Lo + nuevo

Sincronicidad Global

Una de las imágenes bíblicas más famosas es la de Moisés en un arca de papiro, flotando en el Río Nilo.

Moisés estaba condenado a morir, incluso antes de nacer. Faraón, temeroso del crecimiento de la población israelita, ordenó la muerte de todo varón nacido, a fin de evitar males mayores para Egipto.

En esas circunstancias, una mujer, Jokébed, queda embarazada y da a luz un niño, que según Esteban, era "divinamente hermoso" (Hechos 7:20).

Jokébed sabe que tiene poco tiempo. Debe decidir qué hacer para preservar la vida de su hijo. Decide tomar un arca de papiro, impermeabilizarla con betún y pez, introducir allí a su hijo, y ponerlo entre las cañas del Río Nilo.

La hermana del niño, Míriam, se coloca a cierta distancia, para vigilar el curso del niño en el arca.

Veamos cómo sigue el relato:

Después de un rato la hija de Faraón bajó para bañarse en el río Nilo, y sus criadas de compañía iban andando por el lado del río Nilo. Y ella alcanzó a ver el arca en medio de las cañas. En seguida envió a su esclava para que la consiguiera. 6 Cuando la abrió, pudo ver al niño, y resultó que el muchachito estaba llorando. Ante esto, ella tuvo compasión de él, aunque dijo: “Este es uno de los niños de los hebreos”. 7 Entonces la hermana de él dijo a la hija de Faraón: “¿Quieres que vaya y que especialmente te llame una nodriza de entre las hebreas para que te críe al niño?”. 8 De modo que la hija de Faraón le dijo: “¡Ve!”. Al instante, la doncella se fue y llamó a la madre del niño. 9 Entonces la hija de Faraón dijo a esta: “Llévate a este niño y críamelo, y yo misma te daré tu salario”. Por consiguiente, la mujer se llevó al niño y lo crió. 10 Y creció el niño. Entonces ella lo trajo a la hija de Faraón, de modo que él vino a ser para esta un hijo; y esta procedió a ponerle por nombre Moisés, y a decir: “Es porque lo he sacado del agua”.
Éxodo 2:5-10

El resto de la historia lo conocemos. Es Moisés uno de los grandes personajes bíblicos, parte vital del desarrollo del propósito divino.

Pero lo que hemos analizado de las circunstancias llama la atención.

Por ejemplo, qué casualidad que justo en el momento en que Jokébed coloca al bebé Moisés dentro del arca de papiro, la hija de Faraón fuese a bañarse. Otra casualidad es que alcanzara a ver al arca, que le llamara la atención, que la mandara a buscar, que aún sabiendo que dentro del arca había un bebé condenado a muerte por orden de su padre el Faraón de Egipto, ella decidiera criarlo. Que Míriam, la hermana del bebé Moisés apareciera, propusiera buscar una nodriza que criara al niño, que la hija de Faraón accediera y hasta pagara por la crianza de Moisés, y, resumen de la historia, Jokébed terminara salvando la vida de su hijo, asegurándole un destino mejor en la corte de Faraón que vivir como esclavo en Egipto...

¿Cuántas casualidades hay en esta historia?

Muchas, sin duda.

Parece, si uno lee con detenimiento la historia aquí narrada, que hubo todo un orden de cosas, llevado a cabo por fuerzas invisibles ocultas, donde personas y circunstancias generaron un resultado: el bebé Moisés se salvó, se crió como un Príncipe de Egipto, nutriéndose de toda la sabiduría egipcia, la mejor en su época.

¿Qué hubiera pasado si la corriente del Río Nilo es más fuerte, o si hubiese habido vientos que guiaran al arca a otro lugar? ¿Y los cocodrilos del Nilo? ¿Y si...?

Definitivamente este es un ejemplo de SINCRONICIDAD.

Y sincronicidad es, según lo define la Wikipedia:

Sincronicidad (sin- del griego συν-, unión, y χρόνος, tiempo) es el término elegido por Carl Gustav Jung para aludir a «la simultaneidad de dos sucesos vinculados por el sentido pero de manera acausal». «Así pues, emplearé el concepto general de sincronicidad en el sentido especial de una coincidencia temporal de dos o más sucesos relacionados entre sí de una manera no causal, cuyo contenido significativo sea igual o similar».

Según esta definición, la sincronicidad es la simultaneidad de 2 sucesos. Pero, en el relato sobre la salvación del bebé Moisés, hallamos más de 2 sucesos simultáneos. ¿Casuales o Causales? He ahí la gran pregunta.

Para quien esté interesado en comprender las profecías bíblicas, esta es una pregunta importante de responder.

