba vestido con harapos. Cuando los soldados romanos estaban jugándose su ropa, era porque era de excelente calidad y valía la pena. Tampoco andaba pasando hambre, comiendo mendrugos de comida. Él comía y bebía, iba a banquetes, le invitaban a comer, disfrutaba de la vida.
Pero sus palabras invitan a ver la vida distinto. A aprender algo que vemos, pero no entendemos. Dios creó a las aves. A las más de 10.000 especies de aves, todas diferentes.
¿Sabe qué comen las aves del Cielo?
La dieta de las aves incluye una gran cantidad de tipos de alimentos como néctar, frutas, plantas, semillas, carroña, y diversos animales pequeños.
Hay aves llamadas generalistas, que emplean muchas y diferentes estrategias para conseguir alimentos de una amplia variedad de tipos, mientras que las hay que se concentran en un espectro reducido de alimentos o tienen una única estrategia para conseguir comida son consideradas especialistas.
Las estrategias de alimentación de las aves varían según la especie. Algunas cazan insectos lanzándose sorpresivamente desde una rama.
Las especies que se alimentan de néctar, como los colibríes, los suimangas y los loris, tienen lenguas pelosas y formas de pico especialmente adaptadas para ajustarse a las plantas de las que se alimentan. Los kiwis y las aves limícolas tienen largos picos que usan para sondear el suelo en busca de invertebrados; en el caso de las limícolas, sus picos presentan diferentes longitudes y curvaturas, ya que cada especie tiene un nicho ecológico diferente.
Los colimbos, patos buceadores, pingüinos y álcidos persiguen a sus presas bajo el agua, usando sus alas y/o sus pies para propulsarse, mientras que los alcatraces, martines pescadores y charranes son predadores aéreos que se sumergen en picado en busca de su presa. Los flamencos, tres especies de petreles, y algunos patos, se alimentan filtrando el agua.
Otras aves, como los gansos y los patos nadadores, se alimentan principalmente pastando.
Algunas especies, entre las que se incluyen las fragatas, las gaviotas, y los págalos, son cleptoparásitas, es decir, roban comida a otras aves. Se supone que con esto logran un suplemento adicional, pero no una parte importante de su dieta general; un caso estudiado de cleptoparasitismo de la fragata grande sobre el alcatraz enmascarado determinó que obtenían en promedio sólo el 5% de su comida, y como máximo un 40%.
Hay otras aves que son carroñeras, algunas de las cuales, como los buitres, están especializados en comer cadáveres, mientras que otras, como las gaviotas, los córvidos o algunas aves de presa lo hacen sólo como oportunistas.
Como podemos ver, las aves se alimentan de diversas maneras. ¿Quién las alimenta? Dios las alimenta. No importa si son hermosas aves, como el pavo real, o como la majestuosa águila.
Esa visión más amplia de cómo Dios es Proveedor y cuida a Su Creación, es la que nos transmitió Jesucristo con sus palabras. Cuando invitó a quienes le escuchaban a mirar a las aves del Cielo, les motivó a reflexionar en sus propios afanes y luchas. En cambiar al perspectiva, porque si Dios alimenta a las aves, ¿no alimentaría y cuidaría a los suyos?
Esto no significa no trabajar, o no tener mentalidad de prosperar. Se trata de entender un Principio Eterno: que existe un Jehová - Yiré que es el Jehová Proveerá o Dios proveerá, que se encarga de proveernos lo que necesitamos y queremos.
Mateo 6:25, 26
La angustia, el afán, la inquietud por la vida, por saber qué comer, o qué beber, o qué vestir está siempre presente. Pero Jesucristo hace una punzante reflexión: ¿no vale más la vida que la comida y el cuerpo que el vestido? Sí.
Recordemos que Jesucristo no andaba vestido con harapos. Cuando los soldados romanos estaban jugándose su ropa, era porque era de excelente calidad y valía la pena. Tampoco andaba pasando hambre, comiendo mendrugos de comida. Él comía y bebía, iba a banquetes, le invitaban a comer, disfrutaba de la vida.
Pero sus palabras invitan a ver la vida distinto. A aprender algo que vemos, pero no entendemos. Dios creó a las aves. A las más de 10.000 especies de aves, todas diferentes.
¿Sabe qué comen las aves del Cielo?
La dieta de las aves incluye una gran cantidad de tipos de alimentos como néctar, frutas, plantas, semillas, carroña, y diversos animales pequeños.
Hay aves llamadas generalistas, que emplean muchas y diferentes estrategias para conseguir alimentos de una amplia variedad de tipos, mientras que las hay que se concentran en un espectro reducido de alimentos o tienen una única estrategia para conseguir comida son consideradas especialistas.
Las estrategias de alimentación de las aves varían según la especie. Algunas cazan insectos lanzándose sorpresivamente desde una rama.
Las especies que se alimentan de néctar, como los colibríes, los suimangas y los loris, tienen lenguas pelosas y formas de pico especialmente adaptadas para ajustarse a las plantas de las que se alimentan. Los kiwis y las aves limícolas tienen largos picos que usan para sondear el suelo en busca de invertebrados; en el caso de las limícolas, sus picos presentan diferentes longitudes y curvaturas, ya que cada especie tiene un nicho ecológico diferente.
Los colimbos, patos buceadores, pingüinos y álcidos persiguen a sus presas bajo el agua, usando sus alas y/o sus pies para propulsarse, mientras que los alcatraces, martines pescadores y charranes son predadores aéreos que se sumergen en picado en busca de su presa. Los flamencos, tres especies de petreles, y algunos patos, se alimentan filtrando el agua.
Otras aves, como los gansos y los patos nadadores, se alimentan principalmente pastando.
Algunas especies, entre las que se incluyen las fragatas, las gaviotas, y los págalos, son cleptoparásitas, es decir, roban comida a otras aves. Se supone que con esto logran un suplemento adicional, pero no una parte importante de su dieta general; un caso estudiado de cleptoparasitismo de la fragata grande sobre el alcatraz enmascarado determinó que obtenían en promedio sólo el 5% de su comida, y como máximo un 40%.
Hay otras aves que son carroñeras, algunas de las cuales, como los buitres, están especializados en comer cadáveres, mientras que otras, como las gaviotas, los córvidos o algunas aves de presa lo hacen sólo como oportunistas.
Como podemos ver, las aves se alimentan de diversas maneras. ¿Quién las alimenta? Dios las alimenta. No importa si son hermosas aves, como el pavo real, o como la majestuosa águila.
Esa visión más amplia de cómo Dios es Proveedor y cuida a Su Creación, es la que nos transmitió Jesucristo con sus palabras. Cuando invitó a quienes le escuchaban a mirar a las aves del Cielo, les motivó a reflexionar en sus propios afanes y luchas. En cambiar al perspectiva, porque si Dios alimenta a las aves, ¿no alimentaría y cuidaría a los suyos?
Esto no significa no trabajar, o no tener mentalidad de prosperar. Se trata de entender un Principio Eterno: que existe un Jehová - Yiré que es el Jehová Proveerá o Dios proveerá, que se encarga de proveernos lo que necesitamos y queremos.