¿Puede Dios ayudarme con mis finanzas?
Una de las situaciones que más causan estrés y ansiedad, es el tema de las finanzas personales. O cuánto dinero tengo ahora, cuánto tendré para afrontar el futuro...
La Biblia aborda sin rodeos los asuntos económicos. Palabras como dinero, prosperidad, deuda, riquezas, pobreza, rico, pobre, trabajo, negocios, aparecen en toda la Biblia.
Indica Proverbios 10:22 que la Bendición de Jehová enriquece.
¿Y Quién es el Dueño de las Riquezas?
1 Crónicas 29:14
”Y sin embargo, ¿quién soy yo y quién es mi pueblo, para que retengamos el poder para hacer ofrendas voluntarias de esta manera? Porque todo proviene de ti, y de tu propia mano te hemos dado.
Salmo 24:1
Sin embargo, hay que reconocer que no solemos ver a Jehová como Quien es nuestro Divino Proveedor. Trabajamos, hacemos negocios, nos preparamos para la vida diaria y hacerle frente, pero, ¿vemos a Dios como Quien provee todas las cosas?
Esa pregunta es pertinente, y más aún en estos tiempos de incertidumbre económica, aumento del desempleo, crisis, inflación.
Las empresas venden menos, recortan personal, los gastos son más altos.
¿Puede Dios ayudar en esa situación?
Sí.
Isaías 43:19 dice: "He aquí, yo estoy haciendo algo nuevo! ... ¿No lo perciben y lo saben y no prestar atención a esto? Otra vez abriré camino en el desierto y ríos en el desierto" (AMP).
¿Puede verlo? Dios está interesado en todas sus necesidades, deseos, e incluso, su situación financiera. Si está endeudado, desempleado, con bajos ingresos, u otras circunstancias económicas adversas, Dios se interesa por su situación. Y si es próspero, y le va bien, también Dios se interesa en su prosperidad. De hecho, el Salmo 35:27 dice que Dios se deleita en la prosperidad de su pueblo.
Dios nunca está en un bache financiero. Dios nunca ha estado en una recesión. De hecho, el cielo está lleno de bendiciones en espera de ser otorgado a usted. Dios dice que Él hará fluir del desierto. El causará que ríos de bendiciones fluyan en su desierto financiero. Así trabaja Dios.
Quizás en medio de la crisis, o el problema, uno no ve la salida, o la respuesta de Dios a las oraciones y a la confianza que uno deposita en Él.
Dios tiene un sinnúmero de maneras de proporcionar y dar lo que se requiera materialmente.
¡Jesucristo dio dinero al apóstol Pedro para pagar sus impuestos a través de un pez! Dios multiplicó el aceite de una viuda, tanto que era capaz de vivir en el beneficio para el resto de su vida. Ese es Dios trabajando. Ese es el Dios que provee, al que hay que pedir, y agradecer por sus provisiones.
Lo económico es un asunto de fe también. En la parábola de los talentos, son alabados los que inmediatamente van y multiplican lo que se dejó a su cargo. El esclavo inicuo e indolente era falto de fe, valor y confianza, y por eso no hizo nada por el Amo. Se es fiel en lo mínimo, y se es fiel en lo mucho, y la regla de medir son las "riquezas injustas". Lo dijo Jesucristo, está en la Biblia en Lucas 16. Quien es fiel en lo económico, será fiel en lo espiritual. Quien sabe administrar y dar valor a 10 dólares, 50 euros, 10.000 pesos, o 20 Bs. F., podrá cada día tener mayor capacidad para recibir más de Dios. Es lo que indica la Biblia.
Ver lo económico como Dios lo ve. Cambiar el enfoque. Parte de la percepción es el conocimiento de lo que Dios dice acerca de usted y de su situación. Usted puede haber oído el refrán, "Lo que no sé, no te hará daño". La verdad es que lo que no se sabe hace daño. Oseas 4:6 dice, "Mi pueblo fue destruido por la falta de conocimiento".
Con los tiempos económicos actuales, necesita saber todo lo que Dios dice a usted acerca de que Él se interesa en su trabajo, cuenta de ahorros, salario, o cualquiera sea su situación económica.
Repasemos algunas palabras de Dios que vale la pena recordar:
Así que es hora de empezar a percibir y dejar que la promesa de Jehová de proveer y bendecir se arraiguen en el corazón. Recordemos:
Filipenses 4:19
A su vez, mi Dios suplirá plenamente toda necesidad de ustedes al alcance de sus riquezas en gloria por medio de Cristo Jesús.
Salmo 37:4
También deléitate exquisitamente en Jehová, y él te dará las peticiones de tu corazón.
Salmo 35:27
Clamen gozosamente y regocíjense los que se deleitan en mi justicia, y digan constantemente: “Sea engrandecido Jehová, que se deleita en la paz de su siervo.
”Por esto les digo: Dejen de inquietarse respecto a su alma en cuanto a qué comerán o qué beberán, o respecto a su cuerpo en cuanto a qué se pondrán. ¿No significa más el alma que el alimento, y el cuerpo que la ropa? 26 Observen atentamente las aves del cielo, porque ellas no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; no obstante, su Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes más que ellas? 27 ¿Quién de ustedes, por medio de inquietarse, puede añadir un codo a la duración de su vida? 28 También, en cuanto al asunto de ropa, ¿por qué se inquietan? Aprendan una lección de los lirios del campo, cómo crecen; no se afanan, ni hilan; 29 pero les digo que ni siquiera Salomón en toda su gloria se vistió como uno de estos. 30 Pues bien, si Dios viste así a la vegetación del campo, que hoy está aquí y mañana se echa al horno, ¿no los vestirá a ustedes con mucha más razón, hombres de poca fe? 31 Por eso, nunca se inquieten y digan: ‘¿Qué hemos de comer?’, o ‘¿qué hemos de beber?’, o ‘¿qué hemos de ponernos?’. 32 Porque todas estas son las cosas en pos de las cuales las naciones van con empeño. Pues su Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas. 33 ”Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de [Dios], y todas estas [otras] cosas les serán añadidas. 34 Por lo tanto, nunca se inquieten acerca del día siguiente, porque el día siguiente tendrá sus propias inquietudes. Suficiente para cada día es su propia maldad.
Recuerde, Dios se deleita en que nos vaya bien económicamente. Pero depende de cada uno de nosotros percibirlo y actuar en fe. Usted lo hace con su fe. Nadie más puede hacerlo por usted. Reciba la Palabra de Dios en su espíritu de acuerdo con Dios, y entonces usted puede esperar que Dios se mueva en sus finanzas.
Mañana es lunes.
Recuerde estas palabras.
Verá que salir a trabajar, negociar, o estudiar mañana sabiendo que puede dar lo mejor de sí, mientras que Jehová le ayuda a mejorar su situación económica, es una gran diferencia. Será otro lunes, otra semana. Verá la mano de Dios en su vida.
