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Escuchando hoy la Voz de Dios

Hebreos 3:15

Hoy,

si ustedes escuchan la propia voz de Él


¿La Voz de Quién hay que escuchar?

Cuán fácil es dar por sentado el escuchar a Dios. En medio de los problemas, el día a día, las circunstancias personales, parece no haber tiempo para escuchar a Dios.

Quizás vaya uno a un lugar a escuchar hablar de Dios, de sus propósitos, de sus consejos para la vida. Eso está bien. Es mejor que no hacerlo.

Pero las palabras de Pablo citadas arriba, son una exhortación a personas que escuchaban hablar de Dios TODO el DÍA, TODOS los DÍAS.

¿El resultado?
Que lo responda la Biblia en el contexto de Hebreos 3:15:

Hebreos 3:15-19

“Hoy, si ustedes escuchan la propia voz de él, no endurezcan sus corazones como en la ocasión de causar amarga cólera”. 16 Pues, ¿quiénes fueron los que oyeron y, no obstante, provocaron a amarga cólera? De hecho, ¿no lo hicieron todos los que salieron de Egipto bajo Moisés? 17 Además, ¿de quiénes quedó asqueado [Dios] durante cuarenta años? ¿No fue de los que pecaron, cuyos cadáveres cayeron en el desierto? 18 Pero ¿a quiénes juró él que no entrarían en su descanso, sino a los que habían actuado desobedientemente? 19 Así vemos que ellos no pudieron entrar debido a falta de fe.
Sí, la Biblia es clara: los israelitas durante 40 años oyeron palabras de Moisés provenientes de Jehová. Pero provocaron la amarga cólera de Jehová, hasta que Dios sintió asco de ellos. Nunca escucharon la Voz de Jehová ejerciendo fe en ellas, y esperando el cumplimiento de las promesas. Cuando las cosas parecían agravarse, fuera la falta de agua, o los problemas internos, querían regresar corriendo a Egipto.

¿Es el querer volver atrás, y darle la espalda a Dios y Sus promesas escuchar la Voz de Dios?

La falta de fe de los israelitas que salieron de Egipto y no entraron a la Tierra Prometida, es un poderoso recordatorio de la necesidad de escuchar la Voz de Dios. No sólo conformarse con ir a una reunión donde se nos habla de Dios.

La Voz de Jehová se oyó hace casi 2000 años, cuando habló directamente durante la Transfiguración. Dijo:

Lucas 9:35-36

Y de la nube salió una voz, y dijo: “Este es mi Hijo, el que ha sido escogido. Escúchenle”. 36 Y al ocurrir la voz, se halló a Jesús solo. Pero ellos callaron y no informaron a nadie en aquellos días ninguna de las cosas que habían visto.

Jehová mandó a escuchar la Voz de Su Hijo, Jesucristo. No lo escuchamos directamente, porque no estuvimos allí junto a Pedro, Santiago y Juan, pero ¿tenemos dudas de que tenemos la misma exhortación nosotros, de escuchar la Voz del Hijo de Dios?

Escuchar la Voz de Jehová, y SU Hijo, implica obediencia, fe, confianza. Acción sostenida, basada en las promesas de Dios, en su carácter de Cumplidor de promesas.

A veces pensamos que no necesitamos a Dios ahora mismo. Creemos que podemos esperar hasta más tarde en la vida. Pero nunca se sabe cuánto tiempo "más adelante" será o de cuánto tiempo dispone uno.

Hay quienes buscan a Dios en medio de la tragedia o los problemas. ¿Y si no nos vemos obligados a buscar a Dios, deberíamos hacerlo?

Sí.

Recordemos estas palabras:

Deuteronomio 4:29-31

”Si de allí ustedes en efecto buscan a Jehová tu Dios, entonces ciertamente lo hallarás, porque preguntarás por él con todo tu corazón y con toda tu alma. 30 Cuando estés en grave aprieto y todas estas palabras te hayan descubierto al fin de los días, entonces tendrás que volverte a Jehová tu Dios y escuchar su voz. 31 Porque Jehová tu Dios es un Dios misericordioso. Él no te desamparará ni te arruinará ni se olvidará del pacto de tus antepasados que él les juró.

Buscar a Jehová, y encontrarlo. Volverse a Él y escuchar Su Voz. Porque Su "amor leal es hasta tiempo indefinido" (Salmo 136).

La pregunta sería: ¿cómo escucho la Voz de Jehová?

Meditar y hablar la Palabra de Dios cada día, y actuar en lo que Dios te dice que hagas mientras escuchas Su Voz.

¿Tiene Biblia? Léala.
¿Sabe orar a Dios? Hágalo.
¿Sabe qué hacer para alinear su vida más plenamente a la voluntad de Dios? Hágalo.

Eso es escuchar la Voz de Dios. Saber y Hacer. Y para saber y hacer hay que llenar la mente y el corazón del verdadero conocimiento de Dios que está en la Biblia. No se puede dar por sentado que ya se sabe todo, que ya se sirve a Dios, que todo marcha sobre ruedas con Dios.

Sabio consejo al respecto da Pablo:


1 Corintios 10:12
Por consiguiente, el que piensa que está en pie, cuídese de no caer.


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