Hay una escena en la película Matrix que nos ayuda un poco a responder esta pregunta:

La primera vez que Neo, en Matrix I conversa con el Oráculo, él rompe este jarrón.

Pero, antes de romperlo, el Oráculo le había dicho que no se preocupara por romper ese jarrón.

Neo se extraña ante el Oráculo y le pregunta: "¿Cómo supo?".

Sí: ¿cómo supo el Oráculo que Neo iba a romper el jarrón ANTES de que sucediera?

Lo más intrigante es que el Oráculo le dice a Neo:

"Lo que de verdad hará que te devanes los sesos es pensar si lo hubieras roto si yo no hubiera dicho nada".

En este punto de la consideración, hemos pasado de analizar a Moisés a Matrix. Pero el punto es el mismo. Sí, en Matrix, un personaje llamado Oráculo dice lo que va a suceder. Y sucede.

Y en el caso de Moisés uno podría pensar que TODAS las circunstancias que rodearon su nacimiento y salvación de la muerte, o en manos de Faraón, o por morir en el Río Nilo, fueron casualidad. O CAUSALIDAD.

Sí, porque Moisés resultó ser el hombre usado por Jehová para liberar a Israel de la esclavitud, y nació 80 años antes de que se cumpliera el tiempo señalado por Dios para liberar a los israelitas de Egipto, a saber 400 años. Así lo dijo Dios a Abrahán:

Y él empezó a decir a Abrán: “Puedes saber con seguridad que tu descendencia llegará a ser residente forastera en tierra ajena, y tendrá que servirles, y estos ciertamente la afligirán por cuatrocientos años.
Génesis 15:13

Recapitulemos la historia de Moisés: nace, se selva de varios peligros, nunca es esclavo y es comisionado por Dios para salvar a Israel. Y todo en el plazo de los 400 años señalados por Dios para liberar a Israel.

Visto así: ¿fue "casualidad" que el futuro Libertador de Israel se "salvara" a pesar de todas las circunstancias adversas?.

No, no fue Casualidad. Fue Causalidad.

Pero no Causalidad ciega, sino Jehová Dios ordenando todos los eventos y circunstancias, para que el resultado fuera tal como Él se lo había propuesto.

¿Extraña que Dios ordene, organice, una serie de eventos, aparentemente imposibles de lograr, inconexos uno de otro, para lograr un resultado que Él mismo haya determinado?

Respecto a la persona de Dios, el Diccionario Enciclopédico Salvat (1967, vol. 4, pág. 635) dice en el artículo “Dios”: “Supremo Ser, creador del Universo, que lo conserva y rige por su providencia. [...] Es un ser real, viviente, personal, distinto del mundo, cuya existencia es absolutamente necesaria. [...] Una inteligencia sapientísima que todo lo ordena con miras a un fin. [...] Todos los pueblos, primitivos o modernos, [...] han creído en la divinidad. Testimonio tan universal y constante no puede menos de ser voz de la verdad”.

Sí, efectivamente, Dios creó el Universo, y lo conserva y rige por Su Providencia. Es un aspecto importante a tomar en cuenta.

También es una inteligencia sapientísima que todo lo ordena con miras a un fin.

De modo que podemos afirmar que la profecía bíblica es una declaración de Dios de un suceso o acontecimientos que son colocados en una estructura previamente determinada por Jehová, cuyo nombre, por cierto, significa que “YO RESULTARÉ SER LO QUE RESULTARÉ SER”.

Si uno se pregunta ¿qué significa todo lo que está pasando actualmente?, uno puede pensar que los terremotos en un lugar tras otro, es algo normal. O que la rotación de la Tierra se esté desacelerando, también debe ser muy normal. O que el Sol tenga una actividad inusual, según los científicos, pues, debe ser normal también.

Tanta normalidad no tiene sentido, porque parece que que fuera una serie de sucesos "normales". Valga la redundancia.

Pero si uno analiza las profecías bíblicas, ve un conjunto. Ve una CAUSA. Un por qué. Una razón que explica TODO lo que está pasando. Si lo que está escrito en la Biblia es la vista de la película del reality show que es este mundo actual, entonces uno puede tener confianza en que Alguien está bajo control. Y no hay que creer que el mundo se acaba... Al menos, no de la forma Hollywoodense.

Existe una indudable Sincronicidad Global de eventos, circunstancias, sucesos, predichos en la Biblia. Que haya quien lo niegue, es otra cosa.

RECORDEMOS:

Ahora bien, sabemos que Dios hace que todas sus obras cooperen juntas para el bien de los que aman a Dios. . .

Romanos 8:28
Con la tecnología de Blogger